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Sánchez reacciona al fiasco andaluz bajando el IVA de la luz como pedía el PP pero Podemos recela e insiste en un impuesto a las eléctricas

La primera respuesta del PSOE al batacazo de la izquierda en las elecciones andaluzas del pasado domingo la anunció este miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: una bajada del 10% al 5% del IVA en la factura de la luz. Se trata de una medida pensada, aseguró Sánchez, para rebajar el recibo eléctrico, pero lo cierto es que, adoptándola, el Ejecutivo da un volantazo a lo que defendía hace apenas unos días, cuando rechazó esa misma rebaja impositiva por considerarla "cosmética" e "insuficiente" en el medio y largo plazo. 

El cambio de idea de Sánchez supone, de hecho, asumir una de las medidas estrella propuestas por el PP para atajar la subida de los precios, y así lo celebraron los populares, que sin embargo este miércoles también espetaron al presidente que la medida "llega tarde y obligada" por el "varapalo" electoral de Andalucía. Tampoco encontró Sánchez demasiado entusiasmo en Unidas Podemos, que recibió el anuncio con escepticismo y que sigue insistiendo en que lo que hace falta es que las empresas eléctricas tributen más por los beneficios extra que están consiguiendo gracias al alza de precios.

En público, los morados no quisieron elevar demasiado el tono contra la medida y se limitaron a calificarla de "muy insuficiente", en palabras del portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, que afirmó que la rebaja del IVA de la luz ha sido diseñada por "el PSOE" y, aunque "no viene mal", no sirve "ni de lejos" para atajar la subida de los precios. En privado, por el contrario, en Unidas Podemos cunde el desconcierto por una medida que, aseguran algunas fuentes moradas, ha tomado el presidente en solitario y sin consultar con sus socios.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró este miércoles que la reducción del IVA servirá "sin duda" para rebajar el precio de la luz. Pero fuentes de Unidas Podemos consideran que la reacción del ala socialista del Gobierno al batacazo en Andalucía no va en la buena dirección porque, a su juicio, la máxima de que las bajadas de impuestos sirven necesariamente para rebajar la subida de los precios es falsa. Los morados consideran, además, que este axioma debilita la recaudación del Estado y su capacidad para hacer políticas sociales.

Unidas Podemos tiene ahora la mosca detrás de la oreja por el hecho de que la primera medida concreta que Sánchez ha anunciado que estará incluida en el nuevo decreto de medidas contra la crisis -que se aprobará el sábado- va justamente en la dirección contraria a la planteada por los morados y por los socios parlamentarios del Gobierno. Para la formación, además, es especialmente complicado sentir satisfacción con una medida que sí ha gustado al presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que este miércoles la calificó de "progresista" y afirmó que "demuestra que, efectivamente, sí se pueden bajar los impuestos para que la economía funcione mejor".

La negociación, sin avances sustanciales

Para evitar que el cambio de idea en torno a la bajada de impuestos suponga lo que, a su juicio, sería el inicio de un giro a la derecha del Gobierno, Unidas Podemos sigue presionando para que el decreto del próximo sábado incluya al menos dos de las medidas más señeras de las que han propuesto en las últimas semanas: la creación de un fondo para reducir a la mitad el precio del abono de transporte público y la puesta en marcha de un impuesto extraordinario a las eléctricas. No obstante, a escasas 72 horas de que se apruebe ese decreto, apenas hay concreción en esas medidas.

Después de semanas en las que han intercambiado posiciones pero en las que no se han celebrado reuniones, este martes PSOE y Unidas Podemos dieron un acelerón a las negociaciones con un encuentro entre el responsable de economía morado y secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, y el secretario general de Asuntos Económicos en el gabinete de Pedro Sánchez, Manuel de la Rocha. No obstante, fuentes conocedoras del contenido de esa reunión explican que no se cerró ninguna de las medidas que se están discutiendo. Y en Unidas Podemos, por su parte, cunde la sensación de que el PSOE está evitando definir su postura sobre las propuestas de los morados.

La idea que sigue generando más tiranteces en el seno del Gobierno es la puesta en marcha de un impuesto extraordinario a los beneficios de las eléctricas. El PSOE asegura que está de acuerdo con ese planteamiento, que Unidas Podemos quiere que se traduzca en un recargo de 10 puntos en el impuesto de sociedades para estas empresas, es decir, una subida del 40% en ese tributo. Este mismo miércoles, la portavoz del Gobierno, la socialista Isabel Rodríguez, aseguró que poner en marcha el impuesto es una decisión "tomada" y "comunicada". 

Una vía intermedia

Pese a este acuerdo en el fondo de la cuestión, por el momento no se ha entrado a concretar los detalles de la medida -claves, entre otras cosas, para determinar su capacidad de recaudación- porque los socialistas insisten en que la subida fiscal a las eléctricas debe ponerse en marcha para principios de 2023. La propuesta de Unidas Podemos, por el contrario, pasa por aprobar ya el incremento de la presión fiscal a las eléctricas a través de un decreto, algo legalmente posible porque se trataría de una modificación en el impuesto de sociedades y no de la creación de un nuevo tributo. 

Fuentes conocedoras del contenido de las negociaciones explican que una opción intermedia que se ha puesto sobre la mesa sería la de aprobar la nueva tasa impositiva a través de una ley tramitada por el procedimiento de urgencia. Este método sería más rápido que seguir el procedimiento legislativo ordinario, pero implicaría que el impuesto no podría ponerse en marcha, al menos, hasta dentro de tres o cuatro meses, frente a la inmediatez que ofrece la opción de aprobarlo por decreto.

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