José Augusto García Navarro Presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología
OPINIÓN

Cuidados a los mayores con dependencia: hay que cambiar el modelo ya

  • "Desinstitucionalizar es retardar la necesidad de ingresar en una residencia, pero también transformar de forma radical las actuales residencias en entornos hogareños".
Cuidados de mayores
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Cada vez son más los españoles mayores y, en consecuencia, cada vez son más los españoles mayores con dependencia, que necesitan la ayuda de otras personas para vivir dignamente su día a día.

Este crecimiento de la población mayor con dependencia nos cogió a muchos países, entre ellos España, con un sistema obsoleto de cuidados de larga duración (CLD), que son esos cuidados que englobamos en el sistema de atención a la dependencia (los que desarrolla la ley de dependencia española del año 2006).

De la obsolescencia del sistema de CLD español ha quedado un reflejo claro en el número de fallecimientos que han afectado a las personas que vivían en residencias, que sitúan a España entre los primeros países del ranking europeo.

Esto ha provocado la rápida respuesta de organismos internacionales de peso, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Unión Europea (UE) para favorecer una transformación del sistema de CLD. La UE ha dedicado una dotación muy importante de fondos europeos (los famosos fondos Next Generation) para impulsar este cambio de modelo con dos líneas muy claras.

Por un lado, impulsando el desarrollo decidido de los servicios domiciliarios coordinados en el ámbito comunitario. Tanto los servicios sociales como los sanitarios y nuevos servicios, incluyendo la tecnología de soporte en el hogar.

Por otro lado, nos insta a afrontar de forma clara y decidida el proceso de desinstitucionalización, tal como se recoge en la Convención de derechos de las personas con discapacidad que publicó la ONU en el año 2007. Desinstitucionalizar es retardar la necesidad de ingresar en una residencia, pero también transformar de forma radical las actuales residencias en entornos hogareños, con núcleos de convivencia reducidos y muchas más habitaciones individuales… entornos donde podamos vivir como en casa, a pesar de que suframos una situación de dependencia muy avanzada.

En España, desde la Secretaría de Estado de Derechos Sociales se ha trabajado en este sentido poniendo a disposición de múltiples organizaciones estos fondos económicos para afrontar el cambio en los CLD. Tendremos resultados de los proyectos que se están haciendo en tan sólo tres años.

También se ha trabajado para pactar una serie de "criterios comunes de acreditación y calidad de los centros y servicios del sistema para la autonomía y atención a la dependencia (SAAD)" que ha generado y está generando un debate intenso que, esperemos, se resuelva en los próximos días.

El borrador actual, con puntos positivos y negativos, es un avance cualitativamente muy importante en la transformación del sector. Algunos pensamos que aún deberíamos avanzar mucho más, pero el salto es enorme del modelo de dónde venimos… se incluyen conceptos de alto impacto en el cuidado de las personas como atención centrada en la persona, unidades de convivencia, más habitaciones individuales, entornos sin sujeciones, más personal de cuidados, etc.

Alegando motivos económicos para la implementación de esta propuesta no se dispone en estos momentos del acuerdo de las organizaciones patronales del sector y se ha hecho también bandera política en el Consejo Territorial de Servicios Sociales (que reúne a las diferentes comunidades autónomas, que son las que tienen la competencia).

Muchas organizaciones científicas y técnicas, en cambio, estamos a favor de iniciar el cambio de modelo para comenzar a aplicar a nuestros conciudadanos más vulnerables los avances que en materia de cuidados ya se han demostrado útiles en otros países de Europa. Las evidencias hay que aplicarlas para avanzar. Muchas de estas evidencias están recogidas en el actual borrador.

Este paso hay que darlo entre todos, saliendo de la lucha política y afrontando un futuro donde tendremos, sí o sí, que dedicar mucha más financiación pública a los cuidados de larga duración de España. Más financiación sí, pero en un nuevo modelo de cuidados.

Hay que hacerlo ahora por normalizarnos con los modelos más avanzados de Europa, por dotar de dignidad a las vidas de las personas más vulnerables y, egoístamente, por todos nosotros, que querremos vivir en nuestro hogar, o en viviendas parecidas a nuestro hogar, hasta el último de nuestros días.

Es momento de mirar al horizonte. Y dar el primer paso para alcanzarlo.

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