Daniela Santiago presenta 'Mi pequeño mundo': "La Ley Trans es necesaria para tener los derechos que siempre se nos negaron"

  • La actriz de 'Veneno' ha presentado su autobiografía.
  • "Si hay información, los niños crecerán sin el rechazo que sigue habiendo", declara la malagueña a 20minutos.
fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Entrevista Daniela Santiago
Daniela Santiago sosteniendo su biografía, 'Mi pequeño mundo'.
JORGE PARÍS
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Daniela Santiago sosteniendo su biografía, 'Mi pequeño mundo'.
JORGE PARÍS

Donde los Javis ponen el ojo, ponen la bala, y Daniela Santiago es buena prueba de ello. Tras un casting tan inesperado como complicado, la malagueña fue la elegida, por talento y físico, para interpretar la etapa más televisiva y exitosa de Cristina OrtizVeneno, de Atresplayer Premium, la catapultó a la fama, lugar en el que ella se maneja perfectamente.

Varios galardones -Premio Ondas a Mejor Intérprete Femenino, Premio HOY Magazine a Mejor Actriz 2020 y nominaciones a los Premios Forqué y Feroz- y un gran alcance internacional con la llegada de la ficción a América gracias a HBO Max son algunos de los triunfos que la acompañan, pero pocos conocían a Daniela Santiago como hasta ahora.

La actriz de 40 años se ha abierto en cuerpo y alma para publicar Mi pequeño mundo (Cúpula), una autobiografía en la que muestra la Daniela más emocional, sincera y, a la vez, cruda en la que repasa todos los aspectos de su vida: desde su infancia hasta su salto a la fama, pasando por los complicados momentos que ha vivido a lo largo de su transición.

Daniela Santiago.

Daniela Santiago

  • Málaga, 1 de abril de 1982
Tras triunfar nacional e internacionalmente con 'Veneno', la malagueña de 40 años ha tenido apariciones en series como 'ByAnaMilán', programas como 'Maestros de la costura', o películas como 'Madres paralelas', de Almodóvar; y también un papel protagonista en 'Julia', cortometraje de Miguel Ángel Olivares que se convertirá en película.

¿Qué es Mi pequeño mundo? Mi pequeño mundo es un pedazo de mi corazón, es la primera vez que me desnudo al completo sin dejar nada en el tintero y es un pequeño homenaje también que le hago a mi tío y a mí misma. Y al público les regalo que sepan quién es Daniela.

¿Cuánto tiempo le ha llevado escribirlo? Un año, ha sido como un embarazo. Si quería hacerlo sin dejar nada en el corazón, tenía que hacer una buena regresión de tiempo y reunir todas esas anécdotas, recuerdos, momentos… Muchas veces es difícil cuando te tienes que abrir, y yo nunca lo había hecho, así que me tomé mi tiempo. Quería que saliese bonito y de una manera que pudiese ayudar a personas de nuestra comunidad, que se puedan sentir reflejadas y vean personas que han luchado y siguen luchando para que se cumplan sueños.

¿Cómo está siendo la acogida del libro? Maravillosa, principalmente porque todos mis seguidores tenían muchísimas ganas de saber más de mí, ganas de volver a verme en otro proyecto y está teniendo muy buena repercusión. Recibo muchos comentarios. Abro el teléfono y en la bandeja tengo miles de mensajes de personas que ya lo han leído y me dan las gracias. En mi caso, estoy contando una historia que no hay en los libros y con la que un niño o una niña que está empezando este camino puede sentir que hay esperanza, ilusión y que la cosa va cambiando, que van a tener oportunidades porque las que venimos ya luchando y peleando estamos ablandando mucho ese camino para que les sea más fácil.

Su tío es parte importante de este libro. Sí, el título, Mi pequeño mundo, es un homenaje a mi tío. Gracias a él, mi mamá tiene la mentalidad tan moderna y tan bonita que tiene, porque mi tío se la dejó preparada. Él se fue muy pronto, con casi 50 años, y le dejó un legado maravilloso, el legado de la educación, de entender al colectivo, a las personas que sienten y piensan de una manera más o menos diferente a lo que estaba establecido. Mi tío era gay y era maravilloso y, gracias a él, mi madre creció con una mente tolerante, abierta y no se asustó cuando yo le dije ‘mamá, lo que yo siento es que necesito empezar con esto’.

