Borja Terán Periodista
OPINIÓN

'Encuentros inesperados' o ¿encuentros irrelevantes?: el programa fallido de La Sexta

Edición sobre 'machos' de 'Encuentros inesperados' en La Sexta
Edición sobre 'machos' de 'Encuentros inesperados' en La Sexta
Atresmedia
Edición sobre 'machos' de 'Encuentros inesperados' en La Sexta

En televisión, como en la vida, los encuentros inesperados son un arma arrojadiza. La sorpresa sólo para Isabel Gemio, pues los vínculos entre personas son impredecibles y siempre se puede generar un momento incómodo que provoque un bloqueo mental en los protagonistas del programa, hundiendo los pronósticos de la emisión.

Para crear un clima de confianza, mejor no dejar todo a la sorpresa. De ahí, tal vez, que los Encuentros inesperados de Mamen Mendizábal sólo tengan de inesperado el título del programa.  La idea de mezclar diferentes referentes para hablar de una temática es buena, pero no funciona en emisión y ha pinchado en audiencias. ¿Por qué?

En la mayoría de los casos, Encuentros inesperados ha elegido mal a los convidados en cada cita. Porque suelen ser inexpertos en aquello de lo que se habla y, por tanto, no interesa su opinión sobre el tema elegido por cada capítulo. Salvo excepciones, no tienen un argumento trabajado de lo que se aborda y, como consecuencia, el programa se transforma en una charla de bar. Lo que empuja a que estos tertulianos se lancen a lo banal, frívolo y 'cuñado' que puede transmitir unos valores erróneos.  Y no se puede confundir ambiente distendido con dar crédito a la elucubración. 

Amén, machos, libres, odio, amores... son algunas de las perchas elegidas para la primera temporada del espacio. Mendizábal va sacando conceptos sin replicar o discutir para frenar la barbaridad. Se puede lanzar un estigma y ahí queda en el ambiente con una autoridad que el prescriptor no tiene, ya que ha sido elegido más por una presunción de atracción mediática y viral que por su relevancia para enriquecer el relato del programa. Lo que ha propiciado que algunas declaraciones derramadas en el espacio despierten la indignación por la irresponsabilidad social que tales inconsciencias atesoran. Como las divagaciones sobre homosexualidad y fútbol del futbolista Santi Cañizares, entre otras. 

Este tipo de formatos televisivos sólo funcionan si los protagonistas tienen experiencias que sean prácticas y estén comprometidas con la sociedad. El intercambio de opiniones debe estar fundamentado en una lucha social diaria, en una realidad vivida en primera persona, en una especialidad curtida... No en un palique de barra de bar que opina de todo lo que le echen sin una elaboración meditada previa. Para eso ya está Twitter. Eso hace al formato fallido al no proporcionar valores a una audiencia de La Sexta que premia programas que le hagan aprender. A veces, incluso, Encuentros inesperados ha intoxicado sensibilidades socialmente logradas. Yendo por detrás de su público objetivo.

Para ser realistas más que Encuentros inesperados, quizá, este formato se debería haber denominado 'Encuentros inexpertos'. Incluso 'Encuentros irresponsables'. Porque hablar a lo loco en televisión, es irresponsable. Aunque se nos esté olvidando.

Borja Terán
Periodista

Licenciado en Periodismo. Máster en Realización y Diseño de Formatos y Programas de Televisión por el Instituto RTVE. Su trayectoria ha crecido en la divulgación y la reflexión sobre la cultura audiovisual como retrato de la sociedad en los diarios 20 minutos, La Información y Cinemanía y en programas de radio como ‘Julia en la Onda’ de Onda Cero y 'Gente Despierta' de RNE. También ha trabajado en ‘La hora de La 1' y 'Culturas 2' de TVE, entre otros. Colabora con diferentes universidades y es autor del libro 'Tele: los 99 ingredientes de la televisión que deja huella'.

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