"Argelia ha decidido proceder a la suspensión inmediata del Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación que hasta ahora regía las relaciones de desarrollo entre ambos países". Con estas palabras anunciaba la Presidencia de la República de Argelia este miércoles que rompía el acuerdo con España. Horas más tarde, la asociación bancaria argelina anunciaba que también bloquearía a partir de este jueves todas las domiciliaciones bancarias para operaciones con España. Una medida que puede afectar a muchos sectores económicos y abre un nuevo frente en el culebrón diplomático entre ambos países.

Las relaciones entre el país magrebí y el Gobierno español son tensas desde que el pasado mes de marzo se hiciera público el cambio de postura de España con respecto al Sáhara Occidental. En una misiva enviada por Pedro Sánchez al rey de Marruecos, se mostraba el apoyo al plan de autonomía marroquí sobre el Sáhara. Argelia, máximo valedor de la causa saharaui, respondió retirando a su embajador en Madrid y varios meses después todavía no ha vuelto.

Bruselas reclama a Argelia que revierta la suspensión del tratado con España: "Es una decisión extremadamente preocupante"

España y Argelia mantienen relaciones diplomáticas desde la independencia del país norteafricano en 1962. No obstante, no fue hasta el año 2002 cuando el entonces presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, y José María Aznar firmaron el tratado de amistad. Según reconocieron ese día, este tratado convertía en "estratégica" la relación entre ambos países.

Este acuerdo regulaba múltiples ámbitos: desde las relaciones económicas y financieras, hasta la colaboración en Defensa y seguridad. En los últimos 20 años este tratado ha permitido realizar varias reuniones de Alto Nivel, donde se han potenciado las relaciones energéticas entre ambos países en cuanto al suministro de gas y petróleo. Además, el tratado que ahora se rompe potenció también la presencia de empresas españolas en Argelia.

¿A qué problemas se puede enfrentar España?

Son varios frentes los que se podrían abrir. Por un lado la cuestión comercial, ya que las importaciones a Argelia superan los 5.000 millones de euros al año y las exportaciones los 2.000 millones.

Por otro lado, que usen la presión migratoria, como ha ocurrido con Marruecos. Aunque todavía no se ha producido una crisis como la vivida en el último año y medio -cuando la ruptura diplomática de España y Rabat provoco la llegada de miles de personas-, no es descartable que se aumente la presión en este sentido.

Sánchez enfada a Argelia, que congela todas las relaciones comerciales con España en plena renegociación del suministro de gas

Pero sin duda, el mayor problema podría producirse si esta situación termina repercutiendo en los acuerdos de importación de gas argelino. O bien cerrando el grifo o aumentando el precio. Argelia es de los pocos países que suministran gas a través de gasoducto a España -el 97% del que llega- y en algunos periodos ha llegado a superar el 40% del gas que se usa en todo el país. Aunque en las últimas décadas se han diversificado los países a los que se les compra este recurso -para evitar depender de un único suministrador., comprarle a otros socios resultaría más caro, ya que es un gas que proviene de barcos metaneros y tienen que licuarse.