El título hace referencia al restaurante de su tío, ¿verdad? Sí, era su restaurante maravilloso, donde se comía de lujo, en Torre del Mar [Málaga], era donde él se reunía con todo el artisteo de Andalucía. Tenían muchas amistades, muchísimas caras conocidas, y hacían fiestas y reuniones. Le estaré eternamente agradecida a él y no había un detalle más bonito que dedicarle el título de este libro, con ese nombre de su restaurante en el que tan feliz fue. Quería dejar ese pequeño legado. Él murió y el restaurante murió con él, pero algún día quiero abrir un pequeño mundo yo.

Dice que con este libro quiere reconciliarse contigo misma, ¿a qué se refiere? Siento que a Daniela no la conocían nada más que a nivel interpretativo, como en la serie, o de pequeñas entrevistas en las que hablo siempre del trabajo que he realizado, pero Daniela nunca había hablado a corazón abierto. Para mí era muy importante enseñarle a mis seguidores y a mi público quién es Daniela, de dónde viene, la familia que tiene, lo que ha tenido que superar, las vivencias que ha tenido que vivir para hacerse fuerte y crecer, y siento que de esa manera me reconcilio conmigo y también dejo un pequeño legado para mi gente.

¿Tuvo referentes en su infancia y adolescencia? Referentes trans no. Tenía de referentes las artistas que me gustaban, Lola Flores, Rocío Jurado, Marifé de Triana, mi familia… Mi madre para mí ha sido siempre mi referente.

¿Y usted se considera un referente? Lo soy. En el momento en el que tenemos un foco aquí delante y estamos haciendo lo que tú y yo ahora, ya estoy siendo un referente para muchas personas que no tienen voz y no pueden expresar lo que sienten. Entonces sí me considero un referente porque me escriben muchísimas personas y me hacen sentir que lo soy. Me dan las gracias por dar visibilidad y apoyo. También siento una gran carga. Pero lo soy sin pretenderlo, no lo he pretendido nunca.

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Entrevista Daniela Santiago
Daniela Santiago.
JORGE PARÍS

¿Queda mucho por hacer en cuanto a derechos del colectivo LGTBI? Hay mucho por hacer, principalmente que se establezca la Ley Trans para que ayude a gente de nuestra comunidad. Se necesita esa ley para que nos amparen y se nos den los derechos que se nos negaron desde siempre, tanto a nivel laboral, inclusivo, económico... a todos los niveles. Tenemos que seguir trabajando en ello. Sí que hay mucho por hacer, pero también soy consciente de que estamos haciendo mucho.

¿Puede la Ley Trans mejorar la situación? La Ley Trans todavía no está, menos en Canarias. Pero yo lo que te puedo decir es que a mí, cuando hice el cambio de sexo, me tocó bajarme los pantalones y enseñar lo que me habían hecho para que me cambiasen el DNI, y sé que ahora solamente con llevar dos años de psicólogo te lo cambian. O sea, que yo creo que sí hay un avance y un cambio.

Tiene contacto con Irene Montero, ¿verdad? Sí. Ella es la primera mujer ministra que se posiciona de nuestra parte. A consecuencia de eso, ha recibido muchísimas críticas, pero ella sigue todavía luchando por nuestros derechos y por nuestra comunidad, y para mí es la única mujer que está realmente luchando por nuestros derechos.

¿Cómo fue ser una niña trans en un colegio de monjas? Bueno, allí no era una mujer trans. Yo no soy trans, yo me considero una mujer, solamente que la etiqueta que le gusta poner a la sociedad para distinguir es esa palabra, que a mí realmente no me hace ni pizca de gracia. Yo no empecé a hacer la transición porque sentía que era trans, sentía que era una mujer y que, como mujer, tenía que hacer un cambio. Entonces, en un colegio de monjas, cuando estás en un cuerpo o en un estado físico que no te identifica, lo manifiestas. Por ejemplo, las típicas preguntas de ‘¿qué vas a ser de mayor?’. Yo les decía: ‘Voy a ser mujer, artista y modelo’. Se echaban las manos a la cabeza como si estuviese diciendo mentiras. Yo tenía las cosas muy claras desde pequeña, no sabía cómo, pero sabía que lo iba a conseguir, aunque parecía un imposible. Yo sabía que llegaría, pero luego ya llegaron las etiquetas. Pero, sinceramente, las etiquetas me la traen al pairo, porque sé muy bien quién soy, soy una mujer. No me considero ni trans y no trans, una mujer, ni más ni menos.

