Así es el american pit bull terrier, un perro afectuoso, alegre y víctima de mitos y mala prensa

  • El término pit bull se usa de forma amplia para definir perros con características comunes y crea confusión.
A.P.B.T., o pit bull
A.P.B.T., o pit bull
20minutos
A.P.B.T., o pit bull

Vuelvo a verme obligada a iniciar un artículo con una frase ya utilizada, en este caso con la ficha del gato siamés: american pit bull terrier hay pocos.

Su demanda despiadada y la cría sin control por particulares en las últimas dos décadas, que coloquialmente llamamos ‘juntaperros’, y con pavoroso descuido hacia la selección de reproductores con un carácter adecuado, o aún más, que cumplan el estándar, ha hecho que se extienda el término pit bull para definir a cualquier perro de cabeza cuadrada, gran mandíbula, pecho ancho y cuerpo poderoso y pesado, pese a que, repetimos, no son pit bull. Dada la semejanza entre varias razas del grupo de los terriers de tipo bull, donde están el pit bull, el american staffordshire terrier (amstaff), el bull terrier y el staffordshire bull terrier (staffy), los cruces entre estas razas ha sido y sigue siendo abusivo y a todos sus mestizos se les confunde con frecuencia con la raza que hoy nos ocupa.

“Históricamente el término pit bull se empezó a usar en Gran Bretaña a principios de 1800”, nos cuenta Mike Morabito, educador canino experto en molosos y terrier de tipo bull: “con el tiempo este tipo de perro tuvo una miríada de nombres, entre ellos bull and terrier, half and half, pit dog, bulldog and terrier cross... hay referencias, artículos e imágenes que lo demuestran. El nombre de american pit bull terrier fue oficialmente reconocido en 1898 por el United Kennel Club”.

Tampoco podemos empezar este artículo negando una realidad bien documentada e históricamente precisa: los orígenes del american pit bull terrier fueron crueles, para participar en un sangriento deporte inglés donde varios perros atacaban a un toro o a un oso atados con gruesas cuerdas, y que se prohibiría definitivamente en 1835. Su nombre, de hecho, viene de foso (pit en inglés) y del animal al que atacaban (toro, bull).

El american pit bull terrier — acortado como APBT,— se introdujo en España en la década de 1990, coincidiendo con la llegada del american staffordshire terrier, y se difundieron rápidamente por la península y las islas.

Los perros niñera que nunca han existido

No se puede negar la responsabilidad, por desconocimiento o premeditada, del extendidísimo mito de relacionar a los american pit bull terrier con un supuesto origen como perros niñera. Hablemos con claridad: ninguna raza canina, absolutamente ninguna, se creó con dichas intenciones, el APBT, desde luego, nunca fue criado para ese propósito. Sus fotos junto a niños, muchas de hace más de 100 años, básicamente tenían el mismo sentido que podríamos darle hoy: demostrar que una raza fuerte puede convivir con infantes y crear lazos afectivos porque no es un animal salvaje ni intrínsecamente peligroso, por muy imponente que fuera su aspecto. Sin más lecturas, mera promoción de la raza. La primera vez, que conste por escrito, que se utilizó esta expresión, fue en un artículo en The New York Times en 1971.

Entonces, y hoy con más vigencia que nunca, se recomienda encarecidamente la supervisión de adultos en la convivencia entre niños y perros, sea cual sea la raza.

Los pit bull están recorriendo el mismo camino al ser demonizados por el que ya han pasado una larga lista de razas de perros a lo largo de los años, como los pastores alemanes, los dóberman o los rottweilers. Un perro sano y equilibrado no ataca sin previo aviso ni provocación. Dicha provocación no tiene por qué ser por malvadas intenciones o un entorno de maltrato. En la mayoría de las ocasiones, el origen es el desconocimiento de cómo es un perro aunque se conviva con ellos, la peligrosa humanización e ignorar sus abundantes señales de comunicación.

En un estudio reciente publicado el 29 de abril, donde han secuenciado por primera vez el ADN de perros de raza y sin ella (estudio realizado con 2155 perros y 18 000 encuestas entre propietarios, nada menos) para ver si la genética influye en una serie de comportamientos sociales específicos con la interacción con sus dueños, —y que muchos medios de prensa han recogido con un titular poco preciso e incluso capcioso—, el abrumador resultado ha sido que la tendencia a reaccionar agresivamente, entre otros, no tiene ninguna relación genética con la raza, y sí con el medio ambiente en el que se encuentran y la educación recibida. Estos comportamientos son poligénicos, es decir, determinados por varios genes.

Un 'eterno cachorro' risueño y sensible, solo en las manos adecuadas

El pit bull es un perro de tamaño mediano-pequeño, y al contrario de lo que suele verse por las calles, atlético y de proporciones equilibradas, sin aspecto de pesadez pese a la creencia popular. Se admiten todos los colores y patrones de su corto manto, excepto el azul mirlo o blue merle.

“El carácter de un APBT bien socializado es de un perro estable, equilibrado, muy afable y cariñoso con el ser humano. Debido a su programa de cría y selección se ha conseguido un perro inteligente y polivalente, pero por otro lado no tiene tendencia a llevarse bien con sus congéneres”, aclara Mike, que también es juez canino de conformación o apariencia general de la raza pit bull.

Es importante, como insistimos, no seleccionar un perro por su apariencia, y elegir en función de si ambos, perro y guía, pueden cubrir sus necesidades mutuas y si es compatible con nuestro estilo de vida, “un APBT, o pit bull, como los queramos llamar, son perros excelentes, pero necesitan personas equilibradas, sin problemas de ego ni con el objetivo de fanfarronear, con conocimientos sobre los perros, primero, y después sobre la raza, que puedan dedicarles tiempo y atención”, recomienda Mike Morabito, ya que estos perros necesitan una alta actividad para mantenerse equilibrados física y psíquicamente.

Acabamos citando a Juan Luis de Castellví, experto en emergencias sanitarias y autor del libro “Cuida a tu perro. Manual de primeros auxilios y bienestar canino”: “Un perro grande es potencialmente más peligroso que uno pequeño, del mismo modo que un camión es potencialmente más peligroso que un coche. Solo en caso de accidente”.

El Club Español del American Pit Bull Terrier (ADBA-ESP) cesó su actividad y no podemos recomendar su contacto para localizar criadores oficiales y, por supuesto, advertimos del riesgo e ilegalidad que supone acudir a páginas de anuncios clasificados que venden camadas sin titulación de criadores, garantías veterinarias ni el respaldo de una asociación detrás, de manera que, a fecha de este artículo, solo podemos proponer la adopción responsable de american pit bull terriers, y sobre todo sus cruces, que desgraciadamente abundan en refugios, protectoras y grupos de difusión, como PPP En Adopción.

Vanessa M. Clavijo
Divulgadora

Empecé Antropología Social y Cultural, tengo el certificado profesional del curso de técnica en gestión medioambiental, el curso “The Truth about Dogs and Cats” de la universidad de Edimburgo y el curso “Capacitación social en educación canina, tenencia responsable y gestión del bienestar animal” de la UNED. Colaboro escribiendo sobre animales en '20minutos', 'Etología Canina' y para la Cátedra de Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos. He criado con responsabilidad gatos y perros, he sido asistente de tiendas de animales y auxiliar de peluquería canina y felina y me he dedicado a la gestión, atención y mantenimiento de especies animales e instalaciones en núcleos zoológicos.

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