Se perfilaba ya como una de las aperturas del año en Barcelona desde que se anunció hace meses. Y ahora es ya una realidad: Amar Barcelona, el proyecto del chef Rafa Zafra y El Palace, acaba de abrir sus puertas en este emblemático hotel de la ciudad.
El carácter de este cocinero sevillano que triunfa desde hace tiempo con su Estimar en Barcelona y Madrid, la elegancia de El Palace y el mejor producto. Sin duda, una combinación sugerente cuyos primeros pasos ya hemos podido catar.
Con acceso directo desde la calle o el lobby del hotel, un pasillo decorado a modo de joyería donde lucirán las mejores piezas de cocina conduce a la sala. La elegancia no se puede disimular -estamos en El Palace, hay mucha historia aquí- pero la zona de barra y la bonita paleta de azules repartida en la estancia le da un punto acogedor.
La carta juega con este mismo concepto: la cocina de Zafra donde manda el producto del mar y ciertos ingredientes fetiche (ostras, caviar...), con platos que nos recuerdan dónde estamos.
La idea -nos explica el chef- es que tanto el que quiera picar algo rápido como la mesa que quiera darse un homenaje puedan sentirse cómodos y encontrar lo que buscan.
No habrá menú degustación, pero sí propuestas cerradas adaptables a lo que cada uno pueda gastarse. Eso sí, viendo producto y precios no será fácil conseguir que el ticket baje de los 80-100 euros por persona.
Amar los clásicos
Las ostras (homenaje a Albert Adrià, explica el chef) tiene sección propia, con media docena de versiones que incluyen a la brasa, con ponzu, al ajillo o gazpacho.
También el caviar tiene su propio rincón en la carta, así como el mar y montaña, con platos tan bien resueltos como unos guisantitos con tripa de bacalao, bull negro y trufa, o un excelente canelón con centolla, pollo y erizo.
Por las brasas pasan desde gambas de Roses XXL (a 17 euros la unidad, ojo), hasta lubinas, rodaballos o lomo alto de buey. Por piezas y a peso, en carta se indica el precio por cada 100 gramos.
Mención especial el apartado "Amar los clásicos" que reivindica el espacio en el que estamos y la personalidad del restaurante, que no pretende ser una sucursal de Estimar, sino abanderar su propio estilo y una carta en la que tanto Zafra como El Palace sean reconocibles.
Un homenaje a los clásico de la cocina del Ritz con platos como lenguado meuniere, entrecot Rosini o incluso un aspic de marisco para quienes quieren de verdad sumergirse en la historia gastronómica del lugar.
En la parte dulce, Cristina Ramón apuesta por postres clásicos pensados para compartir -muy rica la tarta de queso y la torrija- y otros de presentación realmente soberbia, como la bandeja de frutas osmotizadas.
El chef Gonzalo Hernandez y el subchef Victor Garcia están a los mandos de la cocina, Pablo Wübbe se ocupa de la sala y la sumiller Diana D’Urso de mimar la espectacular vinoteca que preside el espacio.
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