Y la mandaron a la psicóloga... Sí, era la del colegio. Las monjas pusieron el grito en el cielo cuando yo les decía lo que pensaba, hablaron con mis padres y les dijeron que me pusieran en tratamiento psicológico. Y yo pensaba: ‘Pero si no estoy enferma’. Ahora ya sé perfectamente que para ir a un psicólogo no necesitas estar enfermo, simplemente lo que hace es entender qué es lo que te ocurre para trabajar en ello y que te sea más fácil vivir. En aquel entonces, yo empecé a hacerlo como la que tenía clases de matemáticas. Iba a la psicóloga, empezábamos a hablar, y vieron que estaba completamente cuerda, que no me pasaba nada, que lo que tenía era un sentimiento que naces con él y no te lo pueden cambiar porque son tus principios y tu esencia. No estás enferma por ser tú, todo lo contrario: tienes las ideas muy claras y sabes muy bien lo que quieres, y yo tuve las cosas muy claras desde pequeña.

Supongo que esta experiencia la hace valorar la importancia de los profesionales de salud mental. Claro. Tuve dos años de muchísimas preguntas, de muchísimo contacto, ya hasta la quería. Y, cuando terminó el tratamiento, les dijo a la madre superiora y mis padres: ‘No está enferma, es que no le pasa nada, es una niña que tiene las cosas muy claras y no estaréis acostumbrados a que pasen estas cosas, pero ella sabe muy bien lo que es y lo que quiere’. No hay nada que hacer cuando naces con ello.

"He sido actriz toda la vida, te obligan a ser de una manera y, quieras o no, ahí ya estás interpretando para ser quien no eres"

En ese sentido, la información es clave. ¿Qué opina de los que dicen que educar en diversidad es adoctrinar? Yo pienso que están muy mal informados, yo pienso que cuanta más información y cuanto más normalicemos a nuestros niños, crecerán con una mentalidad más tolerante y más abierta, y sin ese odio y ese rechazo que hay y que sigue habiendo por falta de información.

Cuenta que las personas trans han de madurar muy pronto, ¿siente que tuvo eso que llaman la infancia robada? Lo siento un poco, sí. He sido actriz toda la vida, porque te obligan a ser de una manera cuando tú eres de otra. Quieras o no, ahí ya estás interpretando para ser quien no eres, y tienes que seguir caminando en esa dirección para que no te hagan daño. Yo maduré muy pronto. Cuando te das cuenta de que la gente no te entiende porque no lo ha visto, no era lo normal o lo común, siempre está el rechazo y el que te sientas incomprendida o un poco excluida. Tuve la gran suerte de tener a mis compañeras y amigas de colegio, que hoy en día son mujeres como yo, maravillosas, hicimos piña y entre nosotras nos bastaba para soportar carros y carretas. Pero sí que es verdad que tuve que madurar muy pronto.

¿Qué le diría a los chicos y chicas jóvenes que puedan estar viviendo lo que usted vivió? Que se armen de valor, de fuerza, y que cojan el toro por los cuernos. Que sean felices ellos mismos, que no piensen en nadie más, solo en su felicidad, porque luego te vas a dormir contigo. Entonces, si no eres feliz contigo, no vas a poder hacer feliz a nadie. Si no te quieres tú, no te va a querer nadie. Que sean ellos mismos.

En el libro también se ha sincerado sobre su adicción. Es la primera vez que hablo de esto. Fue cuando trabajé en la noche, durante mucho tiempo. Al principio te mantienes fuerte, porque tienes las ideas muy claras. Vas a hacer dinero, era la única alternativa que tenía: trabajar en la noche o trabajar en la prostitución, no había más cabida en aquella época. Y cuando empiezas, la noche trae tentación, incitaciones, ves a la gente consumiendo de todo. Por más que te hagas la fuerte, caes. Yo caí en las pastillas, con las drogas de diseño. Toqué fondo, mi madre me lo notó y, gracias a mi familia, pude reconducirme y salir de la noche, salir de una manera victoriosa, porque me di cuenta de que no era lo que yo quería. Salir de ahí me costó un poco, pero lo conseguí. Y me parece importante hablar del tema de la noche y de las drogas porque que se tiene que normalizar que la noche trae muchas consecuencias negativas, pero también tiene sus cosas positivas. Conocí gente muy bonita que después me apoyaron muchísimo cuando necesite ayuda, y eso también me lo trajo la noche. Tanto una cosa como la otra.

