Valladolid

Rastreo de los móviles, ADN en el maletero y la llave desaparecida... las pruebas que apuntan a Óscar como autor del asesinato de Esther

Óscar es el nombre del principal sospechoso en el caso de Esther López, la joven de 35 años que, tras tres semanas desaparecida, fue hallada muerta en una cuneta a las afueras de Traspinedo (Valladolid) el pasado cinco de febrero.

Cómo llegó hasta allí sigue siendo a día de hoy la principal incógnita. Lo que sí se sabe, de momento, es que la noche del 13 de enero, fecha de la desaparición, Esther se subió al coche de dos amigos, Carolo y el propio Óscar. Según la versión de estos dos, Óscar conducía el vehículo (de marca Volkswagen), su amigo iba sentado en el asiento del copiloto, y ella en los asientos de atrás.

A las tres menos cuarto de la mañana el copiloto se bajó del vehículo y caminó hasta su casa, mientras Esther y Óscar se quedaron solos en el coche. Ella quiere seguir la fiesta, pero él tiene trabajo por la mañana. Esther le dice que es un "rancio" y se baja del coche en busca de Carolo para convencerle de seguir la fiesta.

Ante esta versión de los hechos expuesta el pasado lunes por el sospechoso en los Juzgados de Valladolid, la fiscal del caso se ha opuesto a la solicitud de la acusación particular y ha dejado a Óscar en libertad a falta de pruebas. Sin embargo, varios indicios contradicen claramente el relato del sospechoso.

Los teléfonos móviles

Los análisis del Grupo de Apoyo Técnico Operativo de la Guardia Civil (GATO) son capaces de situar la localización de un teléfono móvil con escaso margen de error. Según el sospechoso, la víctima abandonó el vehículo a las 02:41 horas y se quedó en un cruce de la carretera. Sin embargo, la Guardia Civil esclarece que los móviles de ambos permanecen juntos, y se sitúan además cerca de la casa de Óscar. 

A las 03:21 el bluetooth del coche se activa y se conecta al móvil. A partir de ese momento, el vehículo realiza un trayecto de 11 minutos con ambos teléfonos en su interior. El teléfono de ella recibe tres llamadas telefónicas desde el número de su madre, que está preocupada por la ausencia de su hija. La última de ellas llega a las 06:30 horas. Un minuto después, el teléfono de Esther muere y tres minutos después, se apaga el móvil de Óscar.

ADN en el maletero

La segunda prueba que apunta hacia la culpabilidad de Óscar ha sido encontrada por la Guardia Civil en su maletero. Los investigadores han descartado la muerte por atropello, barajada en su día, y consideran que el atropello, que sí pudo producirse, no tuvo lugar en el punto donde se encontró el cuerpo de la víctima. 

Esther pudo ser atropellada, pero no fue un golpe mortal. Tardó al menos 3 horas en morir, y lo hizo a causa de un golpe en la frente. El cuerpo presenta además una herida en la mano.

El Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico, tras trabajar sobre el lugar en el que encontraron el cuerpo, no ha encontrado huellas de frenadas. Además, el cadáver quedó recostado boca abajo, con la mejilla en el suelo, las piernas pegadas al cuerpo y los brazos paralelos. Se trata de una postura muy diferente a la habitual después de un atropello. Por último, los restos de arena encontrados en la ropa de la víctima no coinciden con los del lugar en el que yacía su cuerpo. La conclusión es que el cuerpo de la joven fue colocado en aquella cuneta.

Además, el análisis de las muestras de ADN encontrado en el maletero de Óscar revela una mezcla de tres perfiles genéticos. Una de las muestras genéticas corresponde a un individuo no identificado. Las otras dos son las de Óscar y las de Esther. 

La llave del coche

La llave del vehículo de Óscar, el mismo en el que se subió Esther la noche de su desaparición, podría ser clave en el esclarecimiento de la muerte de la joven. Según la Policía, la llave de un vehículo de ese modelo contiene un historial de su geolocalización. Sin embargo, cuando las autoridades solicitaron al sospechoso la entrega de la misma, este les entregó una copia, y no la que utilizó aquella noche.

El uno de febrero el coche sufrió una avería. Alguien introdujo una llave falsa para intentar acceder al vehículo. Entonces la centralita de Volkswagen alertó a Óscar sobre un intento de robo, bloqueó el vehículo, y envió al propietario una copia de la llave. El sospechoso asegura desconocer la ubicación de la llave anterior, con lo que los investigadores han solicitado una orden europea para acceder al control de navegación del vehículo. De conseguir los datos, la investigación podría dar un paso decisivo al conocerse el recorrido real que el coche de Óscar realizó la noche de la muerte de Esther. 

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