Los Mossos atendieron a 85 niñas y 68 mujeres por matrimonios forzados entre 2010 y 2019

Un coche de los Mossos d'Esquadra, imagen de archivo.
Un coche de los Mossos d'Esquadra, imagen de archivo.
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Un coche de los Mossos d'Esquadra, imagen de archivo.

Los Mossos d'Esquadra atendieron entre 2010 y 2019 a 85 niñas y 68 mujeres por matrimonios forzados o por estar en riesgo de sufrirlos, según datos del Departamento de Interior de la Generalitat de Cataluña. Esta realidad vuelve al primer plano tras el caso de las dos hermanas paquistaníes que vivían en Terrassa (Barcelona) y que fueron asesinadas en Pakistán por querer divorciarse.

Sólo el año pasado fueron diez las chicas atendidas entre 14 y 20 años, de las cuales seis eran menores de edad. En cuanto a los datos de la Generalitat, en cuatro casos fue la propia víctima la que denunció su situación, mientras que en otros cuatro fueron los servicios sociales los que informaron a la policía.

Los distintos cuerpos policiales han detectado desde 2015 en España 27 matrimonios forzados, según datos del Ministerio de Interior. La comunidad en al que se han detectado más casos desde 2015 es Cataluña (14), seguida de País Vasco (5).

La comunidad en al que se han detectado más casos desde 2015 es Cataluña (14), seguida de País Vasco (5). En el mismo periodo, las fuerzas de seguridad tuvieron conocimiento de matrimonios concertados también en Asturias, Baleares, Castilla-La Mancha, Madrid, Navarra y la Comunidad Valenciana, cada una con un caso, mientras que hubo dos que se detectaron en el extranjero.

Las alertas de los servicios sociales y educativos, clave

Considerado una violencia machista, el matrimonio forzado es la unión de dos personas en la que, al menos una de ellas, generalmente la mujer, no otorga su pleno y libre consentimiento y se ve obligada a casarse por la presión emocional, psicológica o incluso física de la familia.

El Código Penal establece en su artículo 172 bis penas de prisión de seis meses a tres años y seis meses o bien multas de doce a veinticuatro meses, según la gravedad de la coacción o de los medios empleados, para aquellos que obliguen a una persona a contraer matrimonio "con intimidación grave o violencia". Las condenas se agravan si las víctimas son menores de edad.

Para la detección de este tipo de situaciones son clave las alertas de los servicios sociales y educativos para detectar alteraciones en el comportamiento, ya que no es común que sean las propias víctimas las que denuncien.

En 2020, la Generalitat presentó un protocolo de prevención de esas prácticas para saber cómo detectarlas, cómo intervenir y como ayudar a las víctimas, con coordinación de todos los ámbitos asistenciales; unos protocolos que quiere generalizar la ley de garantía de la libertad sexual, la conocida como ley del solo sí es sí, que llega este jueves al pleno del Congreso.

Otros casos en España

El pasado año en Villaverde del Río (Sevilla), dos familias se habían puesto de acuerdo para que la hija de una de ellas, menor, se casara en Zamora con un chico también menor. La niña, de nacionalidad rumana, se lo contó a una antigua profesora con la que mantenía contacto telefónico y ésta avisó a la Guardia Civil, que organizó la huida de la víctima de la casa y el traslado a un centro de protección.

También en Zamora se frustró en 2018 un plan orquestado por una pareja rumana para vender a dos hermanas de ella -de 16 y 17 años- a otras familias por 10.000 euros en cada caso. Cinco personas fueron condenadas por este caso a penas de entre uno y tres años y medio de prisión tras alcanzar un acuerdo con la Fiscalía.

En Valencia, una chica de origen paquistaní avisó a un amigo de que llevaba un mes encerrada en casa por su padre, quien quería casarla en contra de su voluntad. El progenitor fue detenido.

20minutos

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