La verdad de los perros tamaño ‘taza de té’

  • Además de ser perros delicados y enfermos toda su vida, detrás puede ocultar una estafa y maltrato animal.
Ilustración inspirada en los perros 'teacup'-
Ilustración inspirada en los perros 'teacup'-
Henar de Pedro
Ilustración inspirada en los perros 'teacup'-

Tras la cría responsable de perros, aunque no lo parezca o se desconozca ampliamente, hay mucha ciencia. Se deben poseer conocimientos de genética, de etología canina, y la historia y estándar de la raza que se cría. En el caso en concreto de las razas pequeñas, pongamos de ejemplo al popular yorkshire terrier, un criador comprometido, respetuoso y con interés genuino en la conservación de la raza y no el lucro, buscará un macho ligeramente inferior de tamaño a la hembra reproductora para que esta no sufra riesgos durante el estado de gestación y el parto, especialmente sensible debido al tamaño de estos animales. En el caso de razas grandes, algo menos delicadas, también se busca un peso y altura lo más similar posible entre ambos ejemplares para que la hembra no corra ningún riesgo durante el apareamiento, que dura alrededor de media hora, ni durante la gestación y el alumbramiento de su camada.

Por las características propias del proceso de reproducción canina, el momento del apareamiento no está exento de riesgos, y pueden producirse desgarros genitales, un prolapso de vagina, hemorragias o la fractura peneal en perros callejeros y las granjas de cría donde los perros reproductores están en malas condiciones de hacinamiento. Es un proceso que, en la cría profesional, y en caso de llevarse a cabo por técnicas naturales y no optar por la inseminación, exige supervisión en un entorno controlado y tranquilo para ambos perros. Otro momento clave es el del parto, que también necesita vigilancia, información y conocimientos del proceso biológico canino para auxiliar a la madre o a los cachorros si llega el caso, y reconocer síntomas y señales de una complicación inesperada que puede acabar muy mal: un cachorro atravesado en el canal del parto, exceso de jadeos, temblores o convulsiones por parte de la madre, la retirada de las placentas o el corte adecuado del cordón umbilical. Por lo general, y repetimos, si se hacen bien las cosas, nuestro profesional veterinario de confianza estará alertado de que se ha iniciado el parto y que es posible que requiramos una visita a domicilio o transportar a la hembra al centro de salud animal para resolver cualquier complicación que escape a nuestros conocimientos y experiencia.

Por supuesto las perras, como cualquier otro animal, están naturalmente “programadas” para saber por instinto qué deben hacer y la participación de la persona presente será reducida, pero hay razas, como los bulldogs franceses e ingleses y otros perros braquicéfalos, que necesitan una cesárea en la mayoría de las ocasiones por las dificultades añadidas que presenta su deformación anatómica por razones estéticas. Otro grupo susceptible de mostrar problemas durante el parto son las perras especialmente pequeñas de tamaño, bien porque carecen de la fuerza muscular suficiente para realizar el procedimiento de forma natural, o porque los cachorros son demasiado grandes, tal como explican desde Pethelpful, un equipo editorial formado por periodistas especializados en mascotas.

Desnutrición, especulación e imágenes falseadas

De un tiempo a esta parte, el mercado de perros de tamaño extrapequeños y la oferta de ejemplares de ciertas razas caninas que caben en una copa, se ha disparado. Pero la realidad tras ese mensaje comercial esconde una realidad a menudo falseada, peligrosa e insana para los perros.

Esta moda no es reciente y ya en 2013, la web de Terribly Terrier, que informa sobre las razas terriers, avisaba de los peligros y las “prácticas de crianza cuestionables” detrás de los perros tazas de té. Tal como recogen en su publicación “no existe el tamaño taza de té en ninguna raza”. Todas y cada una de las fotos que muestran a un pomerania, yorkshire terrier, caniche, téckel, maltés o shih tzu en el interior de una copa son cachorros de corta edad. Dicho de otra forma: les queda por crecer y su tamaño definitivo solo puede ser analizado conociendo a sus padres o con acceso a su pedigrí. También es necesario señalar otro engaño habitual en las estafas online de los teacup: no es el cachorro especialmente pequeño, sino la taza o la copa especialmente grandes para crear el efecto visual.