'Veneno' (ATRESPlayer Premium)
'Veneno' (ATRESPlayer Premium)
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Mucha gente la recordará por interpretar a La Veneno. ¿Qué ha significado ese papel? La oportunidad de mi vida de poder mostrar la faceta artística que yo tenía en mi corazón y que nunca pude desarrollar. Trabajar con un elenco maravilloso, poder defender una serie que sabíamos que iba a abrir e iba a tocar mucho el corazón y la mente de quien la viese. Fue un proyecto importante y grande a nivel internacional.

¿Cómo fue trabajar con Isabel Torres en la serie? Tengo muchos recuerdos, en plató no coincidí mucho con ella porque hacíamos de Cristina Ortiz en épocas diferentes, pero sí alguna vez. Trabajar con ella era trabajar con una artista, porque Isabel era muy grande. A nivel personal era maravillosa. Sí que es verdad que ella ya empezaba a estar malita, ya le habían sacado el líquido del pulmón, y ella ya tenía sus sospechas. Y la verdad es que no estaba muy bien, pero lo recuerdo con mucho cariño, sobre todo el momento en el que ensayábamos. Cuando teníamos a las coaches, que íbamos todas, y nos preparábamos las voces, el personaje… Era muy bonito.

¿Sigue manteniendo amistad con Jedet, Paca 'La Piraña', Desy y el resto de actrices? Sigo manteniendo relación con todas mis amigas, porque antes éramos compañeras y ahora somos amigas. Ha habido ahí unos lazos muy bonitos que hemos hecho entre todas y ahora somos hermanas. Las quiero muchísimo, les deseo que les vaya superbién siempre, y siempre me van a tener ahí.

¿Cómo llevó la fama e interpretar un personaje con tantos fans como La Veneno? Fue maravilloso, porque la interpreté maravillosamente bien, lo hice con muchísimo respeto, con muchísimo cariño, y ha sido una experiencia muy bonita.

¿La Veneno fue un referente para usted? Yo, sinceramente, cuando salía en el Esta noche cruzamos el Mississippi, tampoco vi que hiciste mucho por la comunidad. Salía en televisión, hacía su programa, era muy guapa, muy simpática, la admiraba. Pero, como referente, ahora que ya soy madura y adulta, valoro otras cosas.

Tras publicar su biografía, ¿ve posible que se plasme parte de su vida en futuras temporadas de la serie? No, porque no soy La Veneno. La segunda temporada va a seguir con ella y va a contar la historia de otras mujeres de Vestidas de azul, que venían de antes que La Veneno. No tiene nada que ver. Yo lo que he querido contar es mi historia, cada mujer es diferente y tiene su historia.

¿Cómo se gestó su aparición en una película de Almodóvar? Se gestó en una cena, estábamos en la casa del director Félix Sabroso. Pedro tenía muchísimas ganas de conocerme, se vio la serie y le encanté. Quería trabajar conmigo y me ofrecieron esa pequeña aparición en Madres paralelas.

¿Qué futuros proyectos tiene? El libro me ha tenido muy ocupada, pero ahora tengo un proyecto que se sabrá pronto, que no puedo decir nada porque es sorpresa y me matan [concursará en MasterChef Celebrity 7]. Es alto secreto. Estoy trabajando en una serie que empezamos a grabar en julio en La Alpujarra de Granada con Miguel Ángel Olivares, que va a ser una caña. Y también la película de Julia, del cortometraje de Miguel, que ahora hacemos la película.

Periodista cultural '20minutos'

Graduado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Politécnica de Valencia y máster de Periodismo Digital por la URJC. Formo parte del equipo de Cultura de 20minutos desde 2019. Me encanta el periodismo de videojuegos, televisión y literatura, especialmente cómics.

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