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Cócteles Molotov y frío gélido: cuando la URSS invadió Finlandia por 'motivos de seguridad'

Soldados finlandeses durante la Guerra de Invierno.
WIKIPEDIA/Stormfront

Finlandia se ha convertido en un objetivo habitual de amenazas de Rusia desde que las tropas de Putin invadieran Ucrania. El Kremlin no deja de sugerir al gobierno finés que su territorio puede correr la misma suerte que el país de Zelenski. Por eso, Finlandia está debatiendo la posibilidad de solicitar su ingreso en la OTAN en las próximas semanas, posiblemente a la vez que Suecia.

El país de los mil lagos hace frontera con Rusia a lo largo de 1.340 kilómetros. Y eso no es fácil. Las ambiciones expansionistas de Rusia no son nuevas; son historia y los finlandeses lo saben bien. La suya es una historia de ida y vuelta, con bastantes disputas que acabaron en las manos.

Las ambiciones expansionistas de Rusia no son nuevas y Finlandia hace frontera con este país a lo largo de 1.340 kilómetros

Las relaciones de Finlandia y Rusia han tenido como invitado a la vecina Suecia en varios capítulos de la historia. Hasta el siglo XIV, el territorio finlandés se lo disputaron el Reino de Suecia y la República de Nóvgorod. Al final, se lo repartieron. En el siglo XV, Nóvgorod fue anexionada al principado de Moscú y nuevamente estalló el conflicto con Suecia.

Al inicio del siglo XIX, tras la llamada guerra finlandesa, la Rusia de los zares se anexionó Finlandia. El Gran Ducado de Finlandia existió hasta finales de 1917. Tras la Revolución Bolchevique, los fineses declararon su independencia, tras pasar por una breve guerra civil.

Todo por la seguridad de Leningrado

Sólo habían transcurrido tres meses de la Segunda Guerra Mundial, cuando el 30 de noviembre de 1939 Finlandia se ve invadida por la Unión Soviética, que quería seguir expandiéndose. Antes ya había ocupado las repúblicas bálticas: Letonia, Lituania y Estonia. Es la llamada Guerra de Invierno, que se desarrolló en unos cien días entre 1939 y 1940.

La URSS adujo razones de seguridad para invadir a su vecino. El problema era Leningrado (hoy San Petersburgo) o más bien la cercanía de Leningrado a la frontera con Finlandia, sólo 32 kilómetros de distancia. Los soviéticos querían que los finlandeses cedieran territorios fronterizos a cambio de tierras en otros lugares.

Como no podemos mover Leningrado, tenemos que mover la frontera", defendió Stalin

Jossif Stalin lo resumió muy bien: "Como no podemos mover Leningrado, tenemos que mover la frontera". El líder de la Unión Soviética en ese momento parecía tener claro que aquellos territorios iban a ser suyos sin importar el método.

Stalin.
ARCHIVO

En concreto, exigían a Finlandia que moviera la frontera de 30 a 40 kilómetros, que cediera el control de varias islas y regiones del Ártico y que arrendaran a la URSS la península de Hanko por 30 años, para instalar una base naval.

Durante las negociaciones, Viacheslav Molotov, ministro de Exteriores soviético, preguntó a su homólogo finlandés, Juho Paasikivi, si buscaba una guerra: "Nosotros no –respondió el finés–, pero al parecer ustedes sí". Finlandia rechazó las condiciones de la URSS y las tropa de Stalin invadieron el país.

La Liga de las Naciones, la ONU de aquel tiempo, expulsó a la Unión Soviética. "La URSS ha invadido un vecino tan infinitesimalmente pequeño que no podría hacerle ningún daño", dijo el presidente de EE UU, Franklin Roosevelt.

Franklin D. Roosevelt
20minutos | Archivo

Una guerra blanca y helada

Como hoy Putin en Ucrania, Stalin confiaba en que iba a ser una guerra corta y una victoria rápida. Pero en pleno invierno, con temperaturas de muchos grados bajo cero, los finlandeses supieron resistir, entre otras cosas porque desde niños habían aprendido técnicas de supervivencia en la nieve. Cuentan que fue un invierno especialmente duro: el 16 de enero de 1940 se alcanzaron los −43°C.

Fue un invierno especialmente duro: el 16 de enero de 1940 se alcanzaron los −43°C

Durante los dos primeros meses, los fineses lograron infligir pérdidas importantes a las tropas soviéticas gracias a su conocimiento del terreno accidentado en el que se desarrollaban los combates. Se movían con habilidad con esquíes y se camuflaban de blanco entre los bosques nevados.

El cuerpo helado de un soldado caído en la Guerra de Invierno.
WIKIPEDIA/MTV3

En frente, un inmenso ejército con soldados sin camuflaje y carros de combate que, como si fuera una guerra de guerrillas, eran recibidos por los finlandeses con cócteles Molotov. Este proyectil casero se utilizó por primera vez en la Guerra Civil española, pero los fineses le pusieron ese nombre por un comisionado ruso llamado Vyacheslav Molotov, que dijo por radio que no les estaban bombardeando, sino que les lanzaban comida por vía aérea.

