Barcelona

Barcelona endurecerá la normativa de derribos para proteger su patrimonio

Edificio del Clot derribado.
Associació de Veïnes i Veïns Clot-Camp de l'Arpa @avvc_ca

La casa Estrella Coca del Clot, la cooperativa Flor de Maig de Galvany y uno de los mosaicos de Armand Olivé Milian de la Verneda tienen una cosa en común: son ejemplos de patrimonio de la ciudad de Barcelona que ha sido derruido por no estar protegido. Ahora, el Ayuntamiento quiere evitar que esto siga ocurriendo y, para ello, el gobierno municipal llevará al pleno de abril una propuesta para proteger estos elementos. 

La medida, llamada 'Barcelona, Ciudad Patrimonio', prevé "actualizar" el concepto tradicional del patrimonio arquitectónico y añadir nuevos elementos. "Ya no nos fijamos únicamente en edificios singulares, sino en el patrimonio popular, obrero y urbano que crea un vínculo sentimental en el día a día de nuestros vecinos; en los elementos que forman parte de la vida cotidiana de los barrios", ha dicho este miércoles en rueda de prensa la teniente de alcaldía de Urbanismo, Janet Sanz.

Barcelona, ha explicado, fue la primera ciudad de España en tener un catálogo patrimonial -en 1962-, una herramienta que ha servido para "proteger aquello que se consideraban elementos patrimoniales importantes". Sin embargo, ha asegurado, "ahora tenemos asociaciones que piden abrir este concepto de patrimonio y buscar elementos que permitan protegerlo mejor". 

Y es que, ha apuntado Sanz, "en los últimos 20 años, la forma de funcionar más sencilla ha sido la de derribar y construir de nuevo. Lo hemos visto en Villa Concepció, en La Prosperitat, y en el Cine Niza de Sagrada Familia. Hemos visto que este patrimonio se encontraba en una situación de riesgo por culpa también de la especulación y de la gentrificación, y para protegerlo necesitamos nuevas herramientas".

"El plan, mientras protege la esencia y el pasado de Barcelona, también prepara la ciudad para su futuro"

Además, la teniente de alcaldía ha añadido que esta "facilidad" para derribar y volver a construir es "especialmente grave en un contexto de emergencia climática. Ya no es que queramos hacerlo, es que estamos obligados a rehabilitar y a pensar en la construcción de otra manera para reducir las emisiones y generar oportunidades alrededor de la economía verde". El plan, ha asegurado, "mientras protege la esencia y el pasado de Barcelona, también prepara la ciudad para su futuro".

Nuevas herramientas para proteger el patrimonio

El gobierno municipal recoge, así, una serie de iniciativas para actualizar las herramientas disponibles y crear otras nuevas. En primer lugar, prevén ampliar este catálogo patrimonial, de manera que se transforme en un instrumento "que responda a esta nueva idea de patrimonio y que incorpore todas estas nuevas visiones. Planteamos una revisión continua de este catálogo, que sea una herramienta viva, abierta y que permita ir incorporando nuevos elementos", ha explicado Sanz.

Por otra parte, "necesitamos más control en un ámbito que, en los últimos años, ha hecho que nos echemos las manos a la cabeza más de una vez: los derribos". Para ello, prevén una modificación de la ordenanza para que la tramitación de los derribos pase de realizarse con un comunicado diferido -es decir, a posteriori- a necesitar una licencia previa y un informe sobre el posible valor patrimonial del edificio, para que la administración pueda dar o no el permiso.

Además, para involucrar a la ciudadanía y a los profesionales -arquitectos, promotores, urbanistas, etc.- en la protección de este patrimonio, se creará la Mesa de Patrimonio Ciudadana como lugar de diálogo entre los vecinos y los expertos en la materia, en la que se hará seguimiento de la medida y se compartirán los avances que se lleven a cabo. Además, se incrementará el asesoramiento municipal para las buenas prácticas en la rehabilitación y la restauración.

También se creará un equipo técnico dedicado al paisaje y al patrimonio de la ciudad que tendrá como objetivos revisar los informes históricos requeridos para llevar a cabo derribos, asesorar en los procesos de rehabilitación y gestionar las subvenciones, entre otras cosas. Para ello, la dotación económica para la conservación y la mejora del patrimonio se incrementará hasta los 7,5 millones de euros anuales.

Con estas herramientas, el Ayuntamiento prevé proteger otros elementos además de edificios, como jardines o comercios emblemáticos. Sobre estos últimos, Sanz ha remarcado que no prevén conservar únicamente la estructura, sino "también la actividad".

Para todo ello, el consistorio trabajará también junto a la Generalitat para actualizar la ley del patrimonio cultural catalán y poder incluir la protección de conjuntos paisajísticos, de actividades significativas tanto en el ámbito artesanal como en el comercial y para que los ayuntamientos puedan proteger bienes muebles y lugares históricos.

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