La AP-7 amenaza con colapsar de nuevo durante el puente de Sant Joan

  • Trànsit admite que la vía no puede absorber la circulación del área de Barcelona hacia las zonas de vacaciones  
Cola de vehículos el pasado sábado en la AP-7, en Castellet i La Gornal, Barcelona, por un choque mortal.
Cola de vehículos el pasado sábado en la AP-7, en Castellet i La Gornal, Barcelona, por un choque mortal.
ACN
Cola de vehículos el pasado sábado en la AP-7, en Castellet i La Gornal, Barcelona, por un choque mortal.

El puente de Sant Joan es el gran reto de las autoridades de tráfico después de los hasta 40 kilómetros de retenciones que se produjeron en la operación retorno del puente de la Segunda Pascua del pasado 6 de junio. La situación de colapso tras la eliminación de los peajes en la AP-7 ha sido admitida por el propio director del Servei Català de Trànsit, Ramon Lamiel, que afirma que esta vía «ha tocado techo», y que en general no puede absorber el tráfico «del área metropolitana hacia las zonas de vaciones».

Para intentar paliar la situación, el Servei Català de Trànsit, SCT, tomará una serie de medidas para este puente de Sant Joan. La primera es poner carriles adicionales. Estos pasados fines de semana ya se habilitaron estos carriles entre Vilafranca y El Papiol. Sin embargo, el SCT cree que se tendría que poner uno entre La Roca y Sant Celoni, pero de momento no se puede habilitar con seguridad.

Otra de las medidas es restringir el paso de camiones unas determinadas horas en la AP-7 para Sant Joan, y estudian la posibilidad de prohibir los adelantamientos de camiones cuando puedan circular por esta vía.

Las diferentes asociaciones profesionales de transportistas ya se han quejado de estas restricciones, e incluso han señalado que se pueden ver afectadas las exportaciones ya que la AP-7 es una vía fundamental para acceder por carretera a Europa. Desde el SCT se indica que son medidas variables y que se estudian cada semana.

Problema general

A pesar de que sea en los fines de semana cuando se pone más de manifiesto los problemas de capacidad de la AP-7, los colapsos son generales y se reproducen también durante los días laborales, sobre todo a horas punta.

Para solventar esta situación de congestión permanente, el Servei Català de Trànsit está estudiando medidas sostenidas en el tiempo que solucionen la situación. Una de las principales es la reducción de la velocidad de 120 km/h a los 110 km/h. Incluso, en la zona del Vallès Oriental y del Occidental, esta reducción sería hasta los 100 km/h. Según el SCT, la mayoría de accidentes, que son un factor importante de atascos, son por alcances por detrás. La reducción de la velocidad puede contribuir a que disminuyan significativamente.

Otra medida es la creación de un cuerpo propio de grúas que retiren rápida y eficazmente los vehículos accidentados para liberar la vía de obstáculos.

Para mejorar la circulación por la AP-7 Norte, el SCT cree que es importante mejorar la conexión entre la esta vía y la C-32, la autopista del Maresme, de Tordera a Vidreres.

Otro fin de semana de importantes colapsos 

Trànsit tomó el pasado domingo por la tarde medidas extraordinarias ante las largas colas de vehículos que colapsaron el pasado sábado la autopista AP-7 con más de 20 kilómetros de congestión, otra nueva cifra récord registrada desde que el Govern levantara las barreras de esta y otras autopistas catalanas, como la C-32, el pasado 31 de agosto del año pasado, una vez finalizada la concesión vigente. Un accidente a la altura de Maçanet de la Selva (Girona) produjo 14 kilómetros de colas el sábado por la mañana y un choque mortal en Castellet i la Gornal otros cinco kilómetros de congestión. 

Se habilitaron carriles adicionales de circulación en sentido Barcelona para ayudar a que los miles de vehículos regresaran a la capital catalana y su área metropolitana, en algunos de los de sentido contrario de la AP-7 y la B-23 entre Vilafranca del Penedès (Tarragona) y Molins de Rei, y en la C-32 entre Sant Andreu de Llavaneres y Montgat. 

Trànsit pidió «máxima prudencia» a los conductores y que estos planificasen los desplazamientos con antelación y de manera escalonada, evitando las horas punta, e informándose sobre el estado de las carreteras por avanzado.

Voz autorizada

Siempre que se habla de tráfico, el RACC tiene algo que decir. En un comunicado, esta organización señala que «resulta incluso más preocupante la congestión que sufren miles de ciudadanos diariamente en los accesos de Barcelona» para seguir demandando «analizar la situación de manera global y dar respuesta a la falta de un modelo de gestión y financiación de las vías de alta capacidad, que tendría que haberse consensuado antes de la finalización de las concesiones».

El RACC no cree que tenga demasiada utilidad la reducción de velocidad, y además de coincidir en algunas de las medidas temporales que se estudian, opina que hay que mejorar la información a los usuarios para ofrecer rutas alternativas, y más a largo plazo, mejorar el transporte público y el transporte ferroviario de mercancías

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