Producto, proximidad, slow food, honestidad... Conceptos e ideas tan recurrentes a la hora de describir cocinas y restaurantes que cuando de verdad apetece echar mano de ellos da hasta reparo.
Pero es que son justo las palabras que necesitamos para contar lo que hace Sergi de Meia. Nada que no sepamos ya en realidad porque a estas alturas este chef, uno de los máximos representantes de la cocina tradicional catalana que ha sabido ponerse al día no necesita presentación.
La noticia es que desde hace unos meses este cocinero ha vuelto a Barcelona -cerró su anterior negocio hace un par de años- con un nuevo local (Laforja, 83) en la parte alta de la ciudad.
Mismo nombre, un espacio más amplio y acogedor -ni hay ni se esperan lujos en esta casa- y, sobre todo, el mismo concepto de cocina que él mismo describe como "desacomplejadamente catalana y 100% de proximidad".
Esa apuesta casi radical por la proximidad del producto y la temporada para algunos significará limitación. Pero aquí se convierte en el pilar que da coherencia al discurso y a la carta.
Y es que una comida que empieza con buen aceite y embutidos, o una tapa de las casi míticas patatas a la riojana de Meia -casi una crema, coronadas por un huevo de codorniz- es ya una declaración de intenciones. Y un aviso de que aquí fuegos artificiales, trampantojos de esos, y espumas, nada de nada.
No se renuncia, eso sí, a presentaciones cuidadas y coloristas. Las espinacas a la catalana que se sirven no sólo son las más bonitas que hemos visto nunca, sino también muy sabrosas, gracias a una crema suave salpicada de pies de cerdo y pescado azul, que da lugar a un potente y original mar y montaña.
La temporada manda, lo que implica que la carta y los platos del menú que ejecuta Pau Olivés -jefe de cocina del restaurante- se van adaptando a lo que hay en el mercado. Pero nunca faltarán los arroces, la caza y los guisos, como la escudella barrejada -casi una rareza ya en las cartas de la ciudad- o el fricandó que aquí bordan.
Además de la carta, ofrece dos menús degustación de cinco y siete pases (50 y 65 euros, respectivamente), con opción de maridaje de vinos (hay que sumar 18 y 30 euros a la cuenta, en cada caso), la mayoría catalanes. Entre semana también se ofrece menú ejecutivo al mediodía por 37 euros.
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