La primera etapa de franquismo quiso "hombres y mujeres sanos", según estudio

  • Tras la Guerra Civil, el Estado intervino "en la política reproductiva" y dirigida "a incrementar la población".
  • La investigación revela que la mujer fue utilizada como herramienta pronatalista y de mejora racial.
Imagen coloreada de Franco en el Valle de los Caídos, extraída del documental de DMAX: 'España después de la guerra: El franquismo en color'.
Imagen coloreada de Franco en el Valle de los Caídos, extraída del documental de DMAX.
DMAX
Imagen coloreada de Franco en el Valle de los Caídos, extraída del documental de DMAX: 'España después de la guerra: El franquismo en color'.

El control del cuerpo y de la reproducción de las mujeres se convirtió en una herramienta esencial de la biopolítica durante la primera etapa del franquismo (1939-1950), que pretendía aumentar la natalidad para dar a la "patria" más "hombres y mujeres sanos y robustos", un "sueño" que "nunca se hizo realidad", según una de las conclusiones de un estudio de dos investigadores de las universidades Miguel Hernández (UMH) de Elche y de Alicante (UA).

El artículo, titulado "Maternología, eugenesia y sífilis en España durante el primer franquismo, 1939-1950", analiza una de las organizaciones de la dictadura, el Auxilio Social, enmarcada en la política demográfica de ese periodo y "bajo la influencia del pensamiento eugenésico", así como su papel en la implantación de la vigilancia prenatal durante el embarazo y en el proceso de institucionalización y medicalización del parto en España.

También aborda la presencia de ideas y prácticas eugenésicas durante las décadas de 1930 a 1950 en torno al problema sanitario de la sífilis en mujeres embarazadas y la sífilis congénita en España.

Los autores de la investigación, el profesor de Historia de la Ciencia de la UMH de Elche, Ramón Castejón Bolea, y la investigadora del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico de la UA María, Teresa Riquelme Quiñonero, recuerdan que la primera etapa del franquismo se caracterizó por el sistema autárquico y por el enorme peso del catolicismo integrista.

La mujer, herramienta pronatalista y de mejora racial

Exponen que, tras el final de la Guerra Civil española (1936-1939), la respuesta de la dictadura a la preocupación por el descenso de nacimientos fue "una política demográfica pronatalista" basada en la "intervención del Estado en la política reproductiva" y dirigida "a incrementar la población".

Pero, además de lograr un aumento en el número de nacimientos, se pretendía mejorar la calidad de la población. Según los preceptos de la llamada ‘eugenesia latina’, era posible la compatibilidad de la eugenesia con el catolicismo, prescindiendo de aquellos elementos que entraban en contradicción con la norma católica.

La investigación revela que, "en el ideario falangista, la mujer fue utilizada como herramienta pronatalista y de mejora racial a través del cuidado de su eficacia reproductiva y de adjudicarle un papel adoctrinador de sus hijos" .

Destaca, igualmente, que "la maternología durante el franquismo reforzó la idea de que la esencia de la feminidad residía en la maternidad y contribuyó a hacer más rígida la separación entre los sexos, así como de los roles asignados a cada uno de ellos".

"Además, en el franquismo, la maternidad no era solamente un deber de la mujer ante la religión y la familia, sino también frente a la patria", afirma.

Fomentar la reproducción para evitar 'degenerados

Señala que "la maternología dentro de Auxilio Social se convirtió, por tanto, en una herramienta de la política demográfica pronatalista y de protección y promoción de la salud de las mujeres y de los niños. Pero también está presente, y el caso de la sífilis congénita es ilustrativo, una intención deliberada de evitar la reproducción de 'degenerados', fomentando así una descendencia de niños 'sanos' y 'robustos'".

La alimentación de las embarazadas se convirtió en una de las intervenciones de la organización influenciada por la eugenesia en relación con la mejora de la calidad de los recién nacidos, asegurando las mejores condiciones para su desarrollo y la inexistencia en ellos de “taras fisiológicas”, menciona el artículo, publicado en la revista História, Ciéncias, Saúde-Manguinhos.

En este proceso, los médicos dirigían las dietas en los comedores de una manera científica y racional, y se consolidaron dietas específicas para grupos de población con necesidades especiales.

El artículo asegura que los tratamientos disponibles entonces para la sífilis en las mujeres eran el Neoarsenobenzol, que contenía arsénico, y preparados de bismuto en combinación.

Los autores explican que estos tratamientos eran largos, tóxicos y conllevaban efectos adversos importantes, en algunos casos, la posibilidad de muerte. Evitar que la descendencia fuera “de baja calidad” se anteponía al peligro para la salud de la madre que suponía la toxicidad de los tratamientos.

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