Rusia intimida a Occidente atacando Leópolis y asfixia una futura negociación con su ofensiva final sobre el Donbás

Humo en Leópolis tras un ataque ruso.
Humo en Leópolis tras un ataque ruso.
EFE
Humo en Leópolis tras un ataque ruso.

"Mariúpol ya no existe". El objetivo de Rusia parece haber pasado a ser no tanto ocupar Ucrania sino borrarla del mapa después de 54 días de invasión, y esta ciudad es, para Kiev, la muestra más clara de la destrucción. El ministro de Defensa ucraniano, Dimitro Kuleba, aseguró de hecho que el asedio ruso sobre esta urbe, que ha sido reducida a cenizas y de la que casi toda su población ha tenido que huir es "una línea roja" para retomar las negociaciones. Pero Moscú ha hecho oídos sordos y además busca intimidar a Occidente con un ataque sobre Leópolis.

100.000 personas permanecen todavía en la asediada Mariúpol. 

Esta ciudad, muy cerca de la frontera con Polonia y por ende con la UE, se ha convertido desde el inicio de la invasión en un refugio -al menos de paso- para quienes escapan de la guerra. Y Rusia la mira como el punto sobre el que presionar a la OTAN para que, entre otras cosas, deje de enviar armas a Ucrania. Quiere frenar a la Alianza y su aviso llegó este lunes en forma de un bombardeo que dejó al menos siete muertos y varios heridos.

Varios de los misiles impactaron en infraestructuras militares, pero al menos uno alcanzó de lleno instalaciones con neumáticos y desató un aparatoso incendio. Además, las autoridades ucranianas también han informado de varios impactos cerca de la principal estación de trenes, sin que se tenga constancia de civiles heridos en esta zona. El conflicto, así, da un nuevo giro, pues Leópolis había permanecido prácticamente intacta al ser entendida como un corredor humanitario permanente.

Eso ahora ha cambiado. El alcalde de la ciudad, Andriv Sadovy, lanzó un aviso a los ciudadanos. "Por favor, vayan a los refugios. El enemigo se acerca", alertó, antes de sentenciar sobre lo delicado de la situación. "La ciudad ya no es segura. Todas las ciudades y los pueblos están en la misma situación. Rusia está cometiendo actos de genocidio, atacan a la población civil". Rusia, por su parte, justifica el ataque en que "ha servido para destruir un almacén de armas de Estados Unidos y la UE".

A medida que el frente bélico gira hacia el este, con el Donbás siendo testigo ya, según Rusia, "de la ofensiva final", la vía diplomática se congela más y más. De hecho, el propio presidente Zelenski aseguró que Rusia ya ha iniciado esos ataques. "Se están registrando signos del comienzo de la operación ofensiva en la Zona Operacional Este. En los distritos operativos de Slobozhanski y Donetsk, el agresor intensificó las operaciones ofensivas y de asalto en algunas áreas", alertó el Ejército. "Lucharemos hasta el final", insistió el líder ucraniano.

El plan inicial de Vladimir Putin, que pasaba por la toma total de Ucrania, ha fracasado. Pero su planteamiento alternativo no es menos peligroso. De hecho, Peter Ricketts, exjefe de seguridad británico, explicó en una entrevista a la BBC, que el presidente ruso estaría "cada vez más desesperado por cortar el flujo de armas" a Ucrania, y para ello, podría lanzar ataques con misiles contra "aviones y convoyes" que se dirigieran con ellas desde el territorio de los aliados. Asimismo, avisa de la cada vez más posible "cronificación" del conflicto, que podría "durar años y años".

Rusia y Ucrania llevan semanas sin sentarse al más alto nivel y el acuerdo resulta ahora quimérico. Kiev, con todo, quiere más dureza en las sanciones por parte de la Unión Europea. Kuleba insistió en que el siguiente paquete de medidas contra Rusia debería incluir ya un embargo de petróleo, algo que ya está sobre la mesa pero que sigue generando fricciones entre los Estados miembros. 

Mientras, Moscú avanza en el este y Ucrania confirmó que los rusos se hicieron este lunes con el control de la localidad de Kreminna, situada en la región de Lugansk. "Los combates continúan. La evacuación desde la ciudad ya no es posible", alertaron las autoridades. Por su parte, las fuerzas ucranianas apuntaron que han logrado expulsar a las tropas rusas de asentamientos cercanos a la ciudad de Izium. El objetivo que tenía el Kremlin en la zona, según Kiev, era "lanzar otra ofensiva". Mientras, Putin ha condecorado a la brigada militar acusada de matar a cientos de civiles en la localidad de Bucha.

La "guerra económica" contra Putin

En el otro lado, Putin considera que la "guerra económica de Occidente contra Rusia ha fracasado". En una reunión para analizar la situación socioeconómica de Rusia, Putin ha asegurado que los países aliados que han impuesto sanciones contra Moscú buscaban "socavar rápidamente la situación financiera y económica" del país. Además, sostiene, el objetivo también era "colapsar el sistema bancario y generar una escasez masiva de productos en las tiendas", según ha recogido la agencia de noticias rusa Interfax. Pero, las autoridades rusas "ya pueden decir con confianza que tal política fracasó". Putin, en este sentido, lleva días aseverando que su país cuenta con alternativas suficientes para exportar la energía en caso de que llegue un bloqueo europeo, todavía lejano por la dependencia gasística de algunos países como Alemania.

Por otra parte, Moscú avisa de que Ucrania prepara "provocaciones con apoyo de países occidentales que incluyen ataques contra iglesias ortodoxas" con motivo del Sábado Santo ortodoxo, que se celebra el 23 de abril, sin que Kiev se haya pronunciado por ahora sobre estas acusaciones.

El jefe del Centro de Control de Defensa Nacional de Rusia, el coronel Mijail Mizintsev, ha manifestado que "el régimen de Kiev, con apoyo de varios países occidentales, está completando los preparativos para unas provocaciones monstruosas y sofisticadas con numerosas víctimas en las regiones de Zaporiyia, Nikolaev, Odesa, Sumy y Járkov". Precisamente esta última, la segunda más grande de Ucrania, ha sufrido numerosos ataques rusos en las últimas horas. No obstante, el Kremlin argumenta que se han creado más de 70 grupos entre "batallones nacionalistas" con el objetivo de "atacar con artillería templos e iglesias ortodoxas en la noche de Pascua para acusar al Ejército ruso de la masacre de civiles".

La situación humanitaria sigue siendo muy complicada: más de 4,9 millones de refugiados han salido de Ucrania desde el inicio de la invasión, según los datos que maneja Acnur. En todo caso, Polonia ha registrado por primera vez desde el inicio de la guerra más retornos hacia Ucrania que llegadas de personas huidas. El pasado sábado unas 19.200 personas entraron a Polonia desde Ucrania, mientras que 22.000 cruzaron la frontera en sentido contrario, según fuentes locales citadas por la BBC. Eso sí, no son retornos fijos como tal sino que se trata de visitas puntuales a familiares o a los lugares de origen. Además de a Polonia, también han llegado cientos de miles de personas a Rumanía (743.000), Hungría (461.000), Moldavia (423.000) y Eslovaquia (337.000).

Con todo, la ONU cifra ya en más de 2.000 los civiles muertos desde que empezó la invasión rusa de Ucrania. La oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos tiene registrados hasta el momento 2.072 fallecidos civiles, de los cuales 169 eran niños. Además, 2.818 personas han resultado heridas, según el balance publicado este lunes. Eso sí, alerta de que no son datos ni mucho menos firmes, pues no hay cifras claras de zonas como Mariúpol.

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