"Tenemos que racionar las compresas y los tampones. Alguna vez he usado toallas"

fotografo: Bieito Alvarez Atanes [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Testimonios de pobreza menstrual.
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PREVISIONES 20M
fotografo: Bieito Alvarez Atanes [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Testimonios de pobreza menstrual.
Ana Escrivá saluda por su nombre a cada una de las mujeres que van llegando a la sede de la asociación de vecinos Nuevas Palomeras.

Ana Escrivá saluda por su nombre a cada una de las mujeres que van llegando a la sede de la asociación de vecinos Nuevas Palomeras. El último martes de mes pueden pasar por aquí hasta 80, 80 historias que esta voluntaria conoce bien. Algunas llevan viniendo desde hace año y medio; otras desde hace tan solo unos meses. Adolescentes, de mediana edad, incluso abuelas con nietas a su cargo, todas tienen algo en común: no pueden adquirir productos de primera necesidad como compresastampones o salvaslips. Y en este local del madrileño distrito de Vallecas, la plataforma Somos Mujeres se los proporciona de forma gratuita. 

"Somos tres mujeres en casa y tenemos que racionar las compresas y los tampones. No podemos gastar mucho porque trabaja solo mi marido y no nos llega el dinero. Alguna vez he usado toallas de mano y mis hijas, en vez de cambiarse tres veces al día, se han cambiado dos", cuenta Alba Pinzón tras salir de la despensa. "Vengo por necesidad. Tengo tres niñas conmigo y no cuento con trabajo. Solamente mi esposo trabaja. He tenido que dejar de comprar ciertos alimentos para poder comprarles compresas a mis niñas porque ellas lo necesitaban verdaderamente", coincide Jacqueline Solano, quien calcula que su gasto en artículos de higiene femenina sería de unos 70 euros mensuales si no fuese por Somos Mujeres. 

Un estudio del Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol i Gurina (IDIAPJGol) apunta que hasta un 22,2% de mujeres en España no ha tenido acceso a productos menstruales en algún momento de su vida por cuestiones económicas y hasta un 39,9% no ha podido costearse el de su elección. Los resultados de este informe, titulado Equidad y Salud Menstrual, se basan en los datos aportados por 22.823 participantes en una encuesta online llevada a cabo entre marzo y julio de 2021. 

María, quien prefiere no ser identificada con su nombre real, es otra de las afectadas por lo que se conoce como pobreza menstrual. Esta madre de una adolescente reconoce que tiende a utilizar productos de muy mala calidad y "a tirar con lo que se puede", pensando siempre primero en su hija y luego en ella. "Hay niñas que no quieren ir al cole porque no pueden permitirse compresas finas y les da vergüenza. Con ellas estamos más pendientes y les damos compresas más discretas o para tanga", apostilla Ana. 

fotografo: Bieito Alvarez Atanes [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Testimonios de pobreza menstrual.
Algunas de las voluntarias de Somos Mujeres.
Bieito Álvarez

Varias de esas jóvenes pasan por la despensa sin querer hablar. No en vano, la menstruación continúa siendo un tema oculto. "Creo que la higiene femenina es socialmente un tabú, no se habla de ello. Es una necesidad primaria, como un cartón de leche, pero como tradicionalmente no ha sido visible, las ayudas destinadas a las personas más necesitadas no suelen contemplar estos productos. No se consideran bienes de primera necesidad y lo son", constata María. 

"Son productos muy caros e invisibilizados. Montamos la despensa hace un año y medio. Habíamos abierto la de alimentos por la pandemia y nos dimos cuenta de que casi todo lo que venían eran mujeres que también necesitaban compresas, tampones...", cuenta Ana, cooperante de una de las asociaciones en las que se ha segmentado Somos Tribu VK. Esta red vecinal surgió de manera espontánea el 14 de marzo de 2020, el mismo día que comenzó el estado de alarma en España. Su objetivo fue ayudar a las personas más vulnerables de Vallecas en el contexto de la crisis del coronavirus, lo que la hizo merecedora del Premio Ciudadano Europeo 2020 que entrega la Eurocámara.

Junto a los artículos menstruales, en las estanterías de esta despensa hay pasta de dientes, botes de champú y gel, esponjas, desodorantes... "Porque no solo es una cuestión de higiene femenina, sino de higiene general", manifiestan sus voluntarias. Con Ana, Mar Soria, Carolina Arévalo y Maffei Grazia son las encargadas este último martes de mayo de atender a quienes llegan pidiendo ayuda. Todo lo que entregan procede de donaciones, tanto de particulares como de comercios, hospitales o recolectas de colegios. Incluso contaron con una partida de copas vaginales que les regaló una empresa. "Pero las usan muy poco. Casi todas utilizan compresas", señala Ana.

