Juan Marín, la última bola del sanluqueño tranquilo

Ilustración del candidato de Cs a las elecciones andaluzas, Juan Marín
Ilustración del candidato de Cs a las elecciones andaluzas, Juan Marín
Henar de Pedro
Ilustración del candidato de Cs a las elecciones andaluzas, Juan Marín

En las largas playas de Sanlúcar de Barrameda, de Bonanza a Las Piletas, juegan los niños al fútbol y, en verano, galopan los caballos de sus centenarias Carreras. Mucho más raro es ver tendida una red de voleibol, pero a veces sucede. Y no es imposible que pase por ahí Juan Marín y devuelva la pelota extraviada con un golpe certero.

Marín, largo como un día sin pan, que dirían en su pueblo, fue de joven jugador, "muy malo, siempre estaba en el banquillo" y de mayor, entrenador con éxito de un equipo femenino juvenil. Ha sido también árbitro y presidente de la Federación gaditana de Voleibol. Para ser bueno en este deporte, hace falta atacar y defender en un segundo, ser versátil y con reflejos. Tener mucha cintura, sobre todo cintura.

El voleibol y el comercio son las dos escuelas de Juan Marín, sanluqueño del 62, actual vicepresidente de la Junta de Andalucía y candidato por Ciudadanos. Marín nunca ha enarbolado su currículum académico ni lo ha maquillado: no tiene apenas CV, empezó Relaciones Laborales en Jerez, pero no acabó.

Antes de la política fue el comercio. Se desempeñó en la joyería de su padre, en una céntrica calle de Sanlúcar. Allí ya se reveló como relaciones públicas y articuló a los comerciantes sanluqueños. Por entonces se afilió a Alianza Popular para las municipales del 83. Luego pasaría fugazmente por el Partido Andalucista, que tuvo su momento álgido en la política autonómica para eclipsarse definitivamente en 2015.

En Ciudadanos, dice, encontró finalmente su lugar y una vocación de servicio que bebe de su admiración por Adolfo Suárez, el artífice de la Transición. Marín ya había fundado Ciudadanos Independientes de Sanlúcar (CIS) y, apoyando al PSOE, se había erigido en primer teniente de alcalde de la localidad. Desde 2011 comenzó a colaborar con el partido de Albert Rivera hasta que acabó como candidato del mismo en los comicios regionales de 2015.

Los 9 escaños de Cs sirvieron para facilitar un nuevo gobierno socialista, con Susana Díaz al frente. Cuatro años después, con sus espectaculares 21 diputados, Marín fue decisivo para acabar con los casi 40 años de socialismo en Andalucía y aupar a la Presidencia a Juanma Moreno. Es el único superviviente de los gobierno de coalición con el PP en toda España, el único que no ha salido por la ventana en estos años. Moreno siempre ha destacado su "buena sintonía" con Marín y durante un tiempo hubo una opción real de concurrir con listas conjuntas.

Un candidato en la encrucijada

Al borde de los 60 años, la carrera política de Juan Marín está en la encrucijada. Pero ante los pésimos augurios electorales ha optado por la calma y hasta el sentido del humor. La campaña le pilla con un divorcio reciente, del que incluso ha bromeado en un reciente acto electoral. Tranquilo y educado desde pequeño, según destacan en su tierra, tiene algo de guasa chirigotera, como tantos gaditanos, por lo que él mismo ironiza sobre las sospechas (infundadas, asegura) de que su pelo sea más bien peluquín o su parecido con Emilio Aragón.

En cuanto Juanma Moreno convocó elecciones, varios diputados y cargos de su partido en Andalucía comenzaron a salir por la puerta. Algunos de ellos incluso han pedido el voto en sus redes sociales para el PP. Ciudadanos, a juzgar por los precedentes regionales y los sondeos, pinta mal, muy mal, pero Marín defiende que no volverá a la Junta si no es dentro de la marca naranja. Hace tiempo que se especula con un paso hacia el PP o una operación de salvamento para no dejar en la cuneta al vicepresidente que, con su apoyo a Moreno, contribuyó a desalojar a los socialistas tras casi 40 años. Sería algo así como volver a la casilla de salida, 30 años después. Un nuevo giro de cintura.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento