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ENTREVISTA | Fernando Tejero: "He logrado salir de esa cárcel que es la depresión"

El actor Fernando Tejero.
MIGUEL LEAL

Fernando Tejero es un hombre sabio. Se percibe en su forma de hablar sincera, en ese tono relajado con el que aborda las dificultades que ha tenido que sortear hasta sentirse completo y satisfecho. No solo en el terreno personal donde ha logrado resurgir de sus propias cenizas, sino también a nivel profesional, donde se encuentra en la recta final de su próxima película, Últimas voluntades. Un filme que protagoniza junto a Adriana Ozores y Óscar Casas.

¿Qué vamos a ver en Últimas Voluntades? Es una historia de amor entre un hijo y un padre que, por circunstancias de la vida, acaba en prisión. Este hecho le hace que tenga que abandonar a su hijo cuando solo era un bebé. Aunque la hayan catalogado como thriller, la realidad es que es una película de redención, de segundas oportunidades.

¿Tan necesarias son? Estoy convencido de ello. Todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad, siempre que sea con un fin positivo, para mejorar. En el caso del personaje al que doy vida, su principal deseo es recuperar, de alguna manera, a su hijo.

Uno de los temas que aborda es la homosexualidad. Sin quererlo, usted se ha convertido en un referente en este sentido, ¿cree que sigue faltando libertad? Por supuesto. Afortunadamente, hemos avanzado mucho en este asunto, pero, de un tiempo a esta parte, considero que ha habido una regresión. Es muy lamentable seguir viendo noticias que cuentan hechos homófobos terribles. Con todo esto quiero decir que no hay que bajar la guardia, hay que seguir luchando.

"Es muy lamentable seguir viendo noticias que cuentan hechos homófobos terribles"

¿Cree que se lucha desde trincheras acertadas? Me sorprende que haya una fiesta del orgullo gay a la que acuden dos millones de personas y que, al mismo tiempo, se organicen manifestaciones para alzar la voz contra esta lacra social y que no vaya casi nadie. No digo que la fiesta del orgullo no sea necesaria, porque sí lo es, pero hay actos que son mucho más necesarios.

Es el reflejo de una sociedad hipócrita, ¿no? Efectivamente. Es como cuando alguien te pregunta si eres homosexual y cuando respondes afirmativamente te dicen que tienen muchos amigos como tú. Lo siguen haciendo como si fuéramos unos apestados. Yo sufrí bullying en el colegio y lo pasé francamente mal. Empecé a tartamudear por no poder expresarme como yo era. De pequeño tenía pluma, era amanerado y tenía la voz fina... al final de tanto forzarla ahora tengo una voz más grave.

Mucha gente cree que la homofobia no existe… Considero que si hay personas que piensan así es porque les falta información, como pasa con el machismo o con la xenofobia, por ejemplo. Sigue habiendo muchísimo prejuicio y es muy fácil mirar hacia otro lado. Deberíamos reflexionar sobre esto, pues se reduce a una cuestión de amor: de amar al prójimo. Si uno está bien comido, bien dormido y bien follado no debería importarle la vida de nadie.

"Sufrí bullying en el colegio y lo pasé francamente mal"

¿Cuál piensa que es el problema? La falta de empatía. Todo se reduce a eso. El que sufre la homofobia padece mucho a nivel psicológico.

¿Se da la importancia a la salud mental? No, en absoluto. Las enfermedades mentales se han convertido en una epidemia silenciosa que cada vez está teniendo más magnitud. Además de tender a la melancolía, yo he pasado por una depresión muy grande y afortunadamente me puedo pagar un psicólogo. Sin embargo, hay criaturas mileuristas que, por desgracia, no se lo pueden permitir. Yo no solamente denuncio, sino que exijo que haya más atención a la salud pública. No nos damos cuenta, pero las cifras de personas que se suicidan son muy altas.

¿Le costó reconocer que estaba afrontando una depresión? Lamentablemente me costó. La primera vez que acudí al psiquiatra me preguntaba si estaba loco o qué pensaría la gente de mí. Reconocer que me he tenido que medicar me ha costado, pero creo que es mi obligación contarlo, darle altavoz para que el mundo se entere. Es fundamental para ayudar a la gente que realmente lo necesita. Nadie está a salvo de esto.

