Último salto masivo a la valla de Melilla: cinco migrantes y dos policías muertos en choques que también dejan un centenar de heridos

Subsaharianos tendidos en el suelo, en un video de la AMDH de Nador.
Subsaharianos tendidos en el suelo, en un video de la AMDH de Nador.
AMDH-NADOR
Subsaharianos tendidos en el suelo, en un video de la AMDH de Nador.

El asalto a la valla de Melilla de alrededor de 2.000 migrantes este viernes ha acabado con la vida de al menos cinco de ellos y dos policías.

Los efectivos policiales se desplegaron la mañana de este viernes ya que los migrantes rompieron la puerta de acceso al puesto fronterizo del Barrio Chino. De estas 2.000 personas, 133 han cruzado y, según las fuerzas de seguridad, han resultado heridos de carácter leve 49 agentes.

Además, los agentes marroquíes han detenido a otro millar de personas subsaharianas que se aproximaban a Melilla para cruzar a la ciudad española. Este grupo sería de nacionalidad sudanesa y se escondían en bosques cercanos para realizar un salto masivo a la ciudad. Se trata del primer salto desde el restablecimiento de las relaciones internacionales con Marruecos.

Las fuentes indicaron que la tentativa de acceso a Melilla se caracterizó "por el uso de métodos muy violentos" y cuatro vehículos han sufrido daños en carrocería y rotura de lunas por el lanzamiento de piedras.

Los cinco emigrantes fallecieron en un momento de estampida de la masa de personas o a causa de las heridas padecidas al caer al suelo cuando escalaban la valla, según autoridades españolas.

Sobre las 8.40 horas, un grupo de más de 500 subsaharianos, ha llegado a la puerta de acceso al puesto de control fronterizo del Barrio Chino y han roto con una cizalla la puerta de acceso. Así, han comenzado a entrar en la ciudad autónoma, algunos por el tejado de la garita, a pesar del amplio dispositivo desplegado por las fuerzas de seguridad marroquíes, en coordinación con las españolas.

Se trata del primer salto a la valla que se produce después de la nueva etapa en las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos, ya que el último tuvo lugar el 3 de marzo, cuando entraron 350.

En las inmediaciones de la frontera por el lado marroquí, ya se habían producido enfrentamientos entre inmigrantes que intentaban acercarse a Melilla y agentes de diferentes cuerpos de seguridad de Marruecos en los últimos días.

Armas utilizadas

Algunos migrantes subsaharianos que intentaron acceder desde Marruecos a Melilla usaron cuchillos de fabricación artesanal, ácido, martillos, piedras y palos contra los agentes marroquíes. Estos les cortaban el paso, en unos enfrentamientos que se saldaron con medio centenar de heridos por parte de las fuerzas de seguridad marroquíes y otro medio centenar de las personas migrantes.

"De esta manera violenta los migrantes han atacado esta mañana la barrera, armados de palos y cuchillos, y las autoridades han usado gas lacrimógeno", afirman para denunciar "la violencia creciente por ambas partes", denuncia la ONG Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH).

La asociación pide a la comunidad migrante "que se aleje de estas prácticas violencias" y también a las autoridades marroquíes que abran un diálogo "con todas las partes para el retorno a la calma".

Según las fuentes de seguridad marroquíes, las autoridades del país magrebí detuvieron hoy a unos mil migrantes durante el operativo para impedir su avance.  Las fuentes marroquíes, que no han concretado la gravedad de los agentes y subsaharianos heridos, explicaron que "solo una pequeña parte" de migrantes pudieron escapar al dispositivo y esconderse en los bosques marroquíes fronterizos con Melilla.

Las autoridades magrebíes ya preveían el salto desde hace más de una semana después de que cientos de migrantes subsaharianos se congregaran en montañas de la comarca de Bini Buiafrur, en la provincia marroquí de Nador y a unos 20 kilómetros al oeste de Melilla.

Los servicios de seguridad marroquíes realizaron dos intervenciones el pasado viernes y el pasado sábado para abortar estos preparativos. Los enfrentamientos tuvieron como consecuencia 200 agentes marroquíes heridos, al menos uno de ellos crítico. 

Habitualmente, los servicios de seguridad someten a los migrantes interceptados en las fronteras con Ceuta y Melilla y en las costas del país a un interrogatorio rutinario, trámite que suele terminar pasados unos días en su traslado hacia ciudades del centro del país.

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