Hay días que son imposibles de olvidar aunque pasen 25 años. Uno de ellos es el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Recuerdo perfectamente que era un fin de semana familiar y que mientras preparábamos la comida, estábamos todos pendientes de la hora límite y de la radio. Pensando en Miguel Ángel Blanco. Y con la esperanza, siempre esa esperanza, de que acabaría bien. Pero no fue así. Y el silencio, la rabia y la pena lo inundaron todo.
OPINIÓN08.07.2022 - 07:53h
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios