OPINIÓN

Un nuevo derecho para la madre Tierra: la reparación

Piedras en equilibrio en la playa.
Piedras en equilibrio en la playa.
GTRES
Piedras en equilibrio en la playa.

El renovar se va a acabar. ¿Tiene sentido cambiar de móvil cada dos años? Ninguno, pero nos hemos resignado a renovar como si fuera un ‘impuesto revolucionario’. Esta semana se sorprendía el conductor de la grúa al ver que mi coche, un mini con nueve años, mantiene la batería aún de fábrica. “Mucho le estaba durando. Ya era hora de que se agotara. La nueva que le van a poner no pasará de los dos años”. Baterías, ordenadores, lavadoras… nada parece que tenga que durar más de cinco años para que nuestra antigua economía líneal sobreviva y nuestro ego.

En Europa la obsolescencia programa su fin. Así lo acaba de decir su Parlamento. Este 2022 nace un nuevo derecho. El derecho a reparar dará un respiro a la madre tierra que ya no sabe de dónde sacar los 1,7 planetas que nos comemos cada año. Hay un refrán que dice: “El puente solo se repara cuando alguien se cae al agua”. Pues somos nosotros los que estamos a punto de caer y ser desheredados por una madre agotada. La pandemia le dio un respiro para sobrevivir. Y este nuevo derecho le dará recursos para mantenerse en el tiempo. Apostar por la economía circular y favorecer la reutilización es nuestro bienestar y el de nuestra siempre generosa madre Tierra. 

Ahora nos sentimos más ‘molones’ reparando. Ya era hora de que el sentirse bien por comprar algo nuevo tuviera su obsolescencia programada. Comprar y acumular ya es una tendencia decadente. Ahora, afortunadamente, hay que tener un verdadero propósito más allá del consumir para estar al día y sentirse bien. La percepción de la obsolescencia ha cambiado radicalmente. Ahora se llevan los vaqueros del pasado, de una añada, como si de un buen vino se tratara. Por eso las marcas, como por ejemplo Levi´s, se asocian con chicas molonas como “Back to Eco” y dan una segunda vida a los ya usados. O hay acciones como “Dona tu móvil a la ciencia” de Revivack, empresa que ayuda al consumidor en el retorno y a las empresas en la gestión del mismo dan un futuro a la madre Tierra dejando de extraer litio y cobalto para crear nuevas baterías para los móviles, pues las ya existentes, en vez de terminar contaminando, tienen todo lo que se necesita para crear nuevas.

“Que las cosas duren material y formalmente”, dice el gran diseñador Philippe Starck, creador de sillas, de hoteles y hasta del despacho de presidente Mitterrand. Estamos progresando, o lo intentamos, que es lo que cuenta. Se escucha a los grandes como Starck decir: “Lo que no es ecológico es cambiar continuamente". El diseño por el diseño ya no interesa, tampoco comprar por comprar.

Hoy, en el día de la Tierra, el regalo a nuestra madre es hablar del retorno, del conservar, del personalizar y del reparar para que ella pueda seguir teniendo más hijos que disfruten de lo mismo que nosotros con bienestar. Y ya solo por eso dejamos atrás al ‘hommo’ consumidor y vendedor puramente mercantil que quizá en breve solo atienda ante el reclamo: “Y si no dura más de 6 años, le devolvemos su dinero”.

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