¿Qué se sabe de Mariano, el jubilado español desaparecido en Ucrania y que puede estar en manos rusas?

Mariano García Calatayud, un funcionario jubilado de Carlet, presuntamente detenido por las tropas rusas.
Mariano García Calatayud, un funcionario jubilado de Carlet, presuntamente detenido por las tropas rusas.
CEDIDA
Mariano García Calatayud, un funcionario jubilado de Carlet, presuntamente detenido por las tropas rusas.

Han pasado dos semanas desde que fue visto por última vez en la ciudad ucraniana de Jersón y, desde entonces, no está claro qué ha sido de él. El jubilado valenciano Mariano García Calatayud, más conocido como Mario, desapareció el pasado 19 de marzo en esta localidad ocupada por el Ejército ruso mientras participaba en una manifestación contra la invasión del país: presuntamente fue detenido por las tropas del Kremlin y obligado a montar en un coche. A partir de ahí, las versiones divergen y no existe una confirmación oficial de su paradero.

Este exfuncionario de Carlet (Valencia) fue arrestado por las fuerzas rusas y conducido a la prisión de la Policía de la ciudad de Jersón, donde permaneció encarcelado, según explica a 20minutos Julio Suárez, un empresario amigo suyo cuyo hijo, Vitaly, vive en la localidad ucraniana. "Tras dos o tres días intentando que nos dieran noticias de él, conseguimos que atendieran a una persona que enviamos y pudo saber que estaba bien", detalla.

Después de intensas negociaciones entre este mediador y las tropas invasoras para excarcelar al jubilado y unos primeros momentos de confusión, este empresario y sus contactos en Ucrania creyeron que Mario había sido puesto en libertad, para comprender al día siguiente que continuaba encerrado, relata. Por su parte, la familia del exfuncionario en España se encuentra destrozada, al no disponer de información oficial sobre el paradero del valenciano y no tener ni siquiera constancia de si sigue con vida.

"Tras dos o tres días intentando que nos dieran noticias de él, conseguimos que atendieran a una persona que enviamos y pudo saber que estaba bien"

Julio afirma que el septuagenario, residente en Ucrania desde 2014 y dedicado a labores humanitarias, fue apresado por los rusos. Sus parientes tienen dudas. A su vez, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación no aclara dónde ni cómo se encuentra el desaparecido. Informa, no obstante, de que la Embajada de España en Kyiv -actualmente en Varsovia- y los servicios de emergencia consular están "siguiendo atentamente este caso, investigando cuál es el paradero de Mario García Calatayud para esclarecer su situación y permanecen en contacto con su familia". 

Problemas con la liberación

En medio del desconcierto sobre lo ocurrido, el hijo de Julio y el equipo con el que reparte comida y medicamentos en Ucrania desde el inicio de la guerra tuvieron noticias del encierro de Mario y trataron de sacarlo de prisión con la ayuda de un negociador, ahonda el empresario. En un primer momento, los soldados rusos los informaron de que la liberación se produciría en un periodo de dos o tres días, para después comunicarles que la puesta en la calle iba a ser inmediata.

Una vez recibida la notificación de la excarcelación, el intermediario acudió a la prisión para reunirse con el septuagenario a su salida, pero no lo localizó. Él y todo el grupo de Vitaly pensaron que el valenciano había abandonado el lugar para alejarse de la amenaza de las fuerzas rusas y fueron a su casa, donde tampoco lo encontraron. El toque de queda los obligó a posponer la búsqueda al día siguiente, cuando prosiguieron sus pesquisas en determinadas ubicaciones estratégicas. Fue en vano.

"Hasta que Jersón no forme oficialmente parte de la Federación rusa, no pueden entregarlo a las autoridades españolas"

Ese mismo día, el negociador regresó a la cárcel para informarse sobre lo sucedido con el exfuncionario y le comunicaron que continuaba arrestado. "Le indicaron que Mario seguía detenido, que el Ministerio de Exteriores de España se había dirigido a la Federación Rusa para solicitar su liberación y le dijeron que, hasta que Jersón no forme oficialmente parte de la Federación rusa, no pueden entregarlo a las autoridades españolas", narra Julio. 

Incertidumbre sobre su paradero actual

Tras el caos generado y las esperanzas creadas, el negociador lamentó "haber sido víctima de un engaño" por parte del Ejército ruso, así como haber creado "falsas expectativas tras caer en la mentira". No obstante, el equipo de Vitaly continúa confiando en este intermediario, "una persona pública de Jersón", que ya ha logrado liberar a varias personas detenidas.

Por el momento, señala Julio, no hay nueva información sobre el paradero y el estado de Mario. "Tenemos a esa persona que cada día va allí a pedir que le dejen verlo y enviarle un médico para asistencia sanitaria y comida. Ellos mantienen silencio absoluto. No sabemos nada de nada de nada, no quieren soltar prenda de los que está pasando ni de cómo está", comenta.

"No sabemos nada de nada de nada, no quieren soltar prenda de los que está pasando ni de cómo está"

Ahora, ni siquiera tienen la certeza de que siga allí: "Con esta gente no se puede saber qué está pasando. Hasta que no nos permitan verlo, no podemos decir nada. Sería especular". No obstante, temen que hayan podido maltratarlo, "como ha ocurrido con otros presos", y Julio alberga serias dudas de que lo vayan a poner en libertad.

Su familia en España, destrozada

La incertidumbre, las versiones contradictorias y la falta de confirmación oficial han hecho mella en la familia de Mario en España, especialmente en su hermana y su hijo. Lo cuenta a 20minutos Paco Santiesteban, un buen amigo del septuagenario que reside en Valencia. Apunta que ni siquiera han tenido constancia de que el jubilado haya sido encerrado por los soldados del Kremlin en algún momento.

"No saben si está en la cárcel de la ciudad ocupada o en otro sitio. O si está, porque no hay ninguna prueba de vida"

"No hay pruebas de nada, la Delegación del Gobierno de Valencia no sabe nada, el Ministerio tampoco, ni la familia", se desespera este valenciano, que recalca la pesadilla de la familia con la aparición de todas estas informaciones.

Y añade: "He hablado con su hijo y está destrozado. No saben si está en la cárcel de la ciudad ocupada o en otro sitio. O si está, porque no hay ninguna prueba de vida. No se sabe nada a ciencia cierta".

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