Sorprendido y enojado por la resistencia de Finlandia, Stalin redobló el esfuerzo y en enero envió medio millón de soldados, 4.000 tanques y 3.000 aviones. Para hacernos una idea, en el inicio de la guerra los finlandeses contaban con poco más de un centenar de aviones.

El cóctel Molotov viene del nombre de un comisionado ruso que dijo a los finlandeses que no les lanzaban bombas sino comida

Ya era una guerra de desgaste y en ese contexto las tropas finesas no podían durar por mucho conocimiento e inteligencia que demostraran. En febrero, el Ejército soviético ya había roto parte de la línea del frente después de reorganizarse y de cambiar de táctica.

Finlandia sola: los Aliados no intervienen

Finlandia, que se quedaba sin hombres ni municiones, sabía que sólo le podría salvar el apoyo de otras potencias occidentales. Pero eso no ocurrió. Aunque recibieron alguna ayuda militar de Suecia, Francia, Reino Unido, Italia y EE UU, no fue mucha en proporción al despliegue de Stalin.

Nikita Khrushchev y Jossif Stalin, en enero de 1936.
WIKIPEDIA/EugeneZelenko

Hubo un plan para una intervención franco-británica. Unos 100.000 soldados británicos y otros 35.000 franceses desembarcarían el 20 de marzo en Finlandia. Pero el 13 de marzo, tras 105 días de lucha, el Gobierno de Helsinki se rindió y el plan de ayuda fue cancelado.

Una victoria a tal coste fue en realidad una derrota moral", escribió Kruschev después

Los combates cesaron con la firma del Tratado de Paz de Moscú, en marzo de 1940. El gobierno de Helsinki tuvo que ceder más de lo que la URSS pedía antes de la guerra. Entregó a los soviéticos el 11% de su territorio, incluida Viipuri, que en ese momento era la segunda ciudad más grande del país.

Concesiones territoriales de Finlandia a la URSS tras la Guerra de Invierno.
WIKIPEDIA/Jniemenmaa

Finlandia cedió toda la Karelia finlandesa, parte de Salla, la península de Kalastajansaarento y cuatro pequeñas islas del Báltico. Además, tuvo que arrendar la península de Hanko. Conservó su soberanía sobre el 89% restante.

Las consecuencias de la guerra

La Guerra de Invierno significó mucho más que una cesión de territorios de un país a otro. Tuvo grandes consecuencias, como se vería en el desarrollo de la recién iniciada Segunda Guerra Mundial.

Nuestra miserable conducta en Finlandia alentó a Hitler en sus planes", dijo Kruschev

De un lado, Stalin se convierte en el gran enemigo de los finlandeses. De manera que cuando Hitler decide invadir la Unión Soviética, Finlandia -que se ha sentido abandonada por los Aliados, como así fue- se une a la Alemania nazi.

Agosto de 1939: la URSS y Alemania firman un pacto de no agresión.
WIKIPEDIA/nara.gov

Del otro, en la URSS se criticó al Kremlin por la guerra y por su coste. Nunca se dio cuenta de las pérdidas y las bajas. "Una victoria a tal coste fue en realidad una derrota moral... sentimos en nuestra victoria una derrota ante los finlandeses", escribió en sus memorias Nikita Kruschev, quien sustituyera en el poder a Stalin en 1953.

Consecuencia de la Guerra de Invierno fue también que la reputación del Ejército Rojo estaba por los suelos. Tanto Hitler como las potencias occidentales consideraban que el Ejército soviético era un completo desastre.

Solo tenemos que patear la puerta y toda la estructura podrida se vendrá abajo", dijo Hitler de la Unión Soviética

Esto último fue importante para el curso de la Guerra Mundial. La inoperancia de las tropas rusas ayudó a que Hitler se decidiera a invadir la URSS. Parecía fácil para una máquina tan bien engrasada como demostraba ser el Ejército alemán. "Solo tenemos que patear la puerta y toda la estructura podrida se vendrá abajo", dijo el Führer en junio de 1941.

Hitler.
ARCHIVO

"Fue una derrota peligrosa porque alentó la convicción de nuestro enemigo de que la Unión Soviética era un coloso con pies de barro. En resumen, nuestra miserable conducta en la campaña finlandesa alentó a Hitler en sus planes", escribió Kruschev.

Así, en junio de 1941, cuando sólo habían pasado 15 meses de paz provisional, Alemania inició la Guerra de Continuación entre Finlandia y la Unión Soviética. Pero los generales de Stalin habían aprendido muchas lecciones de la campaña finlandesa. Eso no lo había calculado Hitler. 

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