El regreso de los duques de Sussex a Reino Unido, tan inminente como calculado

El príncipe Harry y Meghan Markle, en octubre de 2019.
El príncipe Harry y Meghan Markle, en octubre de 2019.
Dominic Lipinski / GTRES
El príncipe Harry y Meghan Markle, en octubre de 2019.

Una pandemia de por medio, sí, pero justo antes de que el coronavirus llegara a nuestras vidas, a primeros de 2020, los duques de Sussex tomaban una decisión crucial: abandonar el amparo de Buckingham Palace y marcharse al otro lado del Atlántico. Casi dos años y medio que no han regresado juntos a Reino Unido hasta ahora, cuando ya está todo ultimado y preparado para que nada pueda ensombrecer el Jubileo de Platino de la reina Isabel II.

Precisamente esa es una de las claves de la visita de Meghan Markle y el príncipe Harry: ponerse al servicio de la familia real británica y no acaparar los focos en los días grandes de la monarca, quien por cierto por fin podrá conocer a Lilibet Diana, segunda hija de la pareja, así como ver de nuevo a Archie.

Una imagen de unidad durante tres días, del 2 al 5 de junio celebrando los 70 años en el trono de Isabel II, con la que la soberana pretende que se estrechen lazos de cara a cuando ella no esté y se dejen atrás rencillas por la entrevista a Oprah Winfrey o la futura autobiografía del príncipe Harry.

Primero, el día 3, la familia al completo comparecerá, siendo la primera vez que Meghan y Harry se dejan ver en un acto público desde que decidieran separarse de La Firma, si bien es cierto que el príncipe sí que ha acudido a ciertos compromisos, como las exequias por su abuelo, el duque de Edimburgo, o la inauguración del monumento a su madre, Diana de Gales.

El plato fuerte será seguramente el día 4 de junio. Ese día tendrá lugar el Derby de Epsom y, en teoría, será el momento de la presentación en sociedad de Lilibet Diana coincidiendo con el que es su primer cumpleaños. Se dice que Isabel II quizá se pierda este compromiso y, aunque hay quien piensa que es para no perder protagonismo frente a la pequeña, otros recuerdan que la monarca no tiene asegurada la asistencia a ningún acto debido a sus recientes problemas de salud y de movilidad.

La curiosidad es que la pareja se alojará en su antigua casa, Frogmore Cottage, cerca del castillo de Windsor donde ahora vive la reina. Desde allí podrán asistir a la misa en la Catedral de San Pablo y el resto de eventos pero no a la tradicional aparición de toda la familia desde el balcón de Buckingham Palace durante el Trooping the Colour del día 2 de junio, al haber sido vetados junto al príncipe Andrés.

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