El PP pide a sus votantes no relajarse con los sondeos el 19-J y el PSOE teme la abstención e invoca un nuevo pacto de izquierdas

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, (i) saluda al Senador electo, Juan Espadas, (d) durante la designación como Senador por la comunidad autónoma andaluza, a 15 de diciembre de 2021 en Sevilla (Andalucía, España)
Juanma Moreno y Juan Espadas el pasado diciembre en el Parlamento andaluz.
J. Corchero | EP
El presidente de la Junta, Juanma Moreno, (i) saluda al Senador electo, Juan Espadas, (d) durante la designación como Senador por la comunidad autónoma andaluza, a 15 de diciembre de 2021 en Sevilla (Andalucía, España)

Por mucho que se intenten esquivar, por el exceso de euforia o de pesimismo con el que pueden viciar la estrategia, las encuestas son un viento de fondo que influyen en el estado de ánimo de los partidos.  Andalucía amaneció este lunes con un aluvión. Sondeos que sonríen al presidente Juanma Moreno y que dejan mucho más frío a Juan Espadas, el candidato socialista que, a tenor de la encuesta DYM para 20minutos, rema entre los 30 y los 33 escaños, el último y peor resultado del PSOE en Andalucía. Desde el PP llaman a la movilización y así conseguir un "diputado extra" en cada provincia que les permita gobernar en solitario, mientras en el PSOE, aunque temen también la abstención, no pierden el optimismo e invocan el acuerdo de las izquierdas de 2011 que les permitió seguir en el poder.

Tan buenos son los augurios en el PP que en Génova ya no dudan de quién será el próximo presidente de la Junta de Andalucía. La cuestión está en el "cómo": si en solitario o con la entrada de "otros". Ésa fue la marcha metida por la cúpula del partido este lunes y de la que dio cuenta su vicesecretario institucional, Esteban González Pons. "En 2019 el PP se enfrentaba al PSOE; en estas elecciones el PP se enfrenta a la abstención. No damos ningún voto por ganado, pero tampoco damos ningún voto por perdido". Una llamada a la movilización, la gran obsesión de un PP que caminaría entre los 44 y los 47 escaños -algunas encuestas le otorgan hasta 53- en un 19-J marcado por los 40 grados a la sombra en algunas localidades. Descartan, eso sí, cualquier posibilidad de sacar mayoría absoluta (55).

"La responsabilidad es importante a todos los niveles, ya vamos buscando el diputado extra que todos queremos en cada provincia", reconoce una dirigente del PP andaluz a 20minutos. Tanto la encuesta publicada por este diario como los trakings internos que manejan los populares andaluces coinciden en un hito: el PP ganaría en todas las provincias de la región. Algo ni siquiera conseguido por Javier Arenas en 2011, cuando los 50 diputados cosechados resultaron impotentes a la hora de gobernar. 

En el PP andaluz no quieren hablar de Vox, al menos antes del domingo electoral. "Si quieren entrar en la campaña, que busquen sus motivos. Ellos quieren que su victoria sea el día después de las urnas. Nosotros queremos depender de nosotros mismos, ellos no", leen los populares andaluces. "No vamos a hablar de Vox de aquí al domingo", se reafirman en la estrategia de perfil bajo llevada a cabo hasta ahora.

La buena posición que se vaticina el PP, eso sí, no implica una pérdida de respeto electoral hacia un partido, el socialista, que ha sido hegemónico en Andalucía durante 37 años. Elección tras elección, pueblo a pueblo. "No sacarán menos del millón de votos", vaticinan. "Eso sí, el PSOE se merece la debacle: por lo que hizo aquí y por lo que está haciendo ahora en España", reprochan.

Ferraz pide "calma" con Espadas

Por su lado, fuentes del PSOE reconocen, tras analizar las encuestas, la dificultad de estas elecciones por el proceso interno que ha pasado el partido. Y es que, en los tres años y medio que Juanma Moreno ha presidido San Telmo, sede de la Junta de Andalucía, recuerdan que el PSOE-A ha dejado atrás el ‘hiperliderazgo’ de Susana Díaz. 

Pese a que el relevo entre Díaz y Espadas se produjo hace casi un año, el exalcalde de Sevilla lleva apenas seis meses ejerciendo como candidato a jornada completa. Esto le ha granjeado un problema añadido para el PSOE, pues ha tenido que batallar con el desconocimiento entre los electores. Y es que si bien ha mejorado en las últimas semanas, no parece que pueda llegar a tiempo. El CIS de este lunes aseguraba que sigue siendo desconocido para uno de cada cuatro andaluces, cuando a finales de mayo lo era para uno de cada tres votantes.

Quizá por eso el partido haya echado toda la carne en el asador en campaña. Además de un aluvión de ministros, también le han arropado los barones autonómicos. La dirección nacional pide calma al respecto y ve “normal” ese desconocimiento, lo que da pie a una de sus principales estrategias: la movilización. Fuentes del PP lo ven de otra manera: aplauden un desembarco del Consejo de Ministros en la campaña, ya que lo consideran contraproducente. 

En Ferraz, cuartel general de los socialistas, se resisten al pesimismo y ven claro que si la gente deposita su voto en la urna, si hay alta participación, pueden llegar a ganar las elecciones. Sin ir más lejos, es el lema de su campaña: “Si votamos, ganamos”. Todo ello, pese a que ninguna encuesta define ni cómo de probable ese escenario.

'Espíritu Griñán 2011'

En este sentido, los socialistas también están basando su mensaje en restar importancia a las encuestas, definiéndolas como una “foto fija”. “Algunos como el PP son expertos en ganar encuestas, pero no tanto en ganar elecciones”, señaló este lunes el portavoz del PSOE, Felipe Sicilia. En una rueda de prensa ofrecida desde Málaga, insufló de optimismo a los suyos al señalar que el PSOE “es capaz de cambiar” lo que adelantan las encuestas y recordó el caso de Arenas, que pese a ganar con el PP las andaluzas de 2011, se quedó sin gobernar por el pacto de José Antonio Griñán con Izquierda Unida.

Asimismo, el PSOE también está jugando sus cartas a minusvalorar el ‘efecto Feijóo’ -al que comparan una y otra vez con Pablo Casado, el líder caído; y con Mariano Rajoy, expresidente del Gobierno- y a meter miedo a la posibilidad de que Vox entre en el Ejecutivo andaluz como ha ocurrido en Castilla y León. Entonces, Sánchez ofreció al PP pactar para aislar a la formación de Santiago Abascal a cambio de que los populares rompieran los acuerdos bajo los que se sustentan otros de sus gobiernos, como el de Madrid. Esta vez, los socialistas prefieren ni mentar la palabra 'abstención’. Ni en las urnas, ni en el Parlamento. Apuestan todo al optimismo.

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