El uso de esta campaña comercial no solo afecta a los perros. Antes que a ellos, ya se utilizó para los cerdos vietnamitas, cuya posesión actualmente está prohibida tal como recoge el Real Decreto 216/2019, del 29 de marzo, donde también se hablaba de cerdos mini, micro o teacup. Utilizando la misma técnica, se fotografiaban a cerdos vietnamitas menores de un año y con un tamaño muy manejable, que en la realidad no presentaban su tamaño definitivo antes del “estirón”, que llega alrededor de los 2 años en estos suidos domésticos. Fue tal la demanda y posteriores abandonos al ver que los cerdos crecían hasta hacerse innmajenables, que estudios como este advertían del engaño publicitario.

Como explican y advierten en la web de la perrera Silver Streak de perros jubilados, localizada en Nueva York, incluso estos cachorros, que quien promociona u oferta es plenamente consciente del engaño que realiza, ya han sufrido un trato cruel para mercantilizar su aspecto: son cachorros que a menudo se separan prematuramente de la camada y de la madre para que su desarrollo se ralentice o atrofie, al no tener acceso a la necesaria y saludable lactancia materna. Volvemos a insistir: esto no quiere decir que el animal, una vez adulto, siga teniendo ese aspecto de cabernos en la palma de la mano. Pero para sacarles crédito y que los ojos inexpertos no reconozcan que son cachorritos de corta edad, tratan de retrasar todo lo posible el progreso natural de crecimiento mediante prácticas poco éticas.

Incluso en la raza más pequeña del mundo, el chihuahueño, el tamaño por debajo de un kilogramo está penalizado por todas las asociaciones caninas del mundo, y ningún criador que merezca ser definido como tal utilizará a una hembra de ese tamaño mínimo admitido como hembra reproductora. En el Club Americano del Chihuaha han emitido una declaración donde previenen a compradores potenciales de no dejarse engañar por el término teacup.

En otra publicación alertando del riesgo de la miniaturización de razas publicado por la marca Royal Canin, expertos en nutrición animal, también mencionan y ejemplarizan este dato con el código ético del Club Americano del Yorkshire Terrier, donde advierten que ningún miembro del club puede utilizar términos como taza de té o extrapequeño, o serán penalizados.

Por lo tanto, reproducir intencionadamente cualquier perro de raza por debajo del peso o tamaño recogido en los estándares oficiales y comercializar lo que debería considerarse una anomalía, es una infracción a la cría profesional y con un objetivo claramente económico, mostrando nula consideración hacia el bienestar animal.

En el caso de desear adquirir un animal excepcionalmente pequeño, recomendamos optar por un hámster, un gerbillo o un hurón. Tal como nos alertan desde la cinología y el sector veterinario, no debemos fiarnos bajo ningún concepto de quien utilice el reclamo de marketing de raza tamaño taza de té o teacup cuyo único interés será capitalizar el aspecto de un animal que, o crecerá porque solo es un cachorro y hemos sido víctimas de una estafa, o es un ejemplar que ha padecido y padecerá una vida de fragilidad, enfermedades y trastornos por otro capricho estético sin ningún sentido.

Vanessa M. Clavijo
Divulgadora

Empecé Antropología Social y Cultural, tengo el certificado profesional del curso de técnica en gestión medioambiental, el curso “The Truth about Dogs and Cats” de la universidad de Edimburgo y el curso “Capacitación social en educación canina, tenencia responsable y gestión del bienestar animal” de la UNED. Colaboro escribiendo sobre animales en '20minutos', 'Etología Canina' y para la Cátedra de Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos. He criado con responsabilidad gatos y perros, he sido asistente de tiendas de animales y auxiliar de peluquería canina y felina y me he dedicado a la gestión, atención y mantenimiento de especies animales e instalaciones en núcleos zoológicos.

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