Wendy Rodríguez sí ha querido optar a comprar una copa menstrual "pero las de buena calidad andan entre los 25 y los 30 euros", un importante desembolso en su situación de desempleo. "Soy solicitante de asilo y la ONG en la que estoy da un dinero para vivienda, gastos de alimentación y ropa. A veces el presupuesto no llega para muchas otras cosas y por eso vine aquí", comenta a la salida del local de la asociación de vecinos. "Sí he dejado de cubrir algunas otras necesidades básicas. Por ejemplo, he tenido que reducir los gastos en alimentación o en jabón de la ropa y de aseo", reconoce.

Proyectos ya en marcha

  • El año pasado, con motivo del Día de la Mujer, la Universidad de Vigo se convirtió en la primera institución de educación superior en España en facilitar acceso gratuito a compresas y tampones. Las estudiantes tenían que acudir a las delegaciones de alumnos para solicitarlos, pero ahora han comenzado a instalarse máquinas expendedoras. En Cataluña, el Govern empezó el mes pasado a repartir en tercero de la ESO estuches con productos menstruales reutilizables. La iniciativa se extenderá a partir del próximo curso a todos los centros catalanes. Países como Escocia, Nueva Zelanda, Francia o Suiza ya han adoptado medidas para luchar contra la pobreza menstrual. 

La OCU ha analizado los precios de copas, bragas menstruales, tampones y compresas y ha calculado el gasto de una mujer durante 38 años de vida fértil -de los 12 a los 50-, un coste que varía mucho según el flujo y el producto que se utilice. Con flujo ligero gastará 192 euros en copas, 438 en tampones, 502 en compresas y 766 en bragas. Con flujo muy abundante, el coste en copas se mantiene igual, pero en bragas sube a 2.043 euros; en tampones, a 2.052, y en compresas, a 2.234.

Para reducir esos gastos, continúa sobre la mesa el debate de recortar el IVA de estos artículos del 10% actual al 4. El ahorro máximo de una mujer con flujo abundante sería entonces de 10,45 euros si usa copas menstruales; 111 euros en el caso de las bragas; 112 con los tampones, y 122 euros si recurre a las compresas. Aunque no son cifras extraordinariamente elevadas, la organización de consumidores subraya la necesidad de acordar ya reducir ese impuesto para unos productos que son de primera necesidad, una medida que elevaría el déficit de España solo un 0,05%.

La denominada tasa morada se ha venido topando frontalmente con el rechazo del Ministerio de Hacienda. Hace unas semanas, sin embargo, María Jesús Montero mostró su disposición a negociarla en el proyecto de los presupuestos generales de 2023. Montero hacía estas declaraciones después de haber rechazado su inclusión en la ley del aborto, aprobada por el Ejecutivo el 17 de mayo, tal y como quería Igualdad. 

Más allá de las reclamaciones para la aplicación de un IVA superreducido, colectivos como Period Spain reivindican la gratuidad de estos productos en los edificios públicos. Esta organización, que trabaja para "erradicar la pobreza y el estigma menstrual" en España, considera necesario que se proporcionen en centros de salud, colegios, institutos o comedores sociales. La propuesta se suma a la de la maestra Laura Labrador, que ha reclamado a la Comunidad de Madrid productos de higiene íntima en los centros educativos de la región. "He observado que las niñas faltan a menudo a clase cuando tienen la regla, muchas veces por no tener los medios adecuados o porque sienten vergüenza, con la desventaja que esto supone frente al resto de estudiantes", denuncia.

El estudio del IDIAPJGol cifra precisamente el absentismo escolar por cuestiones de salud menstrual en el 56,6%. Las ausencias del puesto de trabajo por el mismo motivo se sitúan en el 18,3%. La investigadora principal del informe, Laura Medina Perucha, apunta que "es necesario que la inequidad menstrual se aborde desde políticas públicas que se fundamenten en la justicia social y con perspectiva de género". "Deberían centrarse no solamente en abordar la pobreza menstrual, sino también la falta de educación y atención sanitaria para la salud menstrual, la dificultad para el manejo en entornos laborales, escolares y públicos, así como el estigma y discriminación que vivimos las mujeres y personas que menstrúan asociada a menstruar, entre otros aspectos", señala. 

"Se trata de dignidad. Estamos muy a favor de que se reduzca el IVA e incluso de la gratuidad", remarca Ana, mientras va echando el cierre a la despensa. Sus puertas volverán a abrirse dentro de cuatro semanas para entregar productos que no son un capricho, pero que sí suponen un lujo que muchas mujeres no se pueden permitir.  

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