Sarah Morris Corresponsal británica en España
OPINIÓN

Instintos básicos

La responsable de Educación, Angela Rayner
Angela Rayner en una imagen de archivo.
TWITTER / Angela Rayner
La responsable de Educación, Angela Rayner

¿Podría imaginar a diputados del Partido Popular acusando a una diputada del PSOE de distraer a su líder durante un debate parlamentario  cruzando sus piernas “al estilo Sharon Stone”, refiriéndose a un momento de la película Instinto Básico en el que la escritora Catherine Tramell hace aquel movimiento sin llevar bragas? ¿Imagina a un periódico español dando la historia por buena, a pesar del desmentido de la política, apoyándose en los comentarios de diputados anónimos y sin preguntar al líder si fue “distraído”? ¿Y a un periodista de asuntos políticos en España describiendo los comentarios de los diputados cómo “traviesos”, en lugar de machistas y clasistas?.

Es lo que ha pasado en mi país de origen. El Daily Mail ha dedicado una página entera a las acusaciones de diputados del Partido Conservador que aseguran que la vicepresidenta del Partido Laborista, Angela Rayner, utiliza a menudo sus bonitas piernas para distraer a Boris Johnson, porque mientras que el Primer Ministro ha ido a la Universidad de Oxford, ella es una mujer de clase trabajadora que dejó el colegio en un primer momento con 16 años.

“Ella sabe que no puede competir con la formación en debate que Johnson ha recibido de la asociación de debates, la Unión de Oxford, pero tiene otras competencias de las que él carece", dijo un diputado conservador, citado anónimamente por el periodista Glen Owen. 

El articulo ha provocado mucha indignación, generando más de 5.500 quejas al regulador de la prensa e incontables en la calle y en las redes sociales, con personas tuiteando fotos del periodista y preguntando si a él le gusta que las personas hagan comentarios sobre su apariencia cuando hace su trabajo.

Diputadas de todos los partidos políticos han mandado mensajes de apoyo a Rayner, denunciando el caso cómo sintomático del machismo en la política y  la prensa británica. El propio Johnson ha tildado los comentarios cómo “unas tonterías espantosas sexistas y misóginas”, pero parece que ni él ni el partido va a hacer mucho para averiguar qué diputados dan impresiones así de compañeras del Parlamento.

El artículo coincide con la revelación de que, según The Times, tres ministros están entre 56 diputados acusados de conducta sexual inapropiada en el Parlamento.  En una reunión de un grupo de diputadas conservadoras, creado para lograr medidas de igualdad en el partido, había mucha indignación con el tratamiento de la compañera de la oposición. El enfado creció cuando dos compañeras anunciaron que habían visto al diputado conservador Neil Parish visionando pornografía delante de ellas en la Cámara. Parish tardó casi una semana en decir que renunciaría a su escaño. Según él, estaba haciendo una búsqueda de tractores cuando topó con una página de pornografía que luego visitó de nuevo en “un momento de locura”.

Llevo días preguntándome porqué no puedo imaginar tal machismo pasando en España

Llevo días preguntándome porqué no puedo imaginar tal machismo pasando en España, en una democracia más joven que no ha tenido todavía a una presidenta del Gobierno. Buena parte de la respuesta está en el hecho que hay mucho menos machismo en la prensa española. Cuando escribí para The Guardian sobre la mayoría de mujeres en el gobierno de Zapatero en 2008, la redactora se sorprendió de que hablara poco de la ropa de las ministras, en comparación del tratamiento a las ministras de Tony Blair; las diputadas aún son tratadas así hoy día. 

Aquel gobierno “rosa” ayudó a crear cierto consenso en España sobre la importancia de representar también la mitad femenina de la población. Más de una década después, Sánchez preside un gabinete mayoritariamente femenino y el partido liderado por Feijóo tiene un 40% de diputadas. En el Reino Unido apenas un cuarto de los diputados conservadores son mujeres. También son un cuarto del gobierno de Johnson.

Después de los últimos escándalos, el partido de Johnson ha prometido que las diputadas conservadoras llegarán a la paridad en las próximas elecciones.  El partido que ha tenido a dos primeras ministras es probablemente consciente de la decepción de muchas mujeres, que podría jugar en su contra en elecciones locales este jueves.

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