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Sánchez descarta que el giro sobre el Sáhara esté ligado al espionaje de Pegasus: "No tengo problema con mi móvil, no como Rajoy"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el pleno del Congreso.
EFE / Emilio Naranjo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha descartado que el cambio de posición respecto al Sáhara esté relacionado con el espionaje con el programa Pegasus al que fue sometido su móvil y ha asegurado que no tiene "ningún problema" al respecto.

El momento en que se produjo el espionaje, en el punto álgido de la crisis diplomática con Marruecos y en plena entrada masiva de migrantes en Ceuta, ha generado especulaciones con que Rabat estuviera detrás de este espionaje. Desde desde algunos grupos parlamentarios, incluso se ha planteado que la información obtenida haya podido ser empleada para presionar al Ejecutivo para que apoyara el plan de autonomía del país norteafricano para el Sáhara.

En este sentido, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, ha verbalizado esta cuestión durante el pleno en el Congreso de este miércoles, y Sánchez le ha asegurado que puede estar "tranquilo". "A diferencia del señor Rajoy, yo no tengo ningún problema con mi móvil", ha afirmado durante su réplica. 

Con estas palabras, el presidente se ha referido a los SMS que intercambió en su momento Rajoy con el extesorero del PP Luis Bárcenas, cuando ya estaba en el punto de mira por la 'caja B' de financiación del partido, y su conocido mensaje: "Sé fuerte".

Tres razones para el cambio

En este escenario, Sánchez ha sostenido que dio el paso de respaldar el plan de autonomía marroquí para el Sáhara como "la base más sólida, realista y creíble" como solución para alinearse con la postura de otros países europeos y Estados Unidos. Además, ha defendido que ahora hay un nuevo enviado de la ONU para el Sáhara que puede ayudar a las partes a encontrar una salida. 

De momento, solo el PSOE ha respaldado ese cambio de posición que avala la propuesta marroquí para lograr solucionar el conflicto, un asunto por el que Sánchez ha tenido que comparecer por segunda vez en sesión plenaria en la Cámara Baja. Ahí ha comprobado que ni los partidos de oposición ni sus socios de Unidas Podemos ni sus aliados parlamentarios se suman a una decisión que han criticado, entre otros argumentos, por unilateral y por no tratar como se merece al pueblo saharaui

"A diferencia del señor Rajoy, yo no tengo ningún problema con mi móvil"

Para defender su postura, el líder del Ejecutivo ha insistido en que, en un escenario de extraordinaria inestabilidad geopolítica como el actual, "es evidente que la comunidad internacional se tiene que arremangar y resolver conflictos cronificados". "Eso es lo que estamos haciendo", ha mantenido. 

En esta línea, aunque dice aceptar las críticas "legítimas", considera que la "responsabilidad del Gobierno de España en un conflicto tan propio" y en el que el país está "directamente implicado" es hacer todo lo posible para "contribuir a una solución que, al final, será algo que tengan que acordar las partes".

Por otra parte, ha pedido expresamente a la portavoz del PP, Cuca Gamarra, que aclare si su partido apoya la autodeterminación del pueblo saharaui. 

Comienza a ver resultados

Ese giro en la posición sobre el Sáhara abrió la puerta a un viaje del presidente del Gobierno el pasado 7 de abril a Rabat para reunirse con el rey Mohamed VI. Sirvió para firmar una declaración conjunta que, a su juicio, ha provocado ya avances en la relación bilateral y el impulso de un nuevo tiempo en el que ha reconocido que aún queda mucho por hacer.

La recuperación de las conexiones marítimas, la apertura de fronteras en Ceuta y Melilla y la preparación de la Operación Paso del Estrecho han sido algunos de los resultados concretos de la recuperación de la normalidad en las relaciones citados por el presidente.

Especial hincapié ha hecho en la repercusión del acuerdo en las dos ciudades autónomas, de las que ha dicho que habló con el rey marroquí para trasladarle que la soberanía española sobre ambas "está fuera de toda duda".

"Nosotros no aceptamos que se hable de Ceuta y Melilla como ciudades ocupadas porque son territorio español, europeo, internacionalmente reconocido (...), pero también hemos de entender que Marruecos merece la misma consideración cuando hablamos de los asuntos que a ellos les preocupan", ha añadido en alusión al Sáhara. 

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