La ley del 'solo sí es sí' supera los vetos de PP y Vox en el Senado y da un paso más hacia su aprobación definitiva
La ley orgánica de garantía de la libertad sexual, comúnmente conocida como ley del 'solo sí es sí', ha superado este martes los vetos del PP y Vox en el Senado y pasará a debatirse en el Pleno la próxima semana para su ratificación. Da así un paso más hasta su aprobación definitiva después de que el Congreso de los Diputados remitiera a finales de mayo un texto que por ahora no ha sufrido cambios y que, entre otras cosas, se erige sobre el consentimiento expreso para juzgar los delitos sexuales y elimina la distinción entre abuso y violación.
Lo que se ha sometido a debate este martes han sido las aproximadamente 150 enmiendas que los grupos parlamentarios han decidido mantener vivas, y se ha votado también el informe de la ponencia de la Comisión de Igualdad de la Cámara alta. Finalmente, el texto ha obtenido el visto bueno, sin cambios, con 17 votos a favor y 10 abstenciones de los populares, que han mantenido su empeño en vetar una norma que consideran, en palabras de la portavoz del PP, María Adelaida Pedrosa Roldán, que "instrumentaliza el dolor de las víctimas".
Con todo, ni los del PP ni Vox han conseguido cosechar los apoyos suficientes para que sus propuestas de veto lleguen a buen puerto, ya que ambas han sido tumbadas con 18 votos en contra.
El próximo paso se dará el martes de la semana que viene, también en el Senado, donde los grupos deberán dar luz verde a un articulado que, si se ratifica sin cambios (como se prevé), pasará a estar aprobada definitivamente. De lo contrario, deberá volver al Congreso de los Diputados para ser sometida a una última votación.
La ley incorporó medidas durante su tramitación parlamentaria y durante un camino que no ha estado exento de trabas y roces entre los socios de Gobierno desde que saliera del Consejo de Ministros en julio de 2021. Uno de los asuntos que más ampollas levantó entre PSOE y Unidas Podemos fueron los puntos relativos a la prostitución -la tercería locativa y la persecución del proxenetismo- que se incluyeron en el texto inicial.
Pero el rechazo de unos cuantos grupos parlamentarios a tratar la erradicación de la prostitución en esta ley obligó a renunciar a estas medidas en aras de que la norma no cayera en saco roto. Eso sí, se añadieron a última hora vetos a la publicidad que fomente la prostitución, castigos por la difusión de imágenes íntimas y programas formativos de educación sexual para los condenados menores de edad.