Barcelona

En libertad provisional el acusado de violar a una chica en Lloret tras dos años en prisión

El acusado de violación en Lloret de Mar durante el juicio
ACN

Después de casi dos años en prisión preventiva y antes de dictar sentencia, el tribunal de la sección tercera de la Audiencia de Girona ha resuelto dejar en libertad al joven juzgado la semana pasada acusado de violar a una chica de 21 años en Lloret de Mar la madrugada del 28 de junio del 2020. Al final del juicio, la fiscalía pidió 9 años de cárcel y la acusación popular, en nombre del ayuntamiento, una condena de 12. La defensa, encabezada por el letrado Carles Monguilod, solicitó la absolución.

"En el presente caso, celebrado el juicio oral contra el acusado, habiendo deliberado la sala y hasta que recaiga sentencia firme, entendemos que han dejado de estar vigentes los motivos que llevaron a acordar y mantener la medida cautelar adoptada en su momento. Es por eso que procede acordar la libertad provisional", recoge el auto de la Audiencia de Girona.

El procesado declaró que tuvieron sexo consentido: "No habría dejado el preservativo ahí si lo hubiera violado". La decisión del tribunal, que no ha adoptado ninguna otra medida cautelar, podría apuntar a una sentencia absolutoria.

El procesado llegó al juicio esposado y custodiado por los Mossos d'Esquadra. Estaba en prisión preventiva desde el 16 de julio del 2020, al día siguiente que le detuvieran por agredir sexualmente a una chica de 21 años después de perseguirla por la calle de madrugada.

Pruebas acusatorias

En el juicio, que tuvo lugar el pasado miércoles, el procesado aseguró que habían mantenido relaciones sexuales consentidas. Una de las principales pruebas que las acusaciones sostenían para incriminarlo era el preservativo con su ADN localizado en el lugar de los hechos. Sin embargo, el acusado afirmó que no le habría dejado allí tirado si hubiera agredido sexualmente a la víctima porque sabía que así podrían identificarlo.

Otro de los indicios incriminatorios de las acusaciones eran las grabaciones de las cámaras de videovigilancia que captaron parte del recorrido de víctima y acusado. El procesado negó la interpretación que realizaron los investigadores de los Mossos d'Esquadra, que apuntaban a que habían recogido un primer "enfrentamiento" entre los dos y cómo, después, el acusado perseguía a la víctima. "Estábamos jugando", dijo.

El abogado de la defensa, Carles Monguilod, pidió la absolución. El letrado ponía en duda el relato de la víctima porque los forenses no le apreciaron ninguna lesión, aunque ella expuso que el acusado le había empujado y le había derribado en tres o cuatro ocasiones.

También indicaba que no habían tomado declaración a la amiga de la chica, que la acogió en su casa justo después de los hechos, ni se había aportado a la causa la grabación de la llamada al 112 justo después de los hechos. La joven dijo que, tras alertar a los servicios de emergencias, no se había quedado en el lugar a esperar a que llegara la policía porque tuvo "miedo". La víctima interpuso denuncia horas más tarde, ya la tarde del 29 de junio.

La fiscalía y la acusación popular, en cambio, mantuvieron la petición de condena en base a las pruebas, a que el relato de la víctima había sido persistente a lo largo del tiempo y a que el procesado intentara huir cuando le iban a detener, el 15 de julio.

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