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Sánchez anuncia una nueva ley para regular el CNI y niega haber ordenado las escuchas legales a independentistas catalanes

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se arremanga para cerrar definitivamente la crisis abierta con sus socios parlamentarios hace más de un mes por las escuchas legales a independentistas catalanes. El jefe del Ejecutivo ha cedido finalmente ante las peticiones del PNV y de ERC y ha anunciado dos iniciativas legislativas para poner fin a unas turbulencias que han amenazado con acabar con su mandato al frente de la Moncloa: una ley para "mejorar los controles" del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y otro articulado que sustituya al actual de Secretos Oficiales, que data de 1968.

“Debemos reforzar controles al CNI y homologarlo a los países de nuestro entorno”, ha lanzado el presidente en su comparecencia este jueves en el Congreso de los Diputados sobre el 'caso Pegasus'. Según el presidente, desde 2002, fecha en la que fue aprobada el articulado que rige actualmente la legalidad de la inteligencia española, “han pasado muchas cosas”, por lo que se debe aprobar un nuevo marco regulatorio que “dé cabida a los nuevos retos tecnológicos y sociales”. Asimismo, ha asegurado que la nueva norma dará cabida a las recomendaciones realizadas por el Defensor del Pueblo y por la Unión Europea.

Asimismo, ha asegurado que el Ejecutivo aprobará una nueva ley de Secretos Oficiales que sustituya a la actual, que data de la época franquista, de 1968. El ministro de la Presidencia y mano derecha de Sánchez en el Ejecutivo, Félix Bolaños, ya había avanzado la intención del Gobierno de reformar el articulado, lo que ha venido a ser confirmado por el jefe del Ejecutivo, que ha definido como “impostergable” que la nueva norma se adapte a los “principios democráticos constitucionales, así como a los mayores estándares internacionales”.

En la actualidad, y a diferencia de buena parte de las democracias occidentales, en nuestro país los documentos declarados secretos no tienen que desclasificarse pasados unos años. Cabe recordar, con todo, que el PNV -cuyos seis diputados son necesarios para la estabilidad del Ejecutivo- lleva varias legislaturas intentando que eso cambie, y en 2020 registró una proposición de ley para redactar una nueva ley de secretos oficiales que establezca un tope de 35 años de confidencialidad para las materias clasificadas como secretas y de 10 años para las reservadas.

No obstante, todo indica que el Ejecutivo hará decaer esa propuesta para tramitar los dos cambios normativos a través de proyectos aprobados en el Consejo de Ministros, aunque fuentes de Moncloa no dan mucho detalle al respecto. Sí explican que la ley de Secretos Oficiales podría presentarse en junio -antes de que finalice el período de sesiones- al no ser una ley orgánica, a diferencia de la del control del CNI, que llevará más tiempo. "La noticia de hoy es que hay un compromiso político", ha señalado una de las personas más cercanas al presidente, que ha destacado que el Sánchez "ha dejado claro" que en este país "no se hacen escuchas ilegales" y "ha puesto al PP frente al espejo".

Sánchez se desvincula de las escuchas pero las justifica

En su comparecencia, que ha durado aproximandamente una hora, el presidente también se ha desvinculado de las escuchas realizadas a varios políticos independentistas mientras el PSOE negociaba su investidura. Entre otros, al president de la Generalitat, Pere Aragonès. En este sentido, el jefe del Ejecutivo ha asegurado que su Gobierno ni "conoce" ni "decide" sobre las misiones operativas del CNI que, ha remarcado, siempre cuentan con el control judicial, como ha acreditado el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo. "El Alto Comisionado de esta cámara actuó de oficio con un examen detallado del trabajo del CNI", ha remachado. Con todo, además de desvincularse, sí ha querido remarcar que las escuchas fueron justificadas al realizarse en una época donde la "crisis" de seguridad en Cataluña "era fuente de una enorme preocupación". 

Trae de vuelta la 'Kitchen'

Con todo, ni todo el monte es orégano ni toda la comparecencia de Sánchez ha versado sobre Pegasus. Y es que el presidente ha utilizado los 15 primeros minutos en la tribuna para atacar al PP de Alberto Núñez Feijóo por la trama Kitchen, en la que se investiga a la policía patriótica que supuestamente robó datos comprometidos del PP a su extesorero Luis Bárcenas. El presidente ha acusado de "corrupción democrática" a la derecha y se ha contrapuesto a los populares al insinuar que “podemos estar seguros de que esas conductas -en referencia a la Kitchen- no van a volver a repetirse” solo si sigue gobernando el PSOE. "Con este Gobierno se defiende la Constitución, con los métodos que defiende la Constitución y sin saltarse la Constitución”, ha referido.

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