La televisión austriaca se jacta de Orbán y Hungría convoca a su embajador
- El Gobierno de Austria se aleja de la visión del director del servicio online del medio público.
- Sánchez viaja hoy a Moldavia con el país en pleno conflicto con los prorrusos de Transnistria.
Un nuevo foco de tensión ha surgido en el interior del bloque comunitario, con, una vez más, Viktor Orbán en el punto de mira. En esta ocasión el dirigente húngaro ha sido objeto de difamación del servicio audiovisual público austriaco. Su director del servicio online, Karl Pachner, difundió en su cuenta personal de Facebook que "sería justo" que el primer ministro húngaro sufriera un infarto, a colación de su postura en la guerra de Ucrania.
El país del Visegrado, molesto por el tratamiento recibido de otro miembro de la Unión Europea, ha convocado, este 3 de junio, al embajador austriaco a fin de obtener explicaciones sobre la actitud de uno de los representantes de la QRF, la radiotelevisión pública del estado centroeuropeo.
"¡Un ataque al corazón ya sería algo justo, dada su corpulencia y su potencial de excitación!", aseveró en redes sociales Pachner. Ante esto, el ministro de Exteriores húngaro se manifestó con apremio y definió la declaración del alto cargo de la televisión austriaca como un "pronunciamiento escandaloso" que expresaba el afán de que su líder falleciese.
"¡Un ataque al corazón ya sería algo justo, dada su corpulencia y su potencial de excitación!"
Tras el aluvión de reprimendas, Pachner eliminó el comentario y presentó sus disculpas públicamente. "Naturalmente, no deseo la muerte de Orbán", agregó para terminar calificando su mensaje como "sarcástico", pero también "poco medido y confuso", según recogen medios de ambos países implicados.
Austria se desmarca
El Gobierno frugal salió al paso para atajar el asunto y mostrar que el comentario "indudablemente desagradable y completamente inaceptable", no representa la postura oficial de la nación, sino que queda en la esfera privada de Pachner.
Con la carta de Ucrania
La respuesta del propio Pachner se fraguó en el seno del retraso del sexto paquete de sanciones de la Unión Europea contra Rusia, recientemente aprobado con las excepciones exigidas desde Budapest, que contemplaban el bloqueo del crudo solo por vía marítima, dejando abierto el paso al que llega mediante oleoductos.