"Me costó reconocer que estaba afrontando una depresión"

Además de refugiarse en la ayuda psicológica, ¿en quién lo hizo? Principalmente en mis amigos, aunque me hubiese gustado tener más confianza con mi familia a la hora de abordarlo, pero lo cierto es que cuando estás en estas circunstancias no quieres hacer demasiado daño. Finalmente, uno busca desahogo más allá de la ayuda terapéutica y acabas pidiendo ayuda a la gente que tienes más cerca. Yo, que no había hecho deporte nunca, acabé enamorado de él.

Y lo superó… Sí, gracias a todo eso conseguí salir de esa prisión que es una depresión. Tuve días en los que me costaba levantarme de la cama, que era incapaz de salir de ella.

Imagino que las risas también le ayudaron, ¿son terapéuticas? Sin ninguna duda. En este sentido creo que debería haber muchos más talleres de risoterapia. El sentido del humor es muy necesario. Cuando alguien por la calle se me acerca y me dice que gracias a una interpretación mía se ha sentido mejor, me satisface muchísimo. Sobre todo porque a mí me hubiera encantado tener a alguien en los momentos más complicados.

¿Te cuesta alejarte de la comedia? Sí, pero no lo entiendo. Hay muchos compañeros que se pasan toda su carrera haciendo drama y cuando se van a hacer comedia no se les señala con el dedo. En mi caso, sí. Dejé de hacer cine porque sentía que lo que me ofrecían ya lo había hecho. Y a día de hoy todavía leo notas de prensa en las que se hace referencia a mi cambio de registro.

¿España encasilla? Sí, en España se encasilla. Me parece terrible que todavía después de haber hecho cuarenta y pico películas, todavía sigan diciendo el actor de la que se avecina y aquí no hay quien viva. Se pasa factura, se paga un peaje por haber sido conocido mayormente por la tele y por una comedia. Hay gente que no te toma en serio o piensa que solo sabes, que te hacen sentir actor de segunda.

"Dejé de hacer cine porque sentía que lo que me ofrecían ya lo había hecho"

¿Cómo llevas la fama? Te diría que me he acostumbrado, pero no es cierto. Soy consciente de mi profesión y si no quisiera que me conocieran tendría que dedicarme a otras cosas. Yo he ido por la calle muriéndome de pena porque me ha ocurrido algo bastante grave y me han pedido una foto y si no has puesto tu mejor cara, te lo han reprochado sin saber lo que realmente te está pasando. La fama cuesta y emborracha, pero no es algo que tú hayas elegido.

¿Has tomado alguna decisión para evitar el asedio? Me acabo de mudar al campo precisamente por eso. Salir a la calle cada día y cada día pedirme fotos y sentirme observado me cuesta mucho. Con el paso del tiempo esta sensación pesa más. También debo decir que nadie te prepara para eso. Aunque intento darle poca importancia, es algo que está ahí.

¿Cómo convives con el interés que genera tu vida personal? No lo llevo demasiado bien. Me he equivocado en alguna ocasión porque soy una persona impulsiva y alguna vez no mido mis expresiones. Siempre he sido muy reservado con mi vida privada, pero en alguna ocasión se me ha ido de las manos. Toda actuación también tiene sus consecuencias. No me parece bien que haya gente que, por ejemplo, se meta en las redes a poner a caldo a una persona. Hay que estar muy aburrido y muy amargado.

"Salir a la calle cada día, pedirme fotos y sentirme observado me cuesta mucho"

¿Has sufrido acoso en las redes? Sí, por supuesto. Aunque a todo se acostumbra uno, es muy duro. Depende de como te pille puede ocurrir una desgracia, es el caso de Verónica Forqué. En la decisión que ella tomó tuvo mucho que ver todo lo que se dijo de ella.

¿Qué te pareció lo que ocurrió con Will Smith? Lo que hizo no está justificado de ninguna manera. Es cierto que le sentó mal lo que hizo con esa broma, pero no es una buena actuación.

¿Sois los actores tan raros como parecéis? No creo que más que otros profesionales. En mi caso debo confesar que soy obsesivo y tengo rituales, pero no me considero raro.

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