España pospone la maternidad: ​en 2021 dieron a luz más madres de 40 que de 27 años

  • "Tenemos menos ganas de tener hijos, pero, sobre todo, de tenerlos jóvenes", dice el demógrafo Alejandro Macarrón. 
  • "Aunque una mujer de más de 40 años no tenga ningún problema de salud, ya existe un factor de riesgo asociado a esa edad", comenta el ginecólogo Pérez Milán.
Una pareja espera su primer hijo.
Una pareja espera su primer hijo.
PIXABAY
Una pareja espera su primer hijo.

En la España de 1975, las mujeres tenían hijos a una edad media de 28,8 años. Entrado el siglo XXI, el promedio de la maternidad ya superaba el umbral de los 30. Hace 10 años era 31,2 y en 2021, último curso del que existen registros, las mujeres dieron a luz con 32,6 años de media (33, sin contar a las madres extranjeras). No falla: cuánto más evolucionan las sociedades modernas, más se aleja la edad reproductiva social de la biológica, con todas las consecuencias que ello comporta para la salud de  la gestante y su bebé, y en términos socio-económicos para el país. Las cifras vuelven a sentar cátedra: el año pasado hubo más madres de 40 que de 27 años. 

Los datos publicados esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE) confirman que la natalidad sigue en caída libre en España. En 2021, hubo 336.811 nacimientos, un 1,3% menos que el año anterior. O dicho de otra modo, el peor dato desde hace 80 años. El coordinador del Observatorio Demográfico del CEU, Alejandro Macarrón Larumbe, apunta incluso a siglos más atrás. "Cuando empezó a haber series de nacimientos, los registros más fiables datan de 1858, España tenía 15 millones de habitantes y nacían casi 600.000 niños", dice, advirtiendo que otrora la esperanza de vida en la niñez también era muy inferior a la de nuestros días. 

El umbral recomendado por los expertos para garantizar el remplazo generacional es 2,1 hijos por mujer. En Europa, empero, la media ronda los 1,5 hijos y en España, que yace en el vagón de cola de la estadística, es de 1,19 hijos (lo que incluye a quienes no tienen ninguno). "Es poquísimo. Si no hay dos bebés por cada dos personas, la siguiente generación tendrá casi la mitad de tamaño que la actual. Pero como también se retrasa la esperanza de vida, los números poblacionales se equilibran. ¿La conclusión? Que para 2050 habrá poco más de la mitad de los jóvenes que hay ahora en España", valora el analista demográfico el efecto del envejecimiento de la sociedad española.

"Tenemos niños porque tenemos menos ganas, pero tenemos menos ganas de jóvenes", apunta Macarrón Larumbe. "Así como antes casarse y formar una familia era un objetivo prioritario de las mujeres, y un poco menos de los hombres, ahora las prioridades han cambiado. La gente se lo piensa y tarda más en decidirse", agrega. 

La incorporación masiva de las mujeres al mercado laboral, el acceso a métodos anticonceptivos modernos, la transformación de las dinámicas familiares y espirituales o la redefinición de los roles de género son otras  de las razones que esgrime la literatura académica para justificar el retraso imparable en la edad de concepción de los hijos. 

El problema, que no es exclusivo de España sino que "ocurre también en toda Europa y la parte del mundo occidental"- comenta el experto-, es que "a cierta edad podría ser demasiado tarde". También para aprovechar de los hijos durante la vida, añade, "con más vitalidad y capacidad para viajar y compartir actividades juntos". 

Las recetas para promocionar la natalidad son múltiples y muy variadas. Macarrón Larumbe recomienda iniciativas que van desde "aumentar los permisos de maternidad y paternidad", tan demandados socialmente, hasta "favorecer en las pensiones a aquellos que tuvieron hijos en detrimento de quienes no lo hicieron", puesto que "los primeros gastaron  para sus hijos lo que los segundos ahorraron", aduce. 

"Los hijos te completan una vida, te dan una red de cariño, pueden rellenar esa soledad que a veces surge ante su ausencia"

Sin embargo, por encima de cualquier otro argumento, el demógrafo destaca que la mejor forma de promocionar la natalidad es pulsar la tecla emocional. "A menudo se habla de que si los hijos pueden empobrecerte o al contrario, sirven a nivel estatal para salir de crisis dinamizando la economía. No se tienen hijo por dinero, sino porque te completan una vida: te proporcionan una red de cariño y pueden rellenar esa soledad que a veces surge ante su ausencia. Luego el Estado y los intelectuales ya pensarán en lo que le viene bien al país, la economía, las pensiones, etc... Pero el mensaje que hay que transmitir a los jóvenes es que se pueden divertir, estudiar, trabajar y tener una familia. Hay tiempo para todo".

La edad, ¿un factor de riesgo sanitario?

Las estadísticas demográficas del INE arrojaron otro dato revelador: una de cada diez madres españolas tuvo un hijo con 40 años en 2021. El doble que hace una década. Y lo que no exime de los riesgos para salud que entraña una edad de reproducción avanzada, informa el médico especialista en obstetricia y ginecología, Federico Pérez Milán.

"La edad de la mujer es un factor determinante de la pérdida de la capacidad reproductiva, un fenómeno biológicamente inexorable y que comienza mucho antes de lo que la población general y sobre todo femenina, piensa", comenta el doctor Pérez Milán, que explica que para las féminas "la edad de máxima eficiencia sería la tercera década de la vida, comprendida entre los veinte y treinta años (...) Poco después, comienza de una manera leve y sutil un descenso progresivo de la fertilidad, que se traduce, en bajas reservas ováricas o  pérdidas de la cantidad de folículos ováricos y merma de la calidad ovocitaria".

Para ellos, "el conocimiento que se tiene es mucho menos concluyente", reconoce, si bien asegura que "algunos estudios apuntan a que la edad idónea de los varones para ser padres es más alta, a partir de los cincuenta o cincuenta y cinco años". En torno a esas edades los hombres experimentan un menor volumen de eyaculado, menor movilidad en los espermatozoides y una mayor proporción de alteraciones cromosómicas en ellos. 

No es igual ser madre con 30 que con 40 años: se paga un precio en oportunidad y seguridad"

"No se trata de alarmar a la población, pero sí que deberíamos tratar de que las parejas o madres solteras metieran en la ecuación de su decisiones la variable de que una gestación en edad reproductiva avanzada no tiene el mismo riesgo que una gestación con 31 ó 32 años", señala. Aunque "una mujer de más de 40 años no tenga ningún problema de salud, ya existe un riesgo asociado a esa edad".

"No da igual 30 que 40 años. Se paga un precio en oportunidad y seguridad", insiste Pérez Milán, señalando que a mayor edad de la gestante más problemas puede experimentar la madre durante el embarazo o en el parto o el futuro neonato, para quién aumenta el riesgo de padecer enfermedades genéticas. 

Muchas mujeres optan por la reproducción asistida. Técnica que el ginecólogo recomienda, pero de la que recuerda: "Existe la falsa omnipotencia de la medicina reproductiva, los pacientes piensan que tenemos solución para todo, no ya de su problema, sino de sus expectativas y 'si uno no lo resuelve, ve a otro'". 

A modo de conclusión, Milá Pérez recomienda que la población no difiera de manera peligrosa el abordaje del proyecto reproductivo" o por lo menos, dice, que sean "conscientes del precio que eso tiene", pues, todo el mundo tiene derecho a "elegir libremente" cuando desea ser madre o padre. "No se trata de que los médicos invoquemos una vuelta al paternalismo, sino que introduzcamos en la sociedad un cuerpo de información para la toma de decisiones maduras y críticas".

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