Publican un cuento infantil para ayudar a los más pequeños a detectar la ansiedad

"Si los menores son sensibles a las señales de su malestar y les ayudan a hacerle frente será posible que lo solucionen, pero si su entorno no acompaña es probable que el problema se haga cada vez más grande", explica Alberto Soler a Europa Press.

El especialista advierte de que "los problemas de salud mental en menores no paran de crecer y tras la pandemia han experimentado una verdadera explosión".

Ante esta situación, es conveniente trabajar también con la población infantil. En este sentido, Soler cree que "no hay temas que sean inadecuados para niñas y niños pero es necesario dar con el enfoque necesario para que puedan comprenderlo y les resulte de utilidad".

"Hay que bajar a su nivel, ver el mundo con sus ojos y, desde ahí, ayudarles a comprender qué es lo que les está ocurriendo. En 'Tengo un nudo en la barriga' hablamos de esa voz interior que todos tenemos, también las criaturas, que nos lanza mensajes negativos que nos hacen sentir preocupados y angustiados. A ese malestar le hemos dado una forma que es muy fácilmente identificable: el nudo, algo que todos hemos sentido en la barriga o en la garganta cuando estamos ansiosos", explica.

El psicólogo avisa de que los principales síntomas de la ansiedad o estrés infantil "no siempre son obvios" y hay indicadores o señales a nivel psicológico, a nivel físico y a nivel conductual.

"A nivel psicológico podemos mencionar la desmotivación, falta de interés, irritabilidad, problemas de memoria, altibajos emocionales o problemas de concentración. A nivel físico, podríamos encontrar problemas de sueño, aumento o disminución de peso, malestar general, dolores de cabeza o de tripa, mientras que a nivel conductual se puede ver muchas veces en un rechazo a la escuela, disminución del rendimiento académico, deterioro de las relaciones con profesores o compañeros o incumplimiento de las obligaciones académicas", enumera.

En su opinión, todas las iniciativas destinadas a prevenir los problemas de salud mental infantojuveniles "son una gran noticia", aunque precisa que "es necesario abrir el marco". "Más allá de programas específicos, -apunta- debemos reflexionar acerca de cuál es el rol que tiene la infancia en nuestra sociedad, qué lugar ocupan niñas y niños y el trato que les estamos dando".

"GRANDES OLVIDADOS"

Sin ir más lejos, continúa, durante la pandemia, "niñas y niños han sido unos grandes olvidados, han sido quienes han sufrido el confinamiento domiciliario estricto más largo de la historia reciente de nuestro país; cuando pudieron salir a la calle no pudieron siquiera jugar en los parques mientras los adultos copaban bares y terrazas".

Asimismo, subraya también los problemas de conciliación a los que se enfrentan la mayoría de familias que obligan a los menores a tener unas jornadas "extenuantes" enlazando actividad tras actividad mientras sus padres siguen trabajando.

Por lo tanto, "los planes y programas son bienvenidos, pero es necesaria una reflexión previa sobre las causas que se esconden detrás de los problemas emocionales de la infancia", concluye.