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El 'fino muerto' y el abandono rural avivan la oleada de incendios forestales que abrasan la Península en plena ola de calor

Varias personas observan los incendios en Artesa de Segre y Corbera d'Ebre, el 15 de junio de 2022.
EFE

España amaneció este jueves ardiendo de forma figurada por la ola de calor que abrasa la península y ardiendo, en sentido real, en su masa forestal. Las intensas temperaturas están dificultando la extinción de los muchos incendios forestales declarados en distintas partes del país. Los fuegos más graves se localizan en Cataluña, con tres grandes incendios en Artesa de Segre y Castellar de Ribera, en Lleida, y otro en Corbera d'Ebre, en Tarragona, así como otro más pequeño en Lladurs (Lleida). También hay fuegos activos en Zamora (en la sierra de la Culebras), en Algatocín (Málaga), Nonaspe (Zaragoza), tres en varias localidades de Ourense (uno de ellos afectando al parque natural del Xurés) y Padul (Granada). Además, ya se considera controlado el incendio de Pujerra (Málaga) y estabilizados los de Rosel de la Frontera (Huelva), el de Leyre (Navarra), Peña Isasa (La Rioja) y Valderrobres (Teruel).

Las altas temperaturas de la ola de calor es uno de los factores que influyen en la oleada de incendios, pero no el único. El conocido como 'fino muerto', una delgada capa de vegetación altamente combustible, o el abandono rural son otras de las causas que, junto a la climatología, complican la prevención de incendios forestales.

Según explica a 20minutos José Ramón González Pan, vocal del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales, el problema no es solo climatológico, pues "el 95% de los incendios forestales son provocados por la acción del ser humano", como por ejemplo la quema agrícola o el uso de herramientas. El empleo de una radial ha sido, precisamente, el origen más probable del fuego registrado en el municipio turolense de Valderrobres este miércoles, que ya ha sido controlado.

Otro porcentaje son causados por rayos. Así ha ocurrido en los registrados, también esta semana, en Ourense y Zamora. "La mayoría de los rayos van de nube a nube, pero algunos van de nube a tierra. En esos casos, los agentes ya son capaces de ubicar con GPS el punto exacto en el que ha caído el rayo y acudir para vigilar. Hay veces en las que solo afecta a un árbol y aparentemente no causa más daños, pero logra carbonizar por dentro y al día siguiente sí hay llama. Por esto hay que continuar con el control", explica González Pan.

Joaquín Aniceto es agente de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Coincide con su colega en las cifras sobre orígenes de los fuegos (5% de origen natural como un rayo; el 95% de origen antrópico), si bien estos porcentajes "pueden variar según las zonas. Por ejemplo, hay una región situada en el interior de la zona oriental de la península, donde los rayos pueden llegar a ser el 25% de las causas".

Otro "problema complementario" es que este invierno ha sido muy seco y las plantas anuales (las que germinan, florecen y sucumben en el curso de un año) solo tuvieron la opción de disipar sus semillas durante el mes de abril, que fue "escandalosamente lluvioso". Sin embargo, este proceso de germinación fue "poco eficiente y breve". El resultado es lo que los ingenieros técnicos forestales denominan "fino muerto", que es una capa de vegetación muy delgada que forma una "alfombra seca" que propicia la rápida propagación del fuego en caso de incendio.

A la creación de este "combustible vegetal" también ha contribuido la despoblación y el abandono de la actividad agraria en las zonas rurales. "Antes el paisaje era un mosaico formado por cultivos, prados o bosques. Hasta los años 80, esa era la mejor estrategia contra los incendios. Pero ahora los campos se han abandonado, quedando grandes zonas de cultivo convertidas en matorral que nadie limpia. Ahora hay continuidad en el combustible vegetal y, en consecuencia, unos chicos fumando a la vera de un río pueden ocasionar un incendio que se extienda hasta el monte a un kilómetro de distancia", expone el portavoz del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales.

