Ocre, rojo, almagro y negro. Son los colores originales del Arco de la Macarena, que vuelven a lucir en su máximo esplendor tras los trabajos de restauración que ha llevado a cabo el Ayuntamiento de Sevilla y que han permitido, además, revelar elementos que permanecían ocultos desde el siglo XIX.
La intervención en este Bien de Interés Cultural (BIC), que comenzó en agosto del pasado año, ha supuesto la aplicación de "tratamientos específicos necesarios" para "devolverlo a un perfecto estado de mantenimiento", así como la recuperación de los tonos primitivos, de los pináculos de remate, la consolidación e impermeabilización de la cubierta, la limpieza de las columnas de piedra, la sustitución de piezas deterioradas y la reparación de fisuras.
Tras la restauración, que ha contado con una inversión de 222.000 euros, el Consistorio ha decidido peatonalizar la antigua puerta de la muralla, de forma que el tráfico rodado no volverá a pasar por debajo del Arco, tal y como ha sucedido durante el desarrollo de las obras, ganando así espacio el viandante junto a la también peatonalizada plaza de la Basílica de la Macarena y a las obras de la Ronda Histórica, que generarán igualmente una zona más amplia para los peatones.
Además de recuperar las tonalidades originales –ocre en el grueso del monumento y almagro en las cornisas y molduras–, la intervención ha permitido sacar a la luz elementos de distintas épocas, desde muestras del almenado de la puerta medieval hasta elementos decorativos del siglo XVIII, como policromías y esgrafiados (técnica ornamental que se utiliza para la decoración en el revestimiento de muros).
Pero, sin duda, el hallazgo más significativo es el de una antigua cámara del cuerpo de guardia de la muralla, encontrada en el interior izquierdo del Arco, donde se mantienen "intactos" los elementos que servían a los guardias para hacer más cómoda su estancia, como un pequeño hogar que hacía las veces de cocina, un banco corrido de piedra para descansar, restos cerámicos, ganchos para colgar utensilios y hasta restos de animales. La cámara será visible una vez que se termine de colocar un vidrio de seguridad para su protección.
La conclusión de las obras en el Arco antes del inicio de la Semana Santa, "tal y como nos comprometimos", ha afirmado el alcalde, Antonio Muñoz, se produce unos meses después de la finalización de los trabajos en la zona intramuros de la muralla. Y este mismo martes, la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente ha iniciado los trámites para contratar la intervención que se llevará a cabo en la cara externa de la muralla, desde el Arco hasta la Puerta de Córdoba, una actuación que supondrá la consolidación estructural puntual de las zonas que lo precisen y la aplicación de los tratamientos epidérmicos necesarios para detener el deterioro en la fábrica de tapia.
Este proyecto cuenta con un presupuesto de 1.755.149 euros, financiados en un 44,53% por el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, con cargo al Programa 1,5% Cultural, lo que supone una aportación de más de 781.000 euros. La previsión es que las obras comiencen a mediados de este año y se prolonguen durante 18 meses, abarcando la barbacana, la liza y las torres, entre la que destaca la Torre Blanca.
La última fase de la estrategia integral sobre este bien patrimonial –que cuenta con presupuesto total de más de tres millones de euros– es la relativa a la antigua Puerta de Córdoba, un proyecto que depende directamente de la Hermandad de San Hermenegildo y en el que colaborará económicamente el Ayuntamiento, a falta solo de la aprobación por parte de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico.
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