Teresa Rodríguez, la anticapitalista que va por libre
Decía Teresa Rodríguez antes de las elecciones andaluzas de 2018 que ella no era un verso libre dentro de Podemos, sino "un verso más, uno chiquito". Pero poco más de un año después de aquellos comicios, llegó la escenificación, abrazo mediante con Pablo Iglesias, de su separación aparentemente amistosa del partido con el que se situó en primera línea de la política.
Y decimos en primera línea porque la líder de Adelante Andalucía, a pesar de ser la candidata más joven de todos los principales aspirantes a la Presidencia de la Junta el próximo 19 de junio, lleva a sus espaldas una mochila cargada de experiencias en la lucha civil.
Nacida en Rota (Cádiz) en 1981, donde sus padres regentaban una perfumería, cabe pensar que su cercanía desde pequeña con la base militar estadounidense hizo mella en una joven que ahora se define como antimilitarista, además de feminista y, casi que por encima de todo, andalucista. Su activismo comenzó pronto como militante en el movimiento contra la base, en asambleas estudiantiles contra el Plan Bolonia, contra la Constitución Europea, en el sindicato Ustea y en la Marea Verde.
Licenciada en Filología Árabe y profesora de Lengua Castellana, perteneció a IU de 1999 a 2008 y con ellos fue en el año 2000 en las listas al Parlamento andaluz, aunque en puestos muy bajos. Abandonó la formación como parte de Espacio Alternativo, que después se convertiría en Izquierda Anticapitalista, grupo con el que concurrió a las elecciones al Parlamento Europeo de 2009, a las municipales de Cádiz en 2011 y a las generales de España ese mismo año.
Su expulsión de Adelante, un "trauma"
Y llegó el 15-M. Y con él el partido morado con el que 'la Tere', como la llaman sus allegados, dio el salto. Con ellos concurrió al Parlamento Europeo, donde fue eurodiputada hasta marzo de 2015, cuando se presentó a las elecciones andaluzas y, esta vez sí, obtuvo escaño, ya como secretaria general de Podemos Andalucía. En la siguiente cita electoral volvería a acercarse a IU para formar la coalición Adelante Andalucía, con la que en 2018 consiguieron 17 escaños. Pero aquello no acabó bien.
En noviembre de 2020, tras el divorcio político con Iglesias, y estando de baja maternal de su segunda hija con su pareja, José María González, Kichi, alcalde de Cádiz, fue expulsada de la coalición, junto a otros diez diputados, acusada de transfuguismo. Aquello, afirma Rodríguez, fue la experiencia más dura que ha vivido en política, un "trauma", pero la herida, asegura, "ya está cerrada". Y ahora, dice con énfasis, está "aliviada" de no tener que recibir a nadie de Madrid para hacer campaña.
Los que la rodean son de aquí, de la tierra que ella "tiene siempre en la cabeza, Andalucía y su gente más desfavorecida y vulnerable, ellos son su lucha", asegura Pilar González, senadora por Adelante Andalucía, que destaca la "naturalidad" como una de sus mejores cualidades como política. "No tiene ninguna impostura, es coherente, dice lo que piensa y piensa lo que dice". Y sonríe fácilmente, comenta la senadora, que define a la gaditana como una persona "accesible y de trato amable con todo el mundo".
Recuerda entonces Pilar el incidente ocurrido en 2016 con un empresario andaluz que simuló besar en la boca a Teresa. Para él, declaró, fue una broma de mal gusto. Ella dijo haberse sentido "humillada". Lo denunció y el empresario fue condenado por agresión sexual. "Me pareció un gesto de dignidad, de coraje y de valentía", dice Pilar González, porque Teresa, concluye, "es absolutamente valiente".
Ahora vuelve a ser ese verso libre que en su día negó ser, para afrontar unas elecciones en solitario con un proyecto con el que pretende dar voz propia a Andalucía, aunque en sus planes figure volver a dar clases y continuar con su activismo desde otras esferas.