Un joven de 21 años ha irrumpido en la comisaría de la Policía Local de Lloret de Mar, en Girona, ha amenazado con matarse con una navaja, ha asegurado que llevaba explosivos -que han resultado ser petardos- y ha acabado hiriendo a un cabo mientras lo reducían.
Los hechos han ocurrido entre las seis y las seis y media de la mañana de este miércoles. El joven, que tiene antecedentes psiquiátricos, ha entrado con actitud hostil y ha querido acceder a la sala de control. Cuando los policías se lo han impedido, ha sacado el arma, se la ha puesto en el cuello y ha amenazado con autolesionarse.
También ha dicho que llevaba explosivos en una mochila, aunque en realidad lo que llevaba era más de un centenar de petardos: unos 40 truenos y el resto, de pequeña categoría. Los agentes le han podido reducir, pero durante el forcejeo el joven se ha hecho un corte en el abdomen, por lo que ha sido trasladado al hospital, donde se encuentra bajo custodia policial.
Delito de amenazas, desobediencia y atentado
Según ha explicado el concejal de Seguridad, Jordi Sais, los policías locales han logrado reducirlo "relativamente rápido utilizando la técnica de la distracción". Sin embargo, durante el forcejeo el joven, además, ha herido a un cabo haciéndole un corte en un dedo de la mano.
La Policía Local le acusa de un delito de amenazas, de otro de desobediencia y de un tercero de atentado contra agentes de la autoridad y traspasará su detención a los Mossos d'Esquadra, que serán los encargados de llevarlo ante el juzgado.
"Esta persona tiene antecedentes por enfermedad psiquiátrica; en concreto, se le está tratando por esquizofrenia", ha concretado el concejal de Seguridad. "Todo apunta a que el desencadenante han sido los problemas de salud mental que sufre", ha precisado Sais.
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