Internacional

La UE acuerda un veto parcial al petróleo ruso para satisfacer las exigencias de Hungría y esquivar la presión de Putin

El tiempo pasa, la guerra en Ucrania avanza y la Unión Europea no quiere quedarse apalancada en el barro de la crisis, aunque prefiere mantener la unidad antes que apostar por unas sanciones más ambiciosas contra Putin: los líderes de los 27 acordaron este lunes que el embargo al petróleo ruso deje fuera del veto todo el crudo que llega al bloque por oleoducto, una exigencia de Hungría apoyada por Eslovaquia y la República Checa.

"Acuerdo para prohibir las exportaciones de petróleo ruso a la UE. Cubre inmediatamente más de dos tercios de las importaciones desde Rusia, cortando una enorme fuente de financiación de su máquina de guerra", anunció en Twitter el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

El pacto, por tanto, incluye todas las importaciones de crudo por vía marítima y deja fuera del veto el petróleo que es transportado desde Rusia a Hungría, República Checa y Eslovaquia por oleoducto, una exigencia que el húngaro Viktor Orbán había trasladado a los socios del bloque desde hace semanas, dado que el 65% del petróleo que recibe el país magiar llega por esa vía.

Se trata de la tubería Druzhba, que parte de Rusia y recorre el sur de Bielorrusia antes de dividirse en dos ramales: uno norte que cruza Polonia y llega a Alemania y otro sur que pasa por Ucrania, Hungría y Eslovaquia antes de terminar en República Checa.

Según explicaron a Efe fuentes comunitarias, Berlín y Varsovia se han comprometido a detener las importaciones de crudo a través del ramal norte, que transporta unos 25 millones de toneladas, por lo que la excepción solo recoge el tramo sur del oleoducto, por el que transitan otros 12,8 millones.

Las mismas fuentes precisaron que el acuerdo de los jefes de Estado y de Gobierno recoge también el compromiso para incluir "lo antes posible" el ramal sur del oleoducto en las sanciones, completando así el veto a todo el petróleo ruso, aunque sin una fecha concreta para conseguirlo.

El oleoducto de la "amistad"

Druzhba, construido en 1964, se ha acabado convirtiendo en la madre de todas las batallas en la Unión Europea. Druzhba significa "amistad", que es precisamente lo que quieren mantener los Estados miembros para que la imagen de consenso no se rompa frente a Putin, que busca dividir a la UE en su favor. 

En materia energética, el presidente ruso sigue teniendo la sartén por el mango, y el de Druzhba es el oleoducto más grande del mundo. Europa del Este depende de esa vía y el caso de Hungría es especialmente peliagudo: está encerrada en un enclave peligroso y un corte de suministro podría aislar completamente al país.

Eslovaquia, la República Checa y Hungría son conscientes de que su dependencia del Druzhba es tan alta que cualquier veto al petróleo ruso que pase por ahí deja solo dos opciones: una serie de alternativas de seguridad por parte de la Unión, como puede ser la solidaridad del resto de socios, o lo que se plantea en el acuerdo, que es dejar fuera de las sanciones esta vía. 

Oleoducto

Pero Viktor Orbán quiere seguridad. "Dejar fuera los oleoductos no está mal, es un buen enfoque. Pero necesitamos la garantía de que, en caso de accidente del oleoducto que pasa por Hungría, tenemos que tener el derecho de obtener petróleo ruso de otro modo", expresó el primer ministro húngaro a su llegada al Consejo Europeo, cuando además afeó a la Comisión Europea que presentara su propuesta "sin consultar antes a los Estados miembros". 

Precisamente la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, sostuvo que sus esperanzas de que haya un acuerdo entre los 27 en estos dos días eran "bajas", rebajando la cierta euforia que se pudo dar en los pasillos en un primer momento. "Es muy importante que tengamos igualdad de condiciones para todos en la cuestión del petróleo ruso", añadió, antes de insistir en que las claves son "la solidaridad con Ucrania y la unidad en la UE" frente a la invasión.

Este lunes por la noche, Von der Leyen, celebró el acuerdo en un mensaje en Twitter en el que también destacó que, contando con el compromiso de Alemania de cesar también sus compras de crudo a través del Druzhba, el porcentaje de petróleo ruso sancionado se eleva al 90%.

Hacia el norte, el país implicado es Polonia, pero el Gobierno de Mateusz Morawiecki ya ha aprobado un plan para deshacerse de la energía rusa y de hecho ha sufrido las represalias de Moscú con cortes de suministro. También Alemania se ve implicada, y al igual que Varsovia mantiene el compromiso de que aplicará las sanciones en su totalidad y dibujará una hoja de ruta para acabar con su histórica dependencia de Rusia a nivel energético de aquí a final de año.

En dos fases

Druzhba, con todo, obliga a la UE a bloquear el crudo procedente de Rusia en dos fases: primero, la parte sencilla, con un veto a esos dos tercios de petróleo que llegan por vía marítima, y con el tiempo (sin plazos marcados) despegarse de lo que se suministra a través del oleoducto. "Más pronto que tarde", aseguran funcionarios europeos, conscientes de la complejidad. 

De hecho, los 27 llevan ya casi dos meses de conversaciones para sancionar el crudo ruso, después de que el quinto paquete de medidas (aprobado el pasado 7 de abril) incluyera un embargo al carbón. La parte todavía más peliaguda, que es el gas, ni siquiera está sobre la mesa y no parece que vaya a estarlo a corto plazo, más si cabe viendo las dificultades en torno al petróleo.

Tanto los líderes de los Estados miembros como los de las instituciones comunitarias saben que el consenso es también fundamental para no mostrar debilidad ante Putin, y así lo expresó la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, quien pidió un acuerdo entre los socios para evitar una sonrisa de satisfacción de Moscú. "No podemos permitirnos ceder", espetó. Uno de los más confiados fue el Alto Representante, Josep Borrell, al igual que el canciller alemán, Olaf Scholz, quien destacó lo "constructivo" de las conversaciones.

Y es que en el resto de Estados miembros no hay grandes objeciones, ni siquiera en Países Bajos, a quien Rusia ha decidido cortar el suministro al negarse el Gobierno neerlandés a pagar el gas en rublos. Amsterdam recibe desde Moscú un 15% del gas que consume, según los últimos datos. Tampoco hay matices entre los Bálticos, pues han cortado cualquier relación comercial con Rusia en materia energética y reducirán las importaciones a nada de aquí a final de año en los casos más complicados, como el polaco.

Zelenski pide celeridad

A quien sí tuvieron que escuchar los líderes en la primera jornada de cumbre fue al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que les pidió precisamente celeridad en la aprobación de nuevas sanciones, y que esta vez habló en general y no con mensajes particulares como hizo en anteriores ocasiones.

"Todas las disputas internas en Europa deben terminar", defendió, subrayando que "solo alientan a Rusia a ejercer más y más presión" sobre los europeos, principalmente en el plano energético pero ahora también en el alimentario. 

Todas las disputas internas en Europa deben terminar. Solo alientan a Rusia a ejercer más y más presión

Zelenski pidió también rapidez para otorgar a Ucrania el estatus de país candidato a la Unión, algo todavía pendiente primero del informe favorable de la Comisión y posteriormente al acuerdo por unanimidad entre los 27.

El pacto de los líderes sobre las sanciones al petróleo de Moscú desbloquea el sexto paquete de represalias de la UE por la guerra en Ucrania y que recoge también la desconexión de Sberbank, el mayor banco del país, del sistema internacional de mensajería Swift.

loading...