La cumbre de la OTAN en Madrid ha sido una de las reuniones de carácter militar y geo-estratégico más importante de los últimos tiempos, con el ataque de Rusia a Ucrania como eje y principal preocupación.
Sin embargo, la presencia en la capital española de muchos de los líderes mundiales más importantes ha dejado muchas anécdotas más lúdicas, pues fuera de la agenda oficial o incluso en torno a ésta han ocurrido muchas anécdotas.
Podemos comenzar, por ejemplo, con el plan nocturo que Emmanuel Macron, presidente de Francia y su esposa Brigitte llevaron a cabo cuando acabó la cena de gala en la que los reyes de España ofrecieron en el Palacio Real.
Aprovechando la situación céntrica de la cena, la pareja paseó por algunos de los más bonitos lugares de la capital, en los que no dudaron en hacerse 'selfies' con los transeúntes que se lo pidieron.
Y es que la Embajada de la República Francesa en España está también cerca del centro, por lo que el matrimonio pudo pasear hasta allí rodeados de escoltas, pero con mucha naturalidad.
Quien no pudo mezclarse con el resto de mandatarios para la cena fue el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, que acabó cenando en el conocido restaurante madrileño Amazónico.
El presidente de Turquía estaba invitado a la cena oficial en el Palacio Real, pero su reunión con las delegaciones de Finlandia y Suecia le impidió acudir a tiempo, por lo que acabaron por sorprender a todos los comensales que estaban en el local y que vieron llegar al mantario acompañado de buena parte de su séquito.
El local tuvo que improvisar mesas en una terraza que normalmente no se usa para dar cabida a Erdogan y sus acompañantes, pues el restaurante estaba repleto cuando llegó el mandatario.
En lo más cercano a la farándula es necesario citar la fiesta que la Primera Dama de Estados Unidos, Jill Biden, dio en la embajada de EE UU de la capital, donde estuvieron famosos locales e internacionales como Luz Casal, Pablo López, Israel Fernández, Carlos Vives, Alejandro Sanz, Eugenia Martínez de Irujo, Ainhoa Arteta, Rozalén o Marina Carmona.
"La Embajadora de Estados Unidos en España nos invitó a compartir con amigos, artistas españoles y a disfrutar de la hospitalidad de Jill Biden", decía Carlos Vives en su Instagram.
"El silencio asusta, pero a veces es tan bonito que el niño tímido sale a jugar con todo…. Qué abrazo más hermoso tiene la Doctora Biden, qué corazón inolvidable el tuyo Julissa, y qué amigos más bonitos tengo en este universo de la música", añadía Pablo López, que interpretó al piano la canción El Patio, que acabó con un abrazo con la Primera Dama.
Jill Biden también compartió tiempo con el chef José Andrés (autor del menú de la cena de representantes que se sirvió en el Museo del Prado) con el que estuvo acompañada por la reina Letizia. Los tres incluso se hicieron selfies a la par que apoyaron la ONG del cocinero, World Central Kitchen.
La Primera Dama también puso en el centro del interés de la moda a las alpargatas, después de detenerse en plena Castellana de Madrid para adquirir un juego de este tipo de calzado.
Hablando de cenas, el protocolo se convirtió en un auténtico 'zasca' para el primer ministro húngaro, Viktor Orbán conocido por su homofobia y la represión contra el colectivo LGTBI que ha llevado a cabo en su país.
Orbán se vio sentado al lado de Gauthier Destenay, arquitecto y marido del primer ministro de Luxemburgo, Xavier Betel y tuvo que hacerlo el mismo día en que se celebraba el Día Internacional del Orgullo LGBT, en un Madrid engalanado con la bandera arcoíris y mensajes de apoyo a ese colectivo, al que Orbán ha equiparado con la pederastia y prohibido en los medios de comunicación húngaros.
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