![Esperanza busca un hogar desde la asociación Luchando PPP](https://imagenes.20minutos.es/files/image_640_360/uploads/imagenes/2022/05/13/esperanza.jpeg)
Cada cierto tiempo, sorprendentemente poco teniendo en cuenta cómo tratamos a los perros y qué poco sabemos sobre su correcta educación y manejo, surgen tristemente noticias de personas que sufren un ataque grave, tal vez fatal, por parte de un can. Son sucesos que los periodistas nos vemos obligados a ilustrar con imágenes de recurso; pueden ser fotografías de la zona, de algún vehículo policial o de la Guardia Civil o de sus agentes de espaldas. En ocasiones también mostramos perros anónimos que nada han tenido que ver con la agresión. Ahí es dónde, aunque en la noticia no se especifique la raza, el que acaba dando la cara es un pit bull o alguno de sus primos de presa.
Son animales de aspecto imponente y categorizados como potencialmente peligrosos - hasta que la ley de bienestar animal entre en acción -, así que parecen la fotografía de recurso óptima ante un suceso así. Por el contrario, si hay un contenido positivo relacionado con perros, algún estudio sobre los beneficios de su compañía por ejemplo, lo más probable es que la noticia la ilustre un labrador o golden retriever, razas asociadas a la asistencia y la terapia con animales.
De tal manera solo abonamos estigmas. Aunque en realidad los medios están reflejando las percepciones ya existentes en una sociedad que tiene fuertemente instaurada la sensación de peligro asociada a estos canes. Por eso se hacinan sin apenas esperanza de encontrar un hogar en perreras y protectoras, por eso se les sigue sacrificando cuando son víctimas del abandono en gran parte del territorio nacional.
Son prejuicios que también perjudican a los adorables labradores y goldens, porque abundan aquellos que compran cachorros de estas razas creyendo que van a tener el perro perfecto en casa sin tener que esforzarse apenas en educarlos y satisfacer sus necesidades.
Veamos al perro y no a la raza. Los todavía perros potencialmente peligrosos no son culpables de tener esa poderosa carcasa, esa boca que puede ser al tiempo temible o la sonrisa más amplia del mundo canino. A fin de cuentas, somos nosotros los que les hemos hecho así. Su apariencia es nuestra responsabilidad y si perpetuamos prejuicios estamos contribuyendo a incrementar un problema que ya tiene proporciones trágicas.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios