El Ayuntamiento de Barcelona transformará la calle de Pi i Margall en un eje verde, dando prioridad al peatón y a la movilidad sostenible. Para ello, las obras comenzarán este martes 7 de junio para terminar después de 17 meses según las previsiones. El presupuesto para redefinir por completo la vía es de 13,6 millones de euros.
Una de las principales transformaciones es la reversión de los usos del espacio público. Actualmente, la calle está dominada por la calzada para vehículos, y tras la remodelación, las zonas verdes y el espacio para los peatones ocupará el 70% de la calle.
La visión de la nueva calle será totalmente diferente, ya que se elimina el asfalto, elemento predominante actualmente, y las aceras serán más anchas, con un mínimo de 5 metros, pero que pueden llegar a los 12 metros en algunas zonas, en las que se incluirán zonas de estancia.
La movilidad también dará un giro radical. El proyecto de remodelación limita la velocidad a los 30 km/h. y prioriza los vehículos locales y los autobuses. Frente a la multitud de carriles actuales, 4 de circulación y dos de aparcamiento en los laterales, de subida habrá solo un carril para buses y tráfico local y un nuevo carril bici segregado, y de bajada, un único carril compartido para buses, tráfico local y bicicletas.
Todas las paradas de autobús existentes se mantienen, pero serán reubicadas. Asimismo, en las dos aceras se integrará un cordón de servicios para las zonas de carga y descarga, contenedores, aparcamientos de bici y demás servicios.
Una calle del siglo XXI
La reforma de Pi i Margall se enmarca dentro del nuevo modelo de calle del siglo XXI que el plan Supermanzana Barcelona extenderá por toda la ciudad y del plan Naturaleza 2030. En esta nueva configuración de vías toma especial importancia es la naturalización, es decir, la presencia abundante de vegetación. La nueva Pi i Margall tendrá 142 árboles más que ahora, de más de veinte especies diferentes. La superficie de parterres y zonas arbustivas se multiplica casi por diez y pasará de los 370 metros cuadrados actuales a 3.270.
De esta manera, en toda la calle habrá un 80 % de sombra, indispensable para hacer frente a las olas de calor. Asimismo, el suelo tendrá un sistema de drenaje sostenible que reaprovechará el agua de la lluvia y proporcionará a los árboles mejores condiciones de riego y aire.
El proyecto contempla la creación de cuatro nuevas plazas en el cruce con las calles de Sant Lluís y Ca l’Alegre de Dalt; también en el de las calles de la Encarnació y Pau Alsina así como en el de las calles de Sardenya y la Providència, y finalmente en la plaza de Joanic. Con ello se pretende dar centralidad a la vida de barrio y el comercio de proximidad. En estas plazas y a lo largo de toda la calle, se colocarán 42 bancos y 121 sillas y se aumentarán los pasos de peatones, que pasarán de 8 a 14.
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