Internacional

Kiev pone fecha al fin de la guerra y Blinken apadrina sobre el terreno la nueva entrega de armas por parte de Estados Unidos

Militares ucranianos toman posiciones en una zona entre Luhansk y Donetsk.
STR / EFE

Ucrania maneja un calendario y Rusia tampoco parece interesada en que la guerra, al menos en su fase activa, se eternice. "En dos, máximo tres semanas, la fase activa se acabará y para el 9 de mayo (día en el que Rusia celebra la victoria de la URSS sobre la Alemania nazi) anunciarán victorias preliminares, dirán que las tareas han sido cumplidas y ofrecerán negociar", sostiene ya el equipo de Volodimir Zelenski, al mismo tiempo que el Kremlin reconoce abiertamente en que su ofensiva está cien por cien centrada en el este del país. El Donbás es la pescadilla que se muerde la cola: está en guerra desde el 2014 y ahora vuelve a ser el epicentro de las hostilidades.

El asesor principal del Gobierno ucraniano, Oleksiy Arestovich, eso sí, no revela si Ucrania llegará a aceptar las peticiones de Vladimir Putin. "La gente quiere que luchemos, acabemos con ellos y les echemos de nuestra tierra", dijo, al mismo tiempo que repetía que la posición de Kiev es "firme". Y lo es tanto que sigue pidiendo armamento para defenderse de la invasión rusa. En ese sentido, el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, apadrinó este mismo domingo sobre el terreno la nueva entrega de material bélico por parte de Washington a las tropas ucranianas.

Al final, las regiones del Donbás son importantes por dos motivos. El primero es que suponen una puerta de entrada 'cómoda' de Rusia a Ucrania y el segundo es que son una especie de freno para la expansión de la OTAN hacia esa zona. Y es que Moscú mantiene inamovibles sus dos principales líneas rojas frente a Occidente: que la Alianza no siga avanzando hacia la que Putin considera la zona de influencia rusa y que no admita, ni ahora ni nunca, la entrada de Ucrania en el grupo defensivo. Según los expertos, se trata de un "conflicto congelado", y tanto es así que Ucrania calcula que la ofensiva puede volver a recrudecerse "el próximo mes de agosto".

Ante el nuevo giro del conflicto, que se consumó por la medalla que se colgó Rusia tras, recalcaron, tomar la destruida ciudad de Mariúpol, la Casa Blanca aprobó el envío de artillería pesada, cañones Howitzer, 144.000 rondas de munición, drones y 72 vehículos tácticos. Un paquete cuyo valor asciende a 800 millones de dólares. Así, el objetivo de Blinken es debatir con el propio Zelenski cuáles siguen siendo las necesidades de Kiev para enfrentar los ataques rusos.

Mientras, el propio Zelenski conversó este domingo con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, sobre el estado actual de las atascadas conversaciones de paz con Rusia antes de una importante semana diplomática en la que el secretario general de la ONU, António Guterres, viajará a Turquía, Ucrania y Rusia. Una de las demandas más acuciantes de Ucrania es precisamente que se puedan evacuar a los 120.000 civiles que todavía están atrapados en Mariúpol. Sobre esto, Naciones Unidas ha pedido el "cese inmediato de las hostilidades" para que se pueda abrir un corredor humanitario. Ese intento de evacuación de civiles volvió a fracasar este domingo, según el Ejecutivo ucraniano, que apuntó que se volverá a intentar el lunes y llamó precisamente a la intervención de la ONU "como medida más eficaz" para que ese corredor se haga efectivo.

Las tropas ucranianas, además, acusan a Rusia de reclutar a civiles ucranianos de las regiones ocupadas por sus fuerzas en Járkov, Zaporiyia y Jersón. Según la Inteligencia de Ucrania, Moscú estaría llevando a cabo la movilización de médicos ucranianos que se encuentran en los territorios ocupados, según han asegurado en un comunicado. De hecho, el personal médico estaría siendo enviado por la fuerza a la línea del frente para brindar primeros auxilios a los militares rusos heridos. En caso de negativa, los médicos son amenazados con la ejecución, según los servicios de Inteligencia ucranianos.

Con todo, que la guerra haya entrado en una nueva fase no quiere decir que se esté enfriando. La comisaria de Derechos Humanos del Parlamento Ucraniano, Liudmila Denisova, ha denunciado este domingo los bombardeos rusos sobre "ciudades pacíficas" y coincidiendo con las celebraciones de la Pascua ortodoxa. "En vísperas de la mayor festividad ortodoxa el Ejército ruso sigue bombardeando activamente ciudades pacíficas de Ucrania y sigue matando a civiles", avisó. Además, Kiev ya contabiliza 213 niños muertos desde el inicio de la invasión y 389 heridos, con Kiev, Donetsk y Járkov como zonas más afectadas. Pese a ello, Zelenski quiso mandar un mensaje de esperanza: "En esta época de Pascua le pedimos a Dios que nos conceda su gracia y conceda a Ucrania la paz, la reconciliación y buenos augurios".

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