En 2027 la línea 9 del metro de Barcelona se prevé finalizada, y una vez completados los trabajos, la tuneladora, que se ha vuelto a poner en marcha, saldrá por el pozo de ataque situado en la confluencia de las avenidas de Xile y Doctor Marañón de Barcelona. Allí, a 50 metros de profundidad, el vicepresidente del Govern y conseller de Políticas Digitales y Territorio, Jordi Puigneró, ha dado a conocer este miércoles que la máquina está en funcionamiento de nuevo, tras más de una década de parón, para que la infraestructura esté completada dentro de cinco años.
Ahora la tuneladora se encuentra en Manuel Girona y debe avanzar hasta la plaza Lesseps para construir la parte de túnel que queda por hacer de la L9 en su tramo central. Cuando esté terminada, esta línea de metro que cruza Barcelona por su zona norte, irá de Santa Coloma de Gramenet a El Prat de Llobregat.
"Es la obra civil más importante de los últimos 20 años en Cataluña", ha subrayado Puigneró, que ha dicho que construir el tramo que queda supondrá una inversión de 926 millones de euros por parte de la Generalitat. Asimismo, el vicepresidente del Govern ha apuntado que la línea de metro contribuirá a "descarbonizar la movilidad" y será "una herramienta para luchar contra el cambio climático".
Por su parte, la teniente de alcaldía de Infraestructuras de Barcelona, Janet Sanz, ha destacado que la finalización de la L9 se traducirá en "8.100 desplazamientos diarios menos de coches", lo que equivale a 5.100 toneladas anuales de dióxido de carbono.
🚇 Reprenem les obres de la toneladora de la L9/L10.
— Jordi Pu1gnerO (@jordiPuignero) June 15, 2022
Estalviarem 5100 tones de CO2 anuals i generarem una demanda de 113 milions d'usuaris l'any 2028.#reprenemlimpuls pic.twitter.com/Uh29HKzNHp
A la tuneladora, que tiene 100 metros de largo por 12 de diámetro y pesa como cuatro Airbus 380, 2.300 toneladas, le quedan por perforar 4,2 kilómetros. Está avanzando a un ritmo de unos siete metros al día. Trabajan en su interior y desarrollando tareas relacionadas con su funcionamiento hasta 250 personas.
La previsión es que en verano de 2023 la tuneladora haya llegado a Mandri y en diciembre de 2024 haya finalizado el recorrido hasta Lesseps. Luego se realizarán las instalaciones de vías y servicios, para después ir poniendo en marcha estaciones progresivamente a partir de 2027, según las actuales previsiones de la Generalitat.
En el tramo de túnel que queda por construir, el central, habrá un total de 12 paradas: Camp Nou (donde ahora está el pozo de ataque en Xile con Marañón), Campus Nord, Manuel Girona, Sarrià, Mandri, el Putxet, Lesseps, Sanllehy, el Guinardó – Hospital de Sant Pau, Maragall, la Sagrera y la Sagrera Estació. Según la Generalitat, el 80% de la demanda total de la línea se generará en este tramo.
El secretario general de Territorio, Ricard Font, ha apuntado que las estaciones nuevas se construirán a través del agujero del túnel, con lo que no será necesario reabrir los pozos de ataque que se cubrieron tras la paralización de las obras.
Para la ejecución de los trabajos, están previstas inspecciones técnicas en los edificios ubicados en su zona de influencia, para comprobar cuál es su estado y así garantizar que no sufran daños. Territorio ya ha catalogado como edificios "sensibles" la parroquia de San Odon y tres inmuebles más considerados patrimonio arquitectónico comercial/oficinas, y patrimonio arquitectónico uso mixto y residencial.
Dos tramos sin conexión
Aunque el tramo de túnel que queda por construir va solo de Manuel Girona a Lesseps, actualmente la línea está inoperativa en un área mayor: de La Sagrera a la Zona Universitaria. Y es que se debe finalizar la obra civil de estaciones.
Por el momento, la L9 tiene 37,5 kilómetros en servicio en sus tramos norte (de Can Zam a La Sagrera) y sur (de Zona Universitaria al aeropuerto de El Prat). Con la finalización de las obras de la línea, que habrá supuesto una inversión total de 5.942 millones de euros, esta conectará cinco municipios: Barcelona, Santa Coloma de Gramenet, Badalona, L'Hospitalet de Llobregat y el Prat de Llobregat. Dispondrá de 48 kilómetros y 50 estaciones, de las que 17 serán intercambiadores. Se prevé que registre más de 110 millones de viajes anuales.
El Ayuntamiento reclama compromiso
La teniente de alcaldía de Barcelona Janet Sanz ha considerado "una muy buena noticia" que se retomen las obras, aunque ha lamentado su paralización durante más de una década. "Como mínimo empezamos a generar expectativa, espero que definitiva, para cerrar la herida", ha dicho.
También ha reclamado a la Generalitat "un sobreesfuerzo en inversión, ejecución y cumplimiento de plazos", así como que si se van acabando de construir estaciones antes de 2027, se vayan poniendo en marcha sin esperar hasta entonces, algo que el conseller no ha confirmado.
Asimismo, ha señalado que la línea 9 será "clave para conectar Barcelona y el área metropolitana" y ha dicho que será "la Ronda de Dalt del transporte público", lo que beneficiará a los "barrios de montaña" de la capital catalana.
Puigneró ha reivindicado el "compromiso firme" de su departamento, y ha recordado que el nivel de ejecución de los presupuestos destinados a infraestructuras se situó en un 90% el año pasado.
Retrasos y sobrecostes
Los trabajos de mejora de las infraestructuras que se han visto afectadas por el abandono de las obras han supuesto para el Govern un desembolso de 7,5 millones de euros.
La Sindicatura de Comptes avisó en el año 2020 de un sobrecoste del 251% en la construcción de la línea. El gasto acumulado hasta 2016 ascendía a 6.916 millones de euros.
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