Mapa de incendios forestales, a 16 de junio de 2022.
Carlos Gámez

Aniceto menciona las mismas causas que su colega González Pan. "Las condiciones meteorológicas que estamos teniendo facilitan que las posibilidades de que las chispas de una radial cortando un trozo de hierro, una cosechadora que fricciona con las piedras de un terreno agrícola mientras recolecta el trigo, la colilla arrojada desde la ventanilla de un coche o la descarga por un fallo eléctrico de una línea de alta tensión puedan provocar un incendio forestal sean ayores. La alta temperatura, la baja humedad atmosférica y si encima hay viento, son los factores meteorológicos que van a ayudar a esa propagación del fuego. Si a eso le unes vegetación con baja humedad por estrés hídrico, continuidad de los combustibles por reducción de labores selvícolas de conservación, escaso mantenimiento de las infraestructuras de defensa (fajas y áreas cortafuegos), condiciones orográficas del terreno... Se convierte en el caldo de cultivo perfecto", advierte.

Por su parte, un exbombero de la Comunidad de Madrid, que tras 13 años de experiencia sobre el terreno y luchando por la mejora de la gestión forestal decidió cambiar de empleo, añade que la prevención de incendios "se trabaja durante todo el año y no solo en verano"

Este bombero, que prefiere no identificarse, subraya que el trabajo previo no es solo desbrozar el monte, sino también realizar simulacros fuera de la temporada de alto riesgo y coordinarse con las administraciones públicas para que cada ayuntamiento disponga de un plan de protección civil para incendios forestales bien elaborado, con planes de evacuación bien diseñados para evitar catástrofes como la vivida en Portugal en 2017

"Necesitamos profesionales bien formados y que se conozcan el terreno. Con un contrato de dos meses, ¿qué conocimiento tienes de la zona? Esto no son trabajos eventuales de verano, necesitamos profesionalización del sector", reivindica, al tiempo que plantea mayor inversión local: "Aunque sean dispositivos pequeños, bien planteados y distribuidos pueden llegar pronto al incendio".

"Parece que en algunas Comunidades los dispositivos de extinción no están aún al 100%. De ser cierto, puede ser un factor más que facilitará la expansión del incendio, pero no necesariamente es la única explicación a los incendios que se están produciendo", agrega al respecto Aniceto.

Y es que llegar pronto es de vital importancia. Según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, entre 2006 y 2015, el 65,98% del total de 131.113 incendios forestales registrados en España fueron conatos, es decir, fuegos que abarcaron menos de una hectárea. "Esto indica que el sistema funciona", defiende González Pan, que expone asimismo que en el 45% de los incendios, el primer medio de extinción llega en menos de 15 minutos desde el primer aviso, y que en el 81% de los casos no pasa más de media hora hasta que llega el primer equipo de emergencias al lugar del incendio.

"Mientras el operativo funcione así, el fuego no se convierte en una emergencia. Hay incendios casi todos los días y no son noticia, los que salen en las noticias son los clasificados como grandes incendios forestales, que afectan a más de 500 hectáreas", abunda González Pan.

"Ninguna licencia"

Sobre la distribución mensual de los incendios y sus causas, el último informe del Ministerio, relativo a los incendios del decenio entre 2006 y 2015, recoge que "el mes de agosto representa el máximo absoluto en número de siniestros, seguido de un máximo relativo en el mes de marzo, así como de julio y septiembre, por este orden. La elevada ocurrencia durante el verano está fuertemente asociada al mayor riesgo de incendio forestal de este periodo en la mayor parte de España, mientras que las cifras del mes de marzo se deben mayormente al uso accidental, negligente o intencional del fuego con objetivo de transformación del territorio". En marzo, continúa, casi la mitad de los incendios son conatos, algo que no sucede en los meses del verano.

La previsión para este verano -que estrenaremos la próxima semana, aunque por número de incendios y temperaturas ya parezca que hemos empezado-, es "mala, a no ser que vengan lluvias, que es muy raro". Por eso, el ingeniero técnico forestal incide en un mensaje: "Que la población no se tome ninguna licencia para usar el fuego en el campo o cerca del mismo" este verano.

Redactora '20minutos'

Periodista y portadista en 20minutos desde 2012. Empecé en la sección de Multimedia y de ahí he pasado por Redes, Cultura, Cierre y Mi Bolsillo. Desde hace cuatro años formo parte del equipo de Última Hora lidiando sobre todo con el coronavirus. Me gusta escribir de salud, ciencia, medio ambiente, educación y temas sociales.

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