Mercè Perea Diputada del PSC en el Congreso y portavoz de la Comisión del Pacto de Toledo del GPS
OPINIÓN

Cómo acabar con el ruido

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido, en su comparecencia por Pegasus en el Congreso, que su Ejecutivo es "incompatible con la corrupción" y que "no hay permiso para crear policías paralelas que persigan partidos rivales".
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido, en su comparecencia por Pegasus en el Congreso, que su Ejecutivo es "incompatible con la corrupción" y que "no hay permiso para crear policías paralelas que persigan partidos rivales".

El balance de estos cuatro años desde la moción de censura ha sido positivo en muchos aspectos. Decía el presidente del Gobierno, con motivo del aniversario, que han sido 140 iniciativas aprobadas por el parlamento español entre el ejecutivo y el legislativo, todas ellas a pesar de la fragmentación parlamentaria.

Muchas de estas normas han podido pasar desapercibidas y, sin embargo, han allanado el camino para las futuras reformas estructurales.

Un camino cierto para lograr un trabajo digno en condiciones de igualdad, palancas para diseñar un proyecto de vida personal y colectivo. El incremento del 33% del Salario Mínimo Interprofesional (1000 euros), la ley del trabajo a distancia, la normativa de las plataformas digitales referente en Europa, que es un dique ante la precariedad; los planes de igualdad y de transparencia retributiva, y, desde luego, los ERTE que han protegido a las personas trabajadoras y a las empresas ante la crisis sanitaria.

Sin embargo, la velocidad de vértigo a la que estamos acostumbrados pasa por encima como un tornado sin que dediquemos unos minutos a percatarnos de lo que tenemos frente a nuestros ojos.

Cierto es que hay reformas que tardan más en desplegar sus efectos, pero si hay una que sus efectos han sido en horas, lo decimos en sentido figurado, ha sido la aprobación de la reforma laboral.

El equilibrio en la negociación colectiva ha sido un muro contra la precariedad. Especialmente en las mujeres y los y las jóvenes. Los datos recientes lo atestiguan. "Los efectos positivos de la reforma laboral siguen intensificándose", decía el ministro Escrivá en su presentación. Gracias a esta reforma del mercado laboral, se consolidan los más de 20 millones de afiliados de media.

Gracias a esta reforma del mercado laboral, se consolidan los más de 20 millones de afiliados de media.

El porcentaje de trabajadores con contrato indefinido se sitúa en el 79% en mayo, ocho puntos más del promedio registrado este mes. Hay un millón de afiliados con contrato indefinido más desde enero a mayo que en años anteriores, el incremento de afiliación se produce en los sectores más innovadores y de mayor añadido. Y lo más importante en estos momentos para muchos jóvenes: el porcentaje de contratación indefinida mejora en 20 puntos.

¿En qué se traducen estos datos? La traducción directa es que los jóvenes, un colectivo con alta tasa de temporalidad, se están desplazando hacia la contratación indefinida. ¿Cuántos jóvenes vinieron el primero de abril diciéndonos que les habían hecho un contrato indefinido? La expresión de "respiro hondo" de muchas familias seguro que nos la podemos imaginar.

A pesar del ruido, que a veces no nos deja escuchar lo que ocurre a nuestro alrededor, este Gobierno avanza con paso firme hacia las reformas que nuestro país necesita, reformas que responden a las inquietudes y necesidades de miles de ciudadanos y ciudadanas. Políticas con nombre y apellidos: aquellos que día a día, cada vez más, encuentran un trabajo digno y de calidad y a los que se les abre un abanico de oportunidades para diseñar su proyecto de vida.

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