La boda de Britney Spears y Sam Asghari será en la más absoluta intimidad

Todos los rumores y habladurías que iban cobrando peso justo antes de la explosión del movimiento #FreeBritney van siendo sumamente acertados a pasos agigantados: se dijo que Britney Spears estaba deseosa de escribir un libro, posibilidad que ya ha materializado al firmar un contrato millonario para escribir sus memorias; se habló de la posibilidad de tener un tercer hijo ya que por fin le quitaban el DIU y está embarazada; y se comentaba que quería llevar la vida que siempre quiso alejada de los focos. Y no hay mayor muestra de que una celebrity quiere tener hermetismo y privacidad que una boda a puerta cerrada.

A pesar de que la expectación ante la próxima boda de la autora de éxitos como Womanizer o Toxic es máxima por parte de sus fans, lo cierto es que no podrán seguirla como harían con muchas otras personalidades del star system: no piensan decir ni el cuándo ni el dónde, aunque sus palabras dejen entrever que ya lo tienen todo previsto.

Ha sido el actor (y exentrenador personal de Britney, con quien sale desde 2016) de 28 años quien lo ha revelado en una story de su Instagram con motivo del Día de la Madre, que en ciertos países, como los anglosajones, se celebra el segundo domingo del mes de mayo. Y él ha querido felicitar a su pareja, próxima esposa y madre de su primer hijo.

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"Nuestra vida ha sido como un cuento de hadas pero en la vida real. Te deseo un Feliz Día de la Madre, mi futura reina", ha escrito Asghari en la primera parte de sus stories junto a una fotografía en la que aparecen, desenfocados, besándose, mientras en primer plano está el dedo levantado de Britney enseñando el anillo de pedida.

Pero lo más revelador llegó en sus siguientes aportaciones a su Instagram: ahí revelaba no solo que ya saben la fecha de la boda (primera para él, tercera para Britney), sino que no lo piensa hacer público. "El gran día ya está decidido, pero nadie lo va a saber hasta el día después", ha anunciado Asghari, que confirma así la rumorología de estricta intimidad para su enlace, del que apenas se sabe que el vestido de novia correrá a cargo de Donatella Versace.

Una desaparición de la actualidad en su vida pública en las redes, donde ninguno de sus posts recientes es con barriguita de embarazada, que no hace sino corroborar la intención de Britney de dejar de ser el títere que fue obligada a ser, sobre todo a nivel de exposición, cuando estaba bajo la tutela paterna.