Penúltimo 2 de mayo

El 2 de mayo de 1808 el pueblo de Madrid dijo basta a la ocupación francesa. Una fecha que reconoce el valor de la ciudadanía madrileña frente al opresor y que marcó un antes y un después no solo para el futuro de Madrid, sino también para el resto del país.

Un país que, hasta ese momento, solo tenía derrotas y ocupación frente a los franceses y un sentimiento de inferioridad frente a otras naciones. Pero Madrid tiene algo, no sé el qué… pero algo tiene. Fuimos los madrileños quienes dijimos basta a la ocupación y comenzó nuestra Guerra de Independencia.

Desde entonces, por Madrid han pasado muchas cosas y muchas gentes. Madrid se convirtió en el foco social y político de España. Una ciudad y una comunidad que se supone que debe ser un ejemplo para el resto de las ciudades españolas y también una ciudad ejemplar para otras ciudades europeas.

Pues bien, no lo tengo muy claro cómo ocurrió. De un tiempo a esta parte, Madrid no solo ha perdido liderazgo nacional y europeo, sino que también se ha convertido en uno de los territorios donde mayores desigualdades sociales y económicas hay. Eso sí, hay algo en lo que sí vamos a la cabeza: en los recortes y en el número de presidentes y presidentas investigados o condenados por corrupción.

La misma presidenta nos dice que los atascos de Madrid son una seña de identidad madrileña, es la misma que nos recorta un diez por ciento de nuestros trenes del Metro. Madrid de las desigualdades, de los corruptos y de los comisionistas. Ladrones, sin más.

Madrid tiene que volver a abrir los ojos para ver el inmenso potencial que tenemos y que necesita responsables políticos que sean eso, responsables en primer lugar. Madrid está cansada de ser saqueada, de ser ninguneada. Madrid tiene que volver a abrirse al mundo y ofrecer más que chascarrillos mediáticos, de los que nos morimos de la vergüenza.

Así que sí, este 2 de mayo volveremos a celebrar nuestro día. El penúltimo 2 de mayo antes de las elecciones municipales de mayo de 2023. Disfrutémoslo y preparémonos para ganar a la ignorancia que nos avergüenza y nos recorta al mismo tiempo.