¿Cometes errores a la hora de tomar o de servir una cerveza? ¿Cuál es la temperatura más adecuada? Con el aumento de temperaturas y la llegada del verano, una práctica muy habitual en los establecimientos de hostelería es congelar la copa o jarra de cerveza para que esta bebida esté más fría a la hora de consumirla.

Pero, ¿es realmente aconsejable? Fría, con espuma y en una copa helada. Esta es una de las maneras más frecuentes de pedir una cerveza, pero lo primero que hay que saber es que para cada tipo de cerveza es recomendable una temperatura concreta.

¿Cómo se tiene que servir la cerveza?

Congelar una jarra puede ser un error a la hora de tomar cerveza. El hielo del congelador que se adhiere a la jarra es capaz de captar el olor de otros productos que guardamos en este espacio del frigorífico, como pescados, carnes o verduras.

Por tanto, se impide que la cerveza alcance todo su sabor, por lo que la alternativa es enfriar la copa antes de servir la cerveza con agua fría, para que esté húmeda. Asimismo, congelar una jarra repercutirá en la textura de la espuma de la cerveza.

Entonces, ¿cuál es la temperatura óptima? Cómo detallan en el portal especializado cervezasfrías.es, el rango de temperaturas más adecuado es de los 3 a los 13 grados, con determinadas excepciones. 

Las cervezas más oscuras se deben servir más tibias que las claras, mientras que aquellas que tienen menos grados de alcohol se tienen que tomar más frías. "Una regla nemotécnica aproximada es servir la cerveza a 2ºC más que su porcentaje de alcohol por volumen (ABV)", explican.