Pekín teme un cierre tan estricto como el de Shanghái y los ciudadanos se lanzan a comprar en masa por miedo a un nuevo confinamiento

Una mujer en cuarentena recibe un pedido en una comunidad residencial bajo encierro en Shanghái, China, el 18 de abril de 2022.
Una mujer en cuarentena recibe un pedido en una comunidad residencial bajo encierro en Shanghái, China, en de abril de 2022.
ALEX PLAVEVSKI / EFE
Una mujer en cuarentena recibe un pedido en una comunidad residencial bajo encierro en Shanghái, China, el 18 de abril de 2022.

Si algo ha caracterizado a China en su gestión de la pandemia de covid es su férrea capacidad de confinar y testear a millones de personas para evitar que la situación se descontrole. Tanto es así que, en las últimas semanas, millones de ciudadanos de Shanghái apenas han tenido tiempo para prepararse ante los inminentes confinamientos.

Desde el 1 de marzo, la ciudad china permanece confinada y sus habitantes sufren las dificultades para encontrar comida y agua en una ciudad en la que las calles están estrictamente controladas y todos los comercios, cerrados. Solo algunos repartidores pisan las calles para repartir las compras colectivas que algunos vecinos tienen la suerte de poder gestionar.

Ahora, Pekín teme seguir los pasos de Shanghái y ese temor se ha trasladado a la población, que en los últimos días se ha lanzado a comprar compulsivamente provocando escenas de escasez de productos en los supermercados, unas imágenes que recuerdan a las escenas vividas en España en 2020. Precisamente las compras compulsivas que quieren adelantarse a posibles desabastecimientos provocan ya la escasez que pretenden evitar.

Precaución por el 1 de mayo

Una de las fechas clave que las autoridades de Pekín quieren controlar es la del Día del Trabajador, el próximo 1 de mayo. El gobierno local ha pedido a la población pequinesa no salga de la ciudad si no es necesario y exige una prueba negativa de PCR en las 48 horas previas a todos aquellos que lleguen a la capital.

Pese a que, según los datos oficiales, desde el 22 de abril se han detectado solo 92 casos, los habitantes de la capital temen enfrentarse a una situación como la de Shanghái, confinada hasta nueva orden y donde los habitantes de algunos vecindarios llevan encerrados desde mediados de marzo.

Así, Pekín ha activado la maquinaria pesada y ha anunciado este martes que realizará test masivos en 11 de sus 16 distritos tras detectar 22 casos positivos de covid en las últimas horas, mientras la metrópolis oriental de Shanghái ha comenzado a doblar la curva de contagios y trabaja contra reloj para realizar pruebas a todos sus habitantes, a pesar de que ya ha registrado las primeras muertes de este rebrote.

El lunes, más de 3,7 millones de habitantes del distrito central pequinés de Chaoyang, el más poblado de la ciudad y lugar donde se detectaron los primeros positivos de este rebrote, realizaron pruebas PCR, ha anunciado en rueda de prensa la funcionaria del distrito Yang Beibei.

La ciudad ya ha extendido la campaña a diez distritos y una zona especial de desarrollo, que cuentan con un total de 20 millones de habitantes, los cuales se someterán a tres pruebas PCR entre el 26 y el 30 de abril, explicaron anoche las autoridades.

El fantasma de Shanghái

Pekín anda inmersa en un ambiente de nerviosismo tras el aumento de casos y un posible confinamiento que lleve a una situación como la registrada en Shanghái y su fuerte desabastecimiento.

"Es posible que nuestros planes no sigan el ritmo de los cambios y es mejor confiar en uno mismo que en otras personas", advierte un residente de Pekín en la red social Weibo, equivalente a Twitter, bloqueada en el país.

"La gente que no acumuló víveres en Shanghái pasó grandes dificultades en el confinamiento por falta de suministro", añade, condensando la mayor y principal preocupación de los ciudadanos chinos que temen no poder abastecerse de manera suficiente.

Las imágenes de los establecimientos dejan ver las potentes compras de alimentos en conserva, papel higiénico, huevos y otros productos de primera necesidad que resultan imprescindibles en un confinamiento de larga duración.

A pesar de la alerta, el portavoz del gobierno municipal, Xu Hejian, ha tratado de tranquilizar a los habitantes: "El abastecimiento de las diversas necesidades diarias en la ciudad es suficiente y estable, y está garantizado", aseveró.

Primeras muertes en Shanghái

Desde el 1 de marzo, cuando ya había comenzado el brote causado por la contagiosa variante ómicron, la megalópolis oriental ya acumula más de 500.000 contagiados sintomáticos y asintomáticos entre sus 25 millones de habitantes.

Por esto, el número de fallecimientos sigue creciendo: el lunes, se registraron 52 muertes por covid en la ciudad, una más que en la víspera, por lo que el total de muertes desde el comienzo del rebrote asciende a 190.

A pesar de todo, el lunes la cifra de nuevos positivos, sintomáticos o asintomáticos, cayó un 12,7% con respecto al día anterior, hasta los 16.980, siendo el descenso especialmente pronunciado en el número de los pacientes con síntomas, que descendió un tercio.

Las autoridades locales anunciaron el lunes otra ronda de test PCR a los 25 millones de residentes con el objetivo de frenar la curva de contagios "lo más rápido posible".

Sin embargo, la ciudad parece recuperar la normalidad de suministros. El Gobierno de Shanghái ha explicado que la situación logística ha progresado: "Las importaciones de productos de otras provincias han mejorado" y la nueva organización logística "permite llevar a la ciudad productos frescos más fácilmente", declararon representantes gubernamentales.

A pesar de esto, señalaron algunos problemas todavía existentes como "el cierre de almacenes", "la corta disponibilidad de algunos productos" y las "posibles interrupciones a la cadena de suministro en frío", al tiempo que apuntaban a un cambio en la demanda de los habitantes, que ha pasado de "productos esenciales" a otros más diversos como "bebidas".

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