La Fundación Affinity ha publicado recientemente su estudio anual 'Él nunca lo haría' sobre el abandono y la adopción en España, donde recopila los datos de 461 centros de acogida de animales de compañía del pasado año 2021. En él, se destaca que 167.656 perros y 117.898 gatos fueron abandonados. La buena noticia es que han sido un 0.20 por ciento menos que en 2020.
La labor de las protectoras es fundamental a la hora de rescatar o recoger animales de la calle o en situación de maltrato, pero también hacen un trabajo de búsqueda de nuevos dueños y familias para aquellos perros y gatos que buscan una segunda oportunidad. De hecho, lo deben de estar haciendo muy bien ya que el 90 por ciento de las adopciones que se realizan son exitosas. Pero, ¿qué ocurre con el 10 por ciento restante?
Isabel Buil, directora de la Fundación Affinity explica que la vuelta de los animales a las protectoras ocurre en los tres primeros meses, todavía dentro del tiempo de adaptación. "Si en ese tiempo tienes claro que la relación no puede funcionar, que se devuelva el animal a la protectora rápido puede deberse a la idea que tiene una persona o familia de que es mejor hacerlo así, antes de encariñarse", añade.
"En un tema como las adopciones, cuando decides hacerlo tienes que pasar unos filtros, una selección y varios cuestionarios. Las protectoras hacen un trabajo importante en este sentido, ya que es una labor de encaje. Por tanto, la decisión de adoptar ha tenido que ser meditada", detalla la directora.
Qué lleva a los dueños a devolver los animales
Según el informe de la Fundación Affinity, el 34 por ciento de las personas que devuelven un animal a la protectora lo hacen por el comportamiento del animal. "Según la gravedad que tenga, un mal comportamiento influye mucho en la convivencia, pero sí es cierto que, en este caso, nosotros recomendamos que tengamos siempre en cuenta que estamos dentro del periodo de adaptación y que, por ello, es importante que no seamos nosotros quienes diagnostiquemos si se trata de un problema normal o si es algo grave", señala Buil.
"Lo ideal es acudir a un educador o etólogo, ya que nos ayudará a ver la gravedad del asunto y a averiguar si es un comportamiento normal del periodo de adaptación o si está causado por otro motivo. En cualquier caso, es muy posible que nos pueda ayudar a resolverlo", añade.
Además, la directora de la fundación insiste en que, si no podemos permitirnos acudir a un experto privado, antes de tomar la decisión de devolverlo siempre podemos pedir consejo a la protectora, que también nos puede ayudar y también están para preguntarlas. "Y no hay que olvidar que cualquier relación hay que trabajarla. Pertenecemos a especies distintas, tenemos que entender qué necesitan, cómo son diferentes a nosotros y qué les hace felices", recuerda.
El segundo motivo más común es una mayor responsabilidad de la esperada, que constituye el 16 por ciento de de las devoluciones. "Esto tiene que ver con las expectativas que tenemos de cómo es tener un animal en casa", expresa Buil. "Es un error pensar que un perro o gato va a ser perfecto y que solo nos va a dar alegrías sin pedir nada a cambio, ni tener que dedicar tiempo o esfuerzos y claro, esto provoca que, ante cualquier mínimo problema de comportamiento, ya no nos guste".
"Esto puede darse en personas que quizás no tengan la decisión tan meditada y es difícil de solucionar, ya que hace falta un trabajo de reconstrucción de expectativas y de entender que, si se trabaja la relación, puede darte felicidad y alegrías", explica la directora de la fundación.
"Es un error pensar que un perro o gato va a ser perfecto y que solo nos va a dar alegrías sin pedir nada a cambio"
Otra de las causas más comunes son las alergias. El 11 por ciento de las personas que devuelven a un animal es porque al llegar éste al hogar, se experimenta una alergia desconocida anteriormente.
"Es algo incontrolable y, entiendo que pueda llegar a ser una reacción fuerte con la que no se puede convivir", expresa Buil. "Sin embargo, también tengo que mencionar que, por experiencia propia, a veces esas reacciones al poco tiempo, desaparecen. A mí me ocurrió y experimenté una alergia muy fuerte que, por suerte, al mes, desapareció".
El cambio de domicilio o traslado (8 por ciento), la falta de tiempo o espacio (6 por ciento) y los factores económicos (6 por ciento) son otros de los motivos por los que la gente devuelve a sus mascotas.
Cómo afecta la vuelta al refugio al animal
Para entender cómo afecta esta situación a los perros y gatos, hay que partir del hecho de que, si estaban en un refugio, ya han sido abandonados al menos una vez. "Para ellos es una experiencia traumática porque no entienden lo que pasa. Ellos están con una familia o persona y, de repente, están solos", cuenta Buil. "Esto puede hacer que desarrollen fobias y miedos"
A pesar de esto, la directora de la Fundación Affinity también resalta que son animales con una capacidad de adaptación increíble, ya que, a pesar de haber sufrido un abandono, ellos son capaces de volver a estar a gusto y seguros en un nuevo hogar.
"Pensad que el 90 por ciento de las adopciones que se realizan son exitosas, lo que quiere decir que tanto los perros como los gatos tienen una adaptabilidad y una capacidad de superación increíble. Es un sobresaliente para ellos y también para las protectoras, que hacen una labor excelente", concluye.
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