Putin comienza el bombardeo en Odesa y espera una rendición de Mariúpol tras el ultimátum de Moscú

Ataques sobre infraestructuras civiles en Odesa.
Ataques sobre infraestructuras civiles en Odesa.
EFE
Ataques sobre infraestructuras civiles en Odesa.
El Ejército de Putin destruye más del 70% de la aislada ciudad de Mariupol.
ATLAS

Vladimir Putin no frena, y ahora ya combina avisos y ataques. Las grandes ciudades siguen siendo las joyas de la corona para Rusia mientras las opciones diplomáticas se van empequeñeciendo. La sombra de un acuerdo pulula por encima de Kiev y Moscú y el propio presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, aseguró que si las negociaciones fallan "empezaría la Tercera Guerra Mundial". Las condiciones de Putin no han cambiado, pero Zelenski no cede y en ese tira y afloja que se cobra ya miles de vidas, Rusia quiere la rendición.

Más de dos semanas después del inicio del asedio de Mariúpol -destrozada ya en un 80%-, Rusia ha instado a los soldados ucranianos a deponer las armas antes de comenzar la conquista definitiva de la ciudad. Poco tiempo después del ultimátum, Ucrania respondía que no se rendiría y tachaba de "delirio" la propuesta de Rusia, poniéndose en alerta ante la inminente ofensiva. Pese a todo, las tropas rusas no han entrado por el momento en Mariúpol, y Kiev ha recibido el grueso de los ataques de este lunes.

Zelenski ha ido más allá. No quiere oír hablar de chantajes y no quiere "entregar" Ucrania a Moscú. "Ucrania no puede cumplir jamás un ultimátum de la Federación Rusa. Tendríamos que estar todos muertos y solo entonces se cumpliría su ultimátum para entregar Járkov, Mariúpol o Kiev. No podemos hacerlo", dijo en una entrevista a la prensa europea, sin entrar a hablar en las demandas que mantiene el Kremlin para el alto el fuego.

Además, Zelenski aseguró que cualquier acuerdo con Moscú tendrá que ser sometido a referéndum entre la población. "He explicado a todos los grupos negociadores: cuando se habla de todos estos cambios, que pueden llegar a ser históricos, iremos a un referéndum", avisó, e incidió en esta idea al decir que "la gente tendrá que decidir sobre ciertos compromisos. Estoy listo para hacer cualquier movimiento si se hace con nuestra gente".

La información que sale de Mariúpol en estas semanas de cerco es escasa y complicada de contrastar por organismos internacionales. Las autoridades locales hablan de más de 2.400 civiles muertos por ataques rusos, aunque la ONU no ha podido confirmar esta cifra. Por el momento, Naciones Unidas constata la muerte de casi 850 civiles muertos y 1.400 heridos en toda Ucrania desde el comienzo de la invasión rusa. 

Mientras los esfuerzos rusos continúan en el sur del país para terminar de aislar a Ucrania del Mar Negro, los bombardeos siguen produciéndose en Kiev. Al menos ocho personas murieron en un bombardeo de las fuerzas rusas esta noche contra un centro comercial en la capital, informó este lunes el Centro de Comunicaciones Estratégicas y Seguridad de la Información del Ministerio de Cultura y Política de la Información de Ucrania. Un total de 63 bomberos y 11 unidades han trabajado en la extinción de las llamas, que habrían llegado hasta el tercer y cuarto piso del edificio que, según la versión de Rusia, estaba vacío y se usaba para "almacenar misiles".

Precisamente para bloquear la salida al mar, las fuerzas rusas atacaron este lunes por primera vez infraestructuras civiles en Odesa: lanzaron el ataque desde buques y Ucrania confirmó los inmensos daños materiales. En este sentido, Estados Unidos ha alertado en las últimas horas de un aumento de los movimientos de fuerzas rusas en el Mar Negro.

Las posturas entre las partes, aunque haya habido amagos de lo contrario, no se acercan, y de hecho Rusia sostuvo que si no se está negociando la posibilidad de un alto el fuego durante las conversaciones con las autoridades ucranianas se debe a que "los nacionalistas" aprovechan cualquier receso en las hostilidades para "reagruparse" y "atacar" las posiciones del Ejército ruso. Ucrania, por contra culpa a Moscú de no ceder, y todo eso provoca que los corredores humanitarios apenas estén funcionando. Hasta ahora, según los datos de Naciones Unidas, han salido de Ucrania más de 3,3 millones de refugiados y entre refugiados y desplazados la cifra alcanza ya los 10 millones de personas.

Tan delicada es la situación que el Gobierno ucraniano anunció que subvencionará con al menos 2.000 grivnas mensuales -más de 60 euros- a aquellos ciudadanos que abandonan sus domicilios huyendo de zonas activas de conflicto, y lo hará "sin papeleos ni burocracias". Mientras, Zelenski mantiene el llamamiento a Occidente para que suministre más armas, decrete una zona de exclusión aérea y refuerce las sanciones.

¿Más sanciones contra Rusia?

Ucrania implora que Occidente no la deje sola frente a Putin y en esos imaginarios colectivos se centra Zelenski en sus intervenciones. En un mensaje a la nación, el presidente ucraniano aseguró que "nadie tiene derecho a destruir el continente" y pidió cerrar todos los puertos europeos e impedir que distribuyan sus productos, además de abandonar los recursos energéticos rusos". Kiev considera que las medidas tomadas hasta ahora no son suficientes, y reconoce que el país aguanta, pero no sabe cuánto tiempo más podrá hacerlo. "Miles de personas están muriendo en esta guerra brutal de Rusia contra nuestro país. Antes de esto nuestro capital era comparado con el nuevo Berlín, y ahora Kiev está exhausto", sentenció.

En el otro lado, los aliados occidentales se mantienen inamovibles en su estrategia: armas sí, pero nada de entrar en guerra directamente con Rusia. La OTAN trabaja para seguir reforzando su flanco oriental mientras el debate sobre más sanciones a Rusia sigue sobre la mesa. La UE apuesta por un quinto paquete pero las costuras de los Estados miembros ya se empiezan a ver, pues algunos como Hungría dejaron claro este lunes que no se incluirá el sector energético en las mismas.

El frente diplomático también se está erosionando más y más con el paso de los días, cuando se va a cumplir el primer mes de invasión rusa. Así, Moscú ha convocado al embajador de Estados Unidos en Moscú, John Sullivan, para trasladarle personalmente su malestar después de que el presidente norteamericano, Joe Biden, describiese como un "criminal de guerra" a Putin. Para el Kremlin, las relaciones con Washington están "al borde de la ruptura" y además el Gobierno de Putin insiste en acusar a EE UU de tener "una actitud hostil".

Precisamente Biden mantuvo una conversación telefónica con los líderes de Francia, Emmanuel Macron; Alemania, Olaf Scholz; Italia, Mario Draghi, y Reino Unido, Boris Johnson, en la que abordaron las "brutales tácticas" de las fuerzas rusas. "Han expresado su grave preocupación por las brutales tácticas de Rusia en Ucrania, como los ataques contra civiles", informó la Casa Blanca en un comunicado oficial.

Otro de los actores en discordia es China, a quien Ucrania pide que juegue "un papel importante" para encontrar una salida a la guerra. "Compartimos la posición de Pekín sobre la necesidad de encontrar una solución política para poner fin a la guerra contra Ucrania y hacemos un llamamiento a China, como potencia mundial, para que desempeñe un papel importante en estos esfuerzos", expresó el ministro de Defensa ucraniano, Dimitro Kuleba, quien, como Zelenski, instó a la comunidad internacional a seguir "aislando" a Rusia. "Esta es la cara fea de Rusia, una desgracia para la humanidad", terminó